MOROHA Y LA PERLA NEGRA - CAPITULO 14

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Kagome mira preocupada a su pequeña niña, mientras ella le sigue dedicando su gran y hermosa sonrisa que, aunque a simple vista demostraba que todo era felicidad, en realidad ocultaba una inmensa tristeza. Al darse cuenta ahora de esto, no puede evitar el sentirse demasiado culpable. ¿Era posible que su hija haya tenido una horrible infancia al igual que su padre? ¿Acaso fue rechazada por ser diferente a los demás, por no ser parte de una sola especie? Lo que menos querían, Kagome e Inuyasha, era que su pequeña pasara por ese mismo rechazo, por esas mismas injusticias que había pasado el hanyo peli-plateado desde su infancia. ¿Por qué tuvo que pasarle lo mismo a su pequeña niña? Pero lo que más le dolía, era ver que Moroha lo ocultaba todo detrás de su hermosa sonrisa. Es verdad, se ha hecho fuerte, eso la hace sentirse demasiado orgullosa de ella, pero, aun así, ese dolor y tristeza que ha cargado por tanto tiempo, no le agrada para nada. Lo bueno es que ahora que ellos están aquí con ella, a su lado, ya no será necesario que siga ocultándolo. Ella, a partir de ahora, podrá contar con ellos para todo.

—Moroha, tu pue-...— intenta decirle, pero un repentino punzante dolor en su pecho le impiden continuar — ¿Qué? ¿Qué me está sucediendo? ¿Por qué tengo dificultad para respirar?

—Tu dijiste, — comienza a decir la pequeña shihanyo con la mirada centrada en sus piernas, llamando la atención de su madre, al parecer no se había percatado que ella no se encontraba bien — Dijiste que yo misma había sellado mi propio poder espiritual... — continúa diciendo, mirando curiosa ahora a su madre por aquel importante detalle. — Pero... sigo sin comprender cómo lo hice, ni tampoco desde que cuando. Eso quiere decir, que desde mucho antes mi poder ha estado incompleto, ha sido completamente inútil durante las batallas.

—No. Siempre ha sido útil. Siempre lo has sabido liberar cuando más lo has necesitado — le responde asegurándole que siempre ha estado presente ese gran poder — Solo no estabas consiente de eso. No sabias que tu poder estaba limitado.

—Es cierto — mira a su madre por unos momentos para después volver su mirada a sus piernas — ¿Crees que mi poder lo selle por algun sentimiento negativo?

—Es muy probable que haya sido cuando eras solo una niña — le mira al rostro, encantada por sus hermosos y grandes ojos marrones. — A pesar de esa corta edad, tu poder sigue siendo igual de grande y no sabias como controlarlo. Los sentimientos son lo que te dan mayor poder y también... los que podrían llegar a destruirte.

¿Mis sentimientos podrían destruirme? — duda la pequeña pelinegra confundida. Al instante recuerda aquel sentimiento de terror que sintió al estar sumergida en la obscuridad, ¿acaso se refería a eso? — Cuando me encontraba atrapada de mi mente, pude ver que ambos poderes deseaban estar juntos. Recuerdo haber pronunciado unas palabras justo antes de destruir el sello.

—Luz y oscuridad — comienza a decir la mujer — Espiritual y Demoniaco — la pequeña shihanyo le mira curiosa — Diferentes energías, imposibles de convivir, pero aun así... ambas son parte de ti. Son lo que te hacen ser quién eres. Ambas son tu esencia. Ambas son tu poder.

—¡Exactamente eso! — dice sorprendida al ver que su madre también se lo sabía. — ¿Cómo lo sabes?

—Son las mismas palabras que te dije, después de que descubrimos que tenías ambos poderes. Después de ello, tome la decisión de sellar tu poder demoniaco en el carmesí — le confiesa.

—¿Tenias miedo de que no pudiera controlar esa parte de mí?

—No solo yo. También tu padre — mira hacia el techo — Ninguno de los dos queríamos que tuvieras dificultades con ello. Y mucho menos que tu corazón fuese consumido por esa oscuridad.

Moroha y La Perla NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora