⌗𝗰𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟬 ❜

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— ¡Eso no es justo! — gritó Jeongin, llamando la atención de algunos chicos y chicas en la cafetería

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— ¡Eso no es justo! — gritó Jeongin, llamando la atención de algunos chicos y chicas en la cafetería.

Ahora no me sentaba con el equipo de basquetbol, tampoco lograba entablar una conversación sana con MinHo, a excepción de los entrenamientos, donde todos éramos una sola mente con un solo objetivo. Por tal razón ahora prefería no solo compartir un momento agradable en la hora de almuerzo junto a Jeongin, sino también la misma carpeta, a pesar de la gran diferencia y de lo mucho que tenía que encogerme para entrar en esta.

— Claro que es justo, prometiste que me darías mil wons si es que lograba terminar mi almuerzo antes que tú, así que ahora cumple tu palabra. — dije con total orgullo, como si la pequeña competencia que tuvimos hubiera sido la más importante de todo el país.

Él sólo hizo un puchero en respuesta y alejó su bandeja, que aún contenía su comida sin terminar, comenzando de esa formar a buscar en su mochila el dinero para pagarme o así lo suponía.

— Una cita... — dijo después de unos segundos de alejar su mochila de su regazo. — Mi recompensa será una cita, pero en esta ocasión, yo pagaré todo. — iba a objetar, sin embargo, el timbre que anunciaba el término del receso sonó, y por tanto Jeongin y yo tuvimos que volver al aula, no sin antes pasar al baño para cepillarnos lo dientes lo más rápido posible, olvidándonos de esa forma de aquella salida programa.

 — iba a objetar, sin embargo, el timbre que anunciaba el término del receso sonó, y por tanto Jeongin y yo tuvimos que volver al aula, no sin antes pasar al baño para cepillarnos lo dientes lo más rápido posible, olvidándonos de esa forma de aque...

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Las clases estuvieron igual de aburridas que siempre, y la clase de Química lo fue aún más. Ahora que lo pensaba bien, esta materia no necesitaba de un asesoramiento o algo parecido, pues era tan fácil como la tabla del cinco. Por otro lado, Jeongin y yo estuvimos escribiéndonos en unos pedazos de hojas, básicamente riéndonos de algún chiste tonto que se me ocurría en el momento o del profesor, cosa que no le gustó del todo a mi pequeño amigo, pues él sí era de respetar a sus mayores, en especial si este era alguien que se esforzaba por enseñarnos cosas nuevas. Sus palabras, no las mías.

— Nos vemos mañana... — se despidió con su típica sonrisa, alejándose a los pocos segundos.

Asentí como bobo hasta verlo salir del aula. Jeongin siempre era el primero en marcharse, según él, para evitar encontrarse con MinHo e irse lo más rápido posible de la escuela. Yo sólo me aseguraba de que él estuviera seguro, y posteriormente, me iba.

𝐏𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍̃𝐎 ー hyunin ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora