⌗𝗰𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟲 ❜

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—Entonces

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Entonces... ¿No tendrás que cursar nuevamente el último año? — miré mal a Chan y por un momento deseé que se le cayera ese pote de helado que tenía en mano, y que su madre lo obligara a limpiar toda la casa.

— Eso no pasó. — dije de inmediato. — Incluso creo que perdió ante mi discurso de amor. — sonreí con orgullo y mi amigo siguió comiendo. Por un momento creí que no me había escuchado, pero al preguntar por cómo me estaba yendo con los amigos, confirmé que no lo había hecho y que lo mejor para él era cambiar de tema. — Todo bien, MinHo es un buen amigo, me está ayudando con algunas materias, aunque muchas veces lo único que hace es hablar con su novio por teléfono. — Chan asentía con la cabeza, mas su mirada estaba dentro del pote. — ¡Dios santo! ¿Siquiera me estás prestando atención? — él alejó su mirada del postre y asintió sin descaro alguno. — Contigo no hay solución, ni siquiera sé por qué somos amigos.

Porque fui el único que quería compartir su asiento con una jirafa en primaria. — comenzó a reír y también lo hice, pero no por el chiste.

— Pues yo que recuerdo, jamás te pedí ser mi amigo, al contrario, recuerdo que lloraste cuando un chico te dijo "el niño fantasma". — él frunció su entrecejo, pues con palidez nadie se metía, a excepción de Felix, quién podía agarrarlo de las mejillas, hablar abiertamente de su "hermosa" tez blanca y no recibir un golpe por parte de Chan.

Amigo, ¿desde cuándo no te haces una buena paja? — preguntó de la nada y es por ese tipo de comentarios es que Chan y yo siempre terminábamos con la puerta cerrada de su habitación y viendo porno en cada pijamada que hacíamos con el fin de jugar videojuegos, pero que en realidad terminaba por aquellos rumbos sexuales.

Rodé los ojos y pretendía acabar con la videollamada, pero su grito me lo impidió.

— ¿Qué sucede?

Aprovecha que tienes al chico bajito y...

— ¿Es en serio, Chan? Por eso Felix terminó contigo hace un año atrás.

Pero regresó por más. — sonrió, y entonces, sí terminé con la videollamada.

Chan podía ser mi mejor amigo, casi un hermano, pero muchas veces era el pervertido más grande que había conocido, y no importaba si yo también lo era en algunas ocasiones, él era mucho peor.

Chan podía ser mi mejor amigo, casi un hermano, pero muchas veces era el pervertido más grande que había conocido, y no importaba si yo también lo era en algunas ocasiones, él era mucho peor

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— ¡Buenos días! — el grito de Jeongin casi ocasiona que lanzara todos mis libros, y que por poco, me cayera. A pesar de ser bajito, podía causar mucho miedo.

Sus brazos nuevamente se encontraban en lo alto y su camisa se alzaba, nuevamente mostrando su pancita de bebé. Sin embargo, en esta ocasión no hizo nada más que sonreír y bajar sus brazos luego de unos segundos.

— ¿Todo está bien? ¿Por qué esa alegría? — sonreí, pues la alegría siempre era contagiosa y la de Jeongin parecía ser una gran medicina para mí.

— Porque... — lo pensó un momento y luego se encogió de hombros. — No debe de haber un porqué para estar alegre.

Acaricié sus cabellos y luego cerré mi casillero.

— En realidad, sí debe haber uno si es que esta mañana no pase por ti y contando que tu madre te obliga a tomar desayuno, en esta situación deberías estar triste.

Él hizo un puchero y abrió su mochila, sacando de esta una bolsa de papel.

— Es para ti, le dije a mamá que tú tampoco tomabas desayuno por venir a recogerme y entonces ella decidió hacerte un desayuno exclusivamente para ti. — su hermosa sonrisa no mostraba la inocencia de siempre y es que en esta ocasión ya suponía porqué lo había hecho.

— Sabes que sí tomo desayuno.

Él asintió sin borrar su sonrisa y me obligó a tomar la bolsa de papel.

— Lo sé, pero tenía que escapar de casa de alguna forma.

Y entonces sí reí. Jeongin era demasiado inocente y un tanto aniñado, pero me encantaba de sobremanera.

Caminamos juntos una vez que la campana sonó y comenzamos a hablar de lo haríamos este fin de semana una vez que nos sentamos. El profesor aún no llegaba, por lo que todos estaban dispersos y hablando entre ellos.

— Deberíamos ver una película en mi casa. MinHo y JiSung siempre lo hacen y tienen muchas películas que pueden ser interesantes.

Pensaba decirle que sí, hasta que el profesor llegó y dejamos el tema de lado.

En el receso, nos sentamos juntos con la diferencia que esta vez tenía que comer no solo mi almuerzo, sino también los emparedados que la mamá de Jeongin había preparado para mí.

— Entonces MinHo no aguantó la risa y le escupió todo en la cara a JiSung. — Jeongin comenzó a reír y quise hacerlo también, pero ya podía imaginar el ánimo de mi amigo en estos momentos, por lo que preferí reír bajito y continuar comiendo.

Íbamos a ser únicamente los dos en aquella mesa, pero de pronto dos chicas se sentaron delante nuestro. Ambos dejamos de reír y entonces miré a una de ellas, su uniforme revelaba que pertenecían al equipo de porristas, y por sus grandes sonrisas, podía deducir que no era nada bueno lo que planeaban. Jeongin sólo ignoró su presencia y comenzó a comer sin decir nada.

— Eres Hyunjin, ¿cierto? — preguntó de repente una de ellas. Asentí sin saber qué más decir. La chica le sonrió a la otra y entonces comenzaron a hablar nuevamente. — Tenemos una amiga que gusta mucho de ti. — sus sonrisas estaban llenas de complicidad y mientras hablaban, podía ver de reojo la indignación de Jeongin, pues ellas actuaban como si él no estuviera. — Y ella es muy tímida para acercarse, así que queremos que le pidas una cita.

Fueron tan directas y rápidas que cuando comenzaron a rogar y dejaron de hacerlo, fue demasiado tarde, pues tomaron mi silencio como un sí. Ni siquiera fui capaz de darles la contra cuando ellas me dieron un papel con el nombre de la chica y la dirección de su casa.

— ¿Saldrás con ella? — y entonces mi sorpresa pasó a ser miedo. Jeongin me miraba como esperando que lo negara, y cuando nuevamente todo fue un silencio, él se levantó, tomó sus pertenencias y se fue sin mirar atrás.

 Jeongin me miraba como esperando que lo negara, y cuando nuevamente todo fue un silencio, él se levantó, tomó sus pertenencias y se fue sin mirar atrás

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durante el resto de día estaré publicando los demás <3

1046 palabras.
— Nanay.

𝐏𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍̃𝐎 ー hyunin ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora