No diré "Te Amo" (Samuel De Luque)

Capítulo 12 "Todo aclarado"

Escritora: Antes que nada, les agradezco a todas/os que apoyan la novela, besos :D

Capítulo 12 “Todo aclarado”

Me quede un poco confundida con todo lo que había pasado, cogí mi móvil y comencé a escribirle un mensaje a Rubius, quería verlo, era de las pocas personas que me hacían reír tanto, y últimamente necesitaba ese tipo de compañía.

Quedamos para tomar un helado. Me cambien y baje, a los 5 minutos Rubius ya estaba esperándome con el coche.

-          ¿Paseo de medianoche?- Dijo abriendo la puerta del acompañante desde adentro.

-          Algo así… Tenía ganas de verte- Ingrese al auto, le  iba a dar un beso en la mejilla, pero corrió la cara para darme uno en los labios. Nos quedamos a escasos centímetros de distancia.

-          Yo también tenía ganas de verte- Volvió a besarme, esta vez un poco más largo el beso, mas apasionado, nuestras lenguas comenzaron a jugar, realmente sabia besar. Cuando sentía que me estaba por quedar sin aire sonó mi móvil. – Lo siento- susurre y me separe para poder contestar. –Hola ¿Quién es?... Vegetta… ¿Tan importante es? Estoy ocupada, ve con Sofía… Está bien voy para allá- Colgué.

-          Debes irte…- Aseguro Rubius.

-          Si, perdón pero Vegetta está entrando en colapso, no sé qué le sucede, lamento mucho que haya sido tan corto- Me disculpe

-          No te hagas problema, la próxima será mejor, ahora vete- Salió y me abrió la puerta del auto desde afuera, me extendió la mano para ayudarme a salir y la acepte.

-          Gracias- camine dos pasos y me pare en seco, me di vuelta y volví corriendo para cerrar mis brazos en un beso rápido, me solté y me fui corriendo al pent-house de Vegetta. Note que Rubius quedo helado, no esperaba esa reacción, luego lo vi sonreír y volver al auto.

Subí el ascensor al piso de los chicos y luego de abrirse las puertas corrí hacia la habitación de Vegetta, debía ser algo importante. Abrí la puerta rápido y me encontré con un Vegetta acostado en su cama, todo el cuarto desordenado.

-          ¿QUE SUCEDIÓ? – Dije agitada por haber corrido.

-          No me siento nada bien- Dijo entre ronquidos

-          Vegetta… ¿Qué te ocurre? ¿Comiste algo malo?- Me acerque alarmada hasta su cama y me senté.

-          No lo sé, comenzó con un fuerte dolor de cabeza y creo que tengo fiebre- Toque su frente para asegurarme y estaba hirviendo.

-          Dios, Samuel, voy a ir a la cocina y te traigo un zumo de naranja con un pañuelo mojado-

-          ¡NO! Quédate conmigo por favor- Sostuvo mi mano para que no me alejara

-          Vamos, déjame ir, necesitas recomponerte- De apoco me soltó la mano y me pude separar, di un paso y me choque con algo en el suelo, era un secador de cabello, aun conectado y caliente, como si recién lo hubieran usado. - ¿Qué es esto?- Dije incrédula.

-          ¿Eh?- Respondió haciéndose el desentendido.

-          No juegues Vegetta, tu no estas enfermo ¿o sí?-

-          No te molestes conmigo, solo quería verte un rato- Dijo parándose de la cama, llevaba puesto una camisa y un jean, ni siquiera tuvo la inteligencia de ponerse un pijama.

-          No tienes que buscar excusas para verme Sam, solamente me lo dices y ya.

-          Pero estabas con Rubius…- Note que bajo su mirada, como un niño pequeño.

-          Asique por él, es todo esto… ¿Celos de que salga con Rubius?-

-          Quizá…-

-          ES QUE ERES TAN LINDO- Me abalance sobre él y lo tire en la cama, dándole muchos besos por todas partes de la cara y el cuello. Cuando terminamos ambos estábamos agitados, yo sobre el a horcajadas.

-          ¿Así que  no estas enojada conmigo?-

-          No, solo que no lo vuelas a hacer, si quieres verme dime, me mandas un mensaje y vengo lo más rápido que pueda, quiero verte bien-

-          Tú, me haces bien- Le oí decir casi en un susurro.

-          También me haces bien- Dije alto y claro, le di un beso en la mejilla y me recosté al lado de él.

-          ¿Te quieres quedar a dormir hoy? Necesito de una amiga- Dijo volteándose para estar cara a cara.

-          Claro- Y así nos quedamos toda la noche, abrasados, quedando las cosas más claras que nunca, no cabía duda que éramos nada más que amigos…