MOROHA Y LA PERLA NEGRA - CAPITULO 1

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¡COLMILLO EXPLOSIVO! — grita el albino con estola haciendo su ataque.

El trio de chicas se miran para así saber que pensaban lo mismo y justo después de que el albino soltara su poderoso ataque, las tres también atacaron con sus armas. Los cuatro ataques se combinaron creando una gran bola de energía que cada vez se hacía más grande impidiéndole así al enemigo poder esquivarlo. El grito desesperado de furia de Kirinmaru resonó. Ser derrotado por unas crías hanyo, no sé lo podía creer. Un fuerte destello ilumino el lugar después de impactar el ataque contra él. Segados por la luz, todos se cubren la vista hasta que esta cesara y una fuerte ventisca por la explosión se dispersara por el lugar dando fin al enemigo. El grupo de héroes observan detenidamente el lugar para saber si en realidad habían ganado y efectivamente, era así. No había quedado rastro alguno de aquel demonio más que su máscara partida en tres.

—¿Lo... derrotamos? — pregunto la gemela albina.

—Si, eso parece — dice la gemela castaña.

—¡Lo hicimos! — grita alegre la pelinegra por la victoria. — ¡Derrotamos a Kirinmaru! ¡Eso fue asombroso! ¡¿Vieron cómo se combinaron nuestros ataques?! ¡Fue increíble!

—Si, haber atacado al mismo tiempo fue una gran idea, ¿verdad, Setsuna? — le dice la albina a su gemela.

—Si. No tuvo oportunidad de esquivarlo – dice la castaña también feliz por el gran ataque.

—¡Ni se lo esperaba! — dice la pelinegra mostrando una gran sonrisa. La victoria la tenía demasiado entusiasmada.

El albino observa al trio de chicas seguir su conversación alegre, aquel ataque también lo había sorprendido. No era la primera vez que combinaba su ataque con el de otros. Una extraña sensación llama su atención y sin decir nada a los demás, emprende su vuelo hacia el bosque cercano de la aldea. Al ver que se retiraba inesperadamente, las gemelas le siguen junto al pequeño demonio verde quien se había mantenido un poco apartado durante la batalla. Ambas montan a la gata demonio Kirara para seguirle, dejando sola a la pelinegra.

—¡Hey! ¡¿Qué sucede?! — les grita, pero ninguno le responde — ¡Es el colmo! ¡¿Por qué siempre me dejan atrás?!

—¡Ama Moroha! — escucha de repente cercas de su hombro derecho.

—¡Anciano Myoga! Así que no huyo después de todo.

—¡Jamás la abandonaría, ama Moroha! No me lo perdonaría si le pasara algo.

—¿En verdad? Pues, ¡gracias! — le agradece mostrándole una gran sonrisa.

Dicho esto, la pelinegra se pone en marcha para seguir a los demás. Justo en ese momento se percata de una gran luz que ilumina el bosque cercano de la aldea, ¿se tratara del árbol de las edades? Al darse cuenta de ello, apresura su paso. Sabía que algo interesante estaba por suceder y no pensaba perdérselo.

Al llegar es segada por la fuerte luz que cada vez se hacía más grande, que provenía del árbol de las edades. ¿Qué estaba sucediendo? Las gemelas y el demonio verde se encontraban a unos metros apartados del gran árbol, mientras que Sesshomaru, quien se encontraba frente a él, recibía en sus brazos una esfera de luz que había salido del tronco. La luz al tocar los brazos del albino toma su forma original, el cual es el de una mujer castaña con una bata blanca, que aún se encontraba en un profundo sueño.

—Esa mujer... — susurra la albina al verla.

—Ama Towa, ama Setsuna... — les llama el pequeño demonio verde — esa mujer es la señorita Rin... su madre.

Moroha y La Perla NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora