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Entró en su reunión con Min Donghyuk más tarde esa mañana, sintiéndose satisfecha. Mientras esperaba que él terminase su conversación telefónica, redecoró su despacho en su mente para adaptarlo a su gusto; La mesa de roble macizo sobre la que, en ese momento, tenía él apoyados los pies, marcada por el desgaste de sus zapatos favoritos, sería la primera cosa que se iría. A pesar de que Min evidentemente se sentaba detrás de la monstruosidad para compensar su baja estatura, lo hacia verse ridículo. Ella aliviaría la decoración con una gran cantidad de cromo y las líneas lisas de muebles modernos y piezas decorativas.
El traqueteo del auricular del teléfono al apoyarse en la base llamaron su atención de nuevo al presente. Donghyuk la estaba mirando con aparente molestia.

—“¿Y bien?”

—“Starlight estará fuera de la carrera antes del final de la semana.”

La información de su fuente y lo que había obtenido del maletín de Hyunjin, no sólo perjudicaría los intentos de Starlight de adquirir Bangsun, sino que la paralizarían y lo más probable es que harían que la empresa cierre. Kim Jiwoo había querido consumar su transacción de negocios anoche, pero la líbido de Heejin estaba focalizada en otra persona. Jiwoo se fue a su casa frustrada, pero empleada, mientras que Heejin fue a la de Hyunjin.
Desde que salió de casa de la pelirroja, había pasado la mayor parte de su tiempo tratando de averiguar exactamente qué hacer con la bomba de tiempo que le habían entregado.

—“¿En serio? Suenas muy arrogante.”

Hubo un tiempo en el que Heejin habría pensado que eso era un cumplido. Ahora lo consideraba degradante.

—“Yo sé lo que estoy haciendo, Donghyuk.”

—“Más te vale, Jeon. Ya te dije que quiero Bangsun y no voy a parar hasta conseguirla.” —Estaba casi echando espuma por la boca.

La castaña se puso de pie, extrañamente incapaz de controlar su temperamento. Siempre había respetado a Min y su enfoque de negocios; Muchas veces era feroz, despiadado, de vez en cuando apenas de este lado de la ley y la mayor parte del tiempo inmoral, pero ella sabía todo eso cuando llegó a trabajar para él años atrás. Por eso fue específicamente que apuntó a él y a su empresa por un puesto, quería el éxito que el viejo había alcanzado, y si tenía que copiar todos sus movimientos para conseguirlo, entonces así sería. El hecho de que él no pudiera ver eso incluso ahora era insultante.

—“Dije que lo entiendo y lo haré. Deja de tratarme como si tuviera mierda en la cabeza.” —Ella nunca le había hablado así, y tomó a ambos por sorpresa.

De repente estaba cansada de luchar por todo, incluído el respeto del anciano que la estaba mirando. Pensó que para este momento ya se lo habría ganado, pero obviamente se equivocaba. Para no correr el riesgo de otra explosión, salió de la oficina un poco más rápido de lo que había entrado en ella.

Estaba todavía humeante una hora más tarde, furiosa consigo misma por dejar que sus emociones dominaran la discusión con Min. Calma y cabeza fría eran las palabras que usaba para describirse a sí misma cuando se trataba de negocios. Calculadora, fría y sin corazón, era lo que los demás la llamaban.
Sus sentidos estaban sobrecargados después de su noche con Hyunjin, racionalizó. Sí, eso era todo. Estaba mareada y exhausta por la falta de sueño. No estaba pensando con claridad y dejó correr a su boca antes de comprometer su cerebro. “Mentira.” No importa que tan sensatas o lógicas sonaban sus excusas, Heejin sabía que eran basura. No podía dejar de pensar en Hyunjin antes y después de haber tenido sexo con ella. Justo cuando pensaba que había descubierto todo sobre esa chica, ella la sorprendía. Cuando creía que ya sabía lo que estaba pensando, ella decía algo completamente diferente. Cuando esperaba una determinada reacción, Kim le daba todo lo contrario.

El tráfico de la tarde en Seúl era inusualmente miserable mientras su taxi se arrastraba hacia el centro, a su restaurante de carnes favorito. Se lo merecía, pensó, golpeando los dedos con impaciencia en su muslo. Todavía estaba enganchada en la conversación con su jefe y necesitaba calmarse antes de que hiciera algo estúpido. “¿Como dormir con Hyunjin? ¿Cuánto más estúpida se puede ser?” Cuando dejó a la susodicha se había ido a su apartamento a cambiarse para el encuentro con Min. Apenas tuvo tiempo de conseguir volver a poner su deseo por la chica bajo control antes de entrar en la oficina del anciano. Había tenido la intención de decirle a Donghyuk lo que había averiguado acerca de Starlight y que destruiría cualquier posibilidad que tuviesen de conseguir Bangsun, pero su actitud hacia ella había sofocado el afán de compartir esa información.

Con todo lo que había desenterrado, así como lo que Jiwoo le había dado, podría poner las finanzas de Starlight Pharmaceuticals de rodillas con una llamada telefónica. La empresa estaba perdiendo dinero, todo lo que necesitaba era dejar caer un discreto virus en el oído de la banca de inversión de Hyunjin y habría terminado; Las acciones de Starlight colapsarían, su fuente de dinero se secaría, y Heejin podría arrasarlos y comprar Bangsun por un valor sustancialmente inferior a su valor real. Era tan simple como eso. Pero Jeon tenía una mejor idea que había estado bailando en su cabeza durante unos días.

Levantó la vista cuando el camarero trajo la cuenta, apenas recordando que había cenado. Por costumbre, y según la factura detallada, debía haber ordenado la combinación de camarones y filete. Se limpió los labios y bebió tranquilamente el vino que quedaba en su vaso. El restaurante estaba sereno y reunió sus dispersos pensamientos. Desafortunadamente no sabía qué hacer con ellos. Nunca había experimentado esta sensación de desasosiego, casi como un constante estado de expectación. El acuerdo de Bang no tenía la culpa, a pesar de que la logística y las negociaciones eran inusuales. Podría conseguir la empresa, pero simplemente estaba esperando para hacer su jugada. Había estado en esta posición más veces de lo que podía recordar. Nació para esto, se había entrenado para esto, se vanagloriaba de ello. Así que, ¿qué era lo que estaba pasando?
Pagó la cuenta y salió al frío de la noche.

—“¿Qué diablos estoy haciendo? Estoy actuando como una adolescente enferma de amor, ¡en nombre de Dios!” —Pensó en voz alta.

“Vamos, Heejin, pon las cosas en orden.” Hyunjin la descentraba. Esa mujer le fascinaba y estaba continuamente tratando de descifrarla, pero no eran los negocios lo que le estaba provocando inquietud. Era la propia belleza pelirroja... Y es que en ese momento por fin se abrió a la idea de que al parecer en algún momento había caído duro por ella, porque era ridículo ya negarse que se encontraba perdidamente enamorada de Kim Hyunjin.

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