Capítulo 25 "No la seguí"

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(Copio el último texto anterior para que no os perdáis)

-          NO. Escucha tú, Samuel.- Me pare de la cama y lo mire directamente a los ojos. – No quiero perderte… Y lo digo en serio. No quiero tener que hablar con nadie más durante las noches, no quiero que nadie más me diga cosas lindas, no quiero que nadie más me haga escena de celos, no quiero que nadie más me bese, no quiero a nadie más que no seas tú, Samuel.

 Hice silencio, quería prestar toda mi atención para escuchar lo que respondería… Espere y espere, pero no decía nada.

- No me dirás nada ¿cierto?

- No sé qué es lo que esperas de mi…- Respondió Samuel agachando la cabeza

- Que me expliques, por el amor de dios- Alce mis brazos al aire en forma de derrota. – De un día para el otro cambiaste rotundamente ¿Por qué?-

- Necesito algo que me diga que al final, no serás otra cicatriz más –

- ¿Es por qué no lo digo cierto? ES POR QUE NO TE DIGO QUE TE AMO ¿VERDAD? – Eleve más mi voz, él dijo que me esperaría, que me entendía.

Se hizo otro silencio más entre los dos.

- No crees… ¿No crees que es duro amar alguien que no te ama?- Susurro aun con la cabeza gacha.

- No es que no te aprecie Samuel, es solo que…-

- ¿QUÉ ABBY? ¿CUÁL ES EL MALDITO PROBLEMA?- Se me acerco hasta que chocáramos las frentes.

- Yo no quiero sentir nada por nadie. No quiero sentir amor, no quiero sentir amistad, no quiero sentir ni tristeza ni felicidad por alguien. No quiero que alguien me importe. Porque al final todos se van, y dejan un vacío que no puedo controlar. - Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.  – Siéntete importante, pues nunca le dije una verdad tan oculta a alguien-

Narra Vegetta/Samuel

Mierda.

¿Qué le digo? Abby se veía tan frágil, tan indefensa, me había contado algo tan íntimo, algo que se notaba que lo estaba guardando hace rato.

Pero no podía decirle nada como para estar juntos.

Estaba entre hacer lo que mi corazón quiere, es decir Abby, o lo que mi cabeza decide, que es protegerla, para que el gilipollas de Alan no le haga nada.

Ella esta primero.

- A veces lo mejor es alejarse- Abrió sus ojos por la sorpresa.

- Samuel…- Susurro mi nombre y solo hizo que me doliera más lo que estaba haciendo. - Dime que ya no me amas, que nunca lo hiciste y que solo me engañas Y TE JURO, SAMUEL, TE JURO, que no me veras regresar a ti, nunca más. – Me dio un ultimátum y podía ver la ira y la tristeza acumularse en sus ojos.

La amo tanto…

- Vete Abby... N-no- no te amo- Tartamudee. MALDITA SEA ALAN Y MALDITA SEA YO.

- Joder… Siento que estas rompiendo conmigo, pero realmente nunca estuvimos juntos- Se dio media vuelta y se dirigió a la puerta. Mi mente solo me decía “Eres un idiota” y tenía razón.

Aquella vez bajo la lluvia, cuando me le declare a Abby, ella no me siguió. Y ahí me quede, sobre mis pies, mientras veía que Abby cada vez se alejaba más, cerró la puerta de la habitación, y no, no la seguí…

Narra Abby

¿Por qué rayos me dolía tanto? Llore en silencio unos segundos afuera de la habitación de Samuel, me sorprendió ver a Willy salir de su habitación, me apresure a salir del departamento lo más rápido posible, pero ya me había visto llorar.

Subí a mi departamento. Eran alrededor de las 7 de la mañana, mi hermana estaba en la cocina, haciéndose el desayuno para ir a trabajar.

- Hola hermosa…- Se sorprendió al verme. – EY…- Se levantó rápido cuando se dio cuenta que estaba llorando.

- ¿Quieres contarme?- Me seco una lagrima. Accedí, y le conté todo lo sucedido hace unos instantes, sé que Sofí tiene suficientes problemas, pero en verdad necesitaba los consejos de mi hermana. No le conté la parte de Alan, pero algo entendió.

Luego de una charla sin que ella emita una sola palabra…

- ¿Te das cuenta verdad?- Me miro con ternura.

- ¿De qué?- Me limpie las lágrimas con un pañuelo.

- Lo amas Abby… Estás completamente enamorada de Vegetta- Me sonrió y yo me quede completamente fría. – Sé que lo estas negando, y que se te es muy difícil admitirlo, pero por favor, no seas tan ciega hermanita-

- Pero Sofí, no, cuando estaba con Alan…- Me callo poniendo su dedo en mi boca.

- Recuerdas… El sentimiento que le tenías a Alan, en su momento… Cuando verdaderamente lo amabas… ¿sí?-

- ¿Para qué es esto?- Dije cansada

- Solo sígueme… ¿Lo recuerdas o no?- Asentí con la cabeza.

- ¿Es muy diferente a lo que sientes por Vegetta?- Se hizo un silencio, pensé…

- Es más fuerte…- Susurre

- ¿Lo que sentías por Alan?-

- No… Es más fuerte lo que siento por Samuel, que lo que sentía por Alan…-

- Entonces no sé porque no lo admites…-

*Sonó el timbre*

- Seguro es Alan- Revolee los ojos.

- Mejor me voy a trabajar- Le dio un último mordisco a su tostada, me dio un beso en la frente y se marchó.

Subió Alan y tenía una linda sonrisa, esa  que hace un año, me hubiera derretido por completo, pero que hoy, ya no me causa nada.

- ¿Estas lista? Mañana ya serás mi esposa.

- Buen día Alan, estoy bien ¿y tú?- Dije en tono sarcástico.

- Lo siento, buen día- Volvió a sonreírme, dejo sus llaves y el móvil arriba de  la mesada.

- Ya compre el vestido de casamiento- Me cruce de brazos y me apoye en la pared.

- ¿EN SERIO?- Grito bastante agudo y alegre

- Si – Respondí aguantándome la risa – Si quieres está arriba, ve a verlo-

- ¿No me acompañas?-

- Voy a levantar las tazas y en un segundo subo… - Alan salió de la cocina y yo me quede lavando la vajilla.

Sonó el móvil de Alan.

Me acerque hasta la pantalla y pude ver una llamada entrante de alguien llamado “Mi Amor”. Así que Alan, está viendo a alguien. Me seque rápido las manos y cogí el móvil. Atendí la llamada pero sin decir nada.

- Hola mi vida ¿Cómo andas? - Era una voz masculina, no entendía. – Alan, bebe, ¿estás ahí?

- ¿Hola?- Respondí bastante insegura. – Alan, está en el baño, yo soy… Laura, una amiga… ¿Quién habla?- Invente mi nombre, por si Alan le había hablado de mí.

- Hola Lau- Respondió el hombre bastante animado – Yo soy Alex… Alex Strecci, soy el novio de Alan.

No diré "Te Amo" (Samuel De Luque)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora