Capítulo 7 "Bailarina de Cristal "

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Me había quedado totalmente helada en frente de la chica que decía ser la novia de vegetta.

-          ¿Vegetta se está cambiando, quieres decirle algo querida? – Note un poco de odio en su voz, preferí ignorarlo o terminaríamos mal.

-          Dile que lo busco, quiero hablar unos cuantos temas con el- Me di media vuelta y volví a ingresar al ascensor, deje el tema con un poco de intriga, la verdad es que estaba un poco molesta, porque Vegetta no me había comentado que tenía novia, la verdad pensé que estaba coqueteando conmigo, que idiota que fui dios. Justo cuando estaban cerrando las puertas del ascensor vi que Vegetta bajaba de las escaleras con una toalla que rodeaba su cintura dejando al descubierto todo su torso, me miraba con cara confusa.

Narra Vegetta/Samuel

Luego de que Abby abandono mi departamento me senté en la cama, esta chica me está dando vuelta el mundo, que es lo que me pasa?

Entre a bañarme para aclarar un poco mis ideas, nada mejor que empezar el día con un buen baño energizante. Mientras me duchaba pensaba en la anterior noche, porque me afecto tanto ver al Rubius besarse con Abby? Celos? Apenas conocía a la chavala y ya estaba ciento algo, es muy estúpido, pero no negare que existe algo. Después de salir, me coloque una toalla en la cintura y cuando me estaba por afeitar escuche unas voces femeninas hablando en el living, decido bajar pensando que serían Abby y Sofía, cuando lo primero que veo es el ascensor cerrarse y la cara de Abby enojada y al mismo tiempo triste, ya había visto esa cara en otras mujeres, pero nunca me afecto tanto como ella, fue como si me hubiera trasmitido todo lo que sentía, cuando cambie la viste a la otra mujer que estaba, no era Sofía, era mi ex Estefanía.

-          ¿QUE LE DIJISTE?- Baje casi trotando las escaleras para tenerla cara a cara, sabía perfectamente de lo que era capaz de hacer Estefanía, no le guardaba rencor ni mucho menos odio, pero con este tipo de personas se debe tener precaución.

-          ¿Amorcito, te levantaste de mal humor?- Me abrazo por la cintura y cuando se acercó para besarme la aleje, no teníamos relación ya, no había porque besarse.

-          ¿Qué haces aquí? – Volví a preguntar.

-          AJJJ- Se quejó- Solo vine a saludar ¿de acuerdo? – Esa chica loca llego y comenzó a gritarme y decirme muchas groserías, no sé quién es, pero no quiero que la veas más bebe- Respondió colgándose de mi cuello. Desate el nudo que formo con sus manos y me aleje unos cuantos pasos, claro que no creía ni una sola palabra de lo que decía, no soy tan estúpido como para caer de nuevo en sus redes.

-          ¿Cómo entraste Estefanía? Voy a tener que cambiar la contraseña del ascensor otra vez por tu culpa, ¿Cuándo va a ser suficiente? Cuando vas a entender que lo nuestro término, que no quiero volver a verte nunca, me hiciste demasiado daño como para volver a estar juntos, no me vuelvas a decir bebe , amorcito ni nada, ahora por favor vete.- Dije rotundamente, me di media vuelta y subí las escaleras,  hasta mi habitación. La escuche gritar y decir muchos insultos, hasta que oí que el ascensor se cerraba.

Narra Abby

Luego de llegar del departamento de Vegetta, me sentía molesta, muy molesta. Decidí ponerme los auriculares y salir a trotar un poco, el ejercicio siempre fue mi mejor método de pensar las cosas, además debía aclarar los sucesos en mi mente de la noche anterior.

Cuando regrese de correr, me bañe y me fui a dormir, estaba muy cansada y no me había recuperado del todo de la noche anterior,  cuando me acuesto en la cama verifico mi celular, tenía 5 mensajes de un número desconocido y otros 3 de otro número también desconocido.

Abrí primero el de 3:

Desconocido> Ey lindura, soy Rubius.

>Me gustaría salir a dar una vuelta, avísame si te apetece

>Por cierto,  anoche la pase muy bien ;)

Seguramente le pregunto el número a mi hermana o a Willy, le conteste muy alegremente y le respondí que cuando él quiera estaba dispuesta. Abrí el siguiente mensaje y casi se me para el corazón.

Desconocido> Hola Abby, soy vegetta.

>Esta tarde te fui a buscar al departamento pero tu hermana me dijo que saliste a correr y me paso tu número.

>No sé lo que te haya dicho Estefanía, pero en serio lo siento

> Ella es mi ex novia y todavía no lo asumió

> Lo siento si te causo alguna molestia

>Cuando quieras nos juntamos a hablar un rato J

Tome unos segundo para asimilar lo que había leído, Vegetta no tenía novia, esa chica era una desquiciada que me mintió y que aún no puede reconocer que lo de ella con Vegetta se acabó, largue un suspiro y me dispuse a contestar.

Tu> No pasó nada realmente Samuel… Solo se presentó como tu novia con un poco de agresión, pero no pasó a más, no te preocupes. Por cierto… Me encantaría salir un rato contigo.

Apague mi móvil y me dispuse a dormir.

Me desperté y baje a desayunar, observe que arriba de la mesa se encontraba una nota de mi hermana

“BICHO, ME FUI A TRABAJAR, SI NECESITAS ALGO, PIDECELO A VEGETTA ;;)))) VUELVO A LA TARDE, LOVE U “

Además de pesada Sofía era insistente, subí a mi cuarto y luego de ordenarlo un poco, me puse mi maya y mi tutu negro de bailarina, es extraño el color, pero es que detesto con toda mi alma el rosa, además de que no quiero ser como todas las bailarinas con su trajecito rosa, no me pueden negar que entre tanto rosa, un negro se destaca mucho más.

Baje al living y corrí los sillones de gamuza blanco de mi hermana hacia un costado, puse en el equipo de música "Claro de Luna" Sonata para piano n.º 14 de Beethoven, si bien bailaba en las competencias para ver feliz a mi mama, bailaba por gusto mío, es una forma muy bella de expresarse. Me puse las zapatillas de baile y comencé.

Me dejaba llevar por la música, de un lado a otro como si del mar se tratara, mis brazos acompañaban la música mientras mis pies en una perfecta punta se movían haciéndome girar, me sentía bella, me sentía delicada y hermosa, como nunca me siento.

Supongo que estuve bailando al menos media hora cuando siento que alguien aplaude, casi me caigo del susto que me lleve, era vegetta, que me sonreía con ojos de padre orgulloso, le dedique una reverencia y una sutil sonrisa.

-          No tengo palabras, para describir lo perfecta que te ves en este momento-

-          Gracias, pero es solo baile vegetta- Intente quitarle importancia.

-          No cualquiera lo puede hacer pequeña, eres diferente a todas, en todos los aspectos-

-          ¿Eso, es un halago?-

-          Recuerda, todo lo que viene de mi es verdad, y es un halago- Me sonrió. – Me gustaría hablar contigo de lo de ayer-

-          Pues yo no…- Abrió sus ojos con asombro – Ya está Vegetta, ya me lo explicaste, no tienes por qué seguir haciéndote problema- Comencé a estirar mis piernas llevándome los talones a la cabeza.

-          ¿Entonces que dices si hablamos de salir un rato?

-          Me encantaría- Sonreí haciendo un cuatro con mis piernas y estirando mis brazos en forma de O sobre mi cabeza.

-          Te pareces a  una muñequita de cristal que tenía mi mama en su mesa de luz, de pequeño todas las noches hacia que su música sonara para que yo me durmiera- curvo su boca en forma de recuerdo feliz. – No sé qué es esto Abby, pero no lo puedo negar ni mucho menos ignorar, solo espero que sea correspondido- Se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el ascensor.

-          ¿A qué te refieres? ¿ VEGETTA?-Pero no respondió, su figura desapareció entre el ascensor, aunque sus ojos nunca abandonaron los míos si no hasta que se cerraron las puertas.

No diré "Te Amo" (Samuel De Luque)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora