Capítulo 14 "Nuestro secreto"

2.5K 156 14
                                    

Narra Vegetta/Samuel

Estaba grabando unos cuantos videos, haciendo mi trabajo, cuando recibo un mensaje.

ElRubiusOMG> Vegetta, ven al hospital cuanto antes, Abby se desmayó, por favor díselo a su hermana.

Se me abrieron los ojos a tope, se me paro el corazón y la respiración, volví a releer el mensaje y fue entonces cuando reaccione, me dirigí hasta la habitación de Willy pero no estaba allí, corrí hasta el ascensor y fui a buscar a Sofía, subí las escaleras de dos en dos y abrí la habitación, no estaba, quizá debía estar con Willy, volví a mi departamento para coger las llaves de la moto de Willy, el auto sería muy lento.

Llegue al hospital en menos de 3 minutos, nunca había conducido tan rápido en mi vida, mi cabello estaba alborotado, no me interesaba, corrí hasta la recepción y le pregunte sobre Abby, me dieron el número de habitación, se encontraba en el 5to piso y me dirigí al ascensor, “Descompuesto, disculpe las molestias”. ¡MIERDA! Gimnasio, no me falles ahora. Pensé y volví a subir las escaleras de dos en dos, a veces hasta de a tres escalones, cuando sentía que estaba a punto de desmayarme llegue al piso que correspondía, corrí hasta la habitación y cuando estaba por tocar la manija de la puerta siento que alguien me agarra de la espalda y me tira hacia atrás con mucha fuerza, pierdo el equilibrio y caigo contra una pared de concreto.

Era Rubius.

-          ¡¿QUE CARAJOS PASO?!- Grite levantándome y sobándome la espalda, diablos, ese golpe sacara moretón.

-          Lo siento hombre, no era mi intensión lastimarte, pero Abby debe descansar y con lo engorilado que venias ibas a despertarla- Me extendió la mano para ayudarme a levantarme.

-          ¿Qué son todos estos ruidos?- Dijo un hombre con bata blanca, aparentemente un doctor del hospital que había escuchado nuestros gritos.

-          Doctor, ¿qué le pasa a Abby?- Corrí hasta donde estaba el.

-          La señorita Romero  está estable, sufrió un desmayo, porque no tenía nada en el estómago.

-          ¿NO LE DISTE DE COMER?- Empuje a Rubius con odio, él estaba junto a ella, era su responsabilidad.

-          ¡COMIMOS HELADO GILLIPOLLAS!- Me devolvió el empujón

-          Señores, por favor, no es culpa de nadie, la señorita Romero, no tenía nada en su estómago hace días. ¿Alguno es familiar directo?-

-          ¡EL NOVIO!- Gritamos con Rubius a la vez, ambos claramente, mentimos.

-          ¿Ambos son el novio de la señorita?- Dijo el doctor en confusión.

-          No, yo solo, lo soy.- Respondió Rubius dando un paso adelante.

-          Bien, necesito que llene y firme unos papeles, además tengo que hablar de algunos temas con usted, sígame por favor- El doctor comenzó a caminar y Rubius lo siguió, me quede solo en la sala de espera, molesto e incómodo, me sentía inútil, no podía hacer nada…

Mire alrededor, cuando no había nadie, ingrese rápidamente y sin hacer ruidos a la habitación de Abby. Ella estaba en el medio de la habitación, recostada y durmiendo profundamente, con unos cuantos cables que le colgaban del brazo.

Me acerque a ella y pude notar con la luz del hospital y sin maquillaje, que tenía más ojeras que cuando la conocí, había perdido peso, pero al ser tan delgada, no se le notaba si no usaba ropa ajustada. Me sentía culpable, había sido un idiota, no la había cuidado como se merecía, sostuve su mano contra mi pecho, me sentía la peor basura del mundo. Se me resbalo una lágrima por la mejilla y la seque rápidamente.

-          Hola- Oí en un susurro, abrí los ojos y era Abby… Estaba despierta, estaba bien.

-          Nos diste un gran susto pequeña…- Le sonreí -¿Cómo te encuentras?- Susurre dulcemente

-          Mejor- respondió con esa voz que me encantaba, esa voz de recién levantada, carrasposa y grave. El ruido de la puerta me sobresalto.

-          Vegetta… ¿Nos puedes dejar solos?- Era Rubius

-          ¿Paso algo?- Dije alarmado, tenía cara de pocos amigos.

-          No, solo necesito hablar con Abby, por favor-

Deposite un pequeño beso en las palmas de ella y me retire, algo andaba mal, pero lo averiguaría.

Narra Rubius/Rubén

Ingrese a la habitación y luego de sacar a Vegetta, tendría una charla muy seria con Abby.

-          Hola- Me sonrió desde la cama, se veía tan frágil, tan dulce y vulnerable, me partía el corazón.

-          Hable con el doctor- Note que se puso más tensa.

-          ¿Me ocurre algo?- Dijo inocentemente.

-          Sabes lo que te ocurre Abby… Eres bulímica.- Pude ver que sus ojos se agrandaron ante la sorpresa de que lo sabía. Estaba sin habla. – Vas a tener que hacer un tratamiento, tu estado es muy avanzado- Mire los papeles que me había dado el doctor - ¿Tu hermana lo sabe?- Volví la mirada a ella que estaba llorando, escondiendo su cara tras sus manos, cogí ambas manos y la obligue a que me mirara. –Todo va a estar bien- Le sonreí y la abrace.

Así nos quedamos por un buen tiempo, ella llorando sobre mi pecho y yo peinándola para tranquilizarla.

-          Escucha Rubius, esto no lo debe saber nadie, yo are todos los tratamientos, comeré, le are caso al doctor, pero por favor, no le cuentes a nadie- Me abrazo más fuerte, casi en una súplica.

Me quede callado bastante tiempo, estaba en una encrucijada conmigo mismo, debía decírselos a todos o guardaría el secreto.

-          Bueno Abby… Hagamos un trato… Yo no cuento nada a nadie, pero tú debes comer, debes dejar todo esto- La separe de mí para que me mirara directamente a los ojos.

-          Es que no lo entiendes… Es tan difícil- De sus ojos caían lagrimas como cascada.

-          Lo sé, y vamos a tener que trabajar en eso, juntos, pero prométemelo, o se lo contare a todos, tú decides.

-          Está bien… Es nuestro secreto…- Me sonrió por primera vez desde que entre a la habitación. –Gracias por todo Rubius, en serio- Volvió a abrasarme.

-          Me estas volviendo loco…- Suspire.

No diré "Te Amo" (Samuel De Luque)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora