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Draco volvió a su casa de buen humor. Aún así, cuando puso un solo pie en el departamento, se aventó rápidamente al sofá, cerrando la puerta con el pie. Un silencio completamente cómodo lo envolvió. Sintió su cuerpo descansar y sus párpados relejarse. Estuvo a punto de dormirse cuando abrió los ojos ligeramente dirigiendo su mirada al reloj que tenía en frente. Tenía media hora para descansar pero no lo haría. Se levantó y tomó su uniforme y lo tendió en la cama. Se dirigió a la cocina, sacando un poco de sopa que Pansy le había llevado dos días atrás. La calentó, comió y se arregló. 

Salió en camino a su trabajo con un poco de sueño aunque había dormido bien. Al llegar, dos de sus compañeros ya estaban ahí. 

-Hey, Draco. ¿Mal día?- Preguntó un chico de la altura de Draco, ligeramente moreno, con ojos color miel y un cabello color azabache siempre bien peinado. 

-En realidad fue un buen día, Ángel- Respondió colocando su abrigo detrás del mostrador. 

-¿Alguna chica o chico entra en esta conversación, rubio?

Draco miró a la chica que salía de la bodega. Su nombre era Lía. Tenía una altura correcta, siendo un poco más pequeña que los chicos con los que hablaba, claramente. Su cabello era largo y rizado, café claro. Sus ojos eran un verde no tan claro y usaba unos lentes que cubrían sus pequeñas ojeras. Siempre sonreía y tenía una buena relación con sus compañeros de trabajo, nadie la odiaba aunque tenía una actitud de líder y pensaba que así era, aunque Draco era siempre el que tomaba la delantera, era inevitable para el. 

-En realidad... Lo es- Dijo Draco con una sonrisa. 

Los tres chicos rieron pero fueron interrumpidos por el sonido de la puerta abriéndose. 

-Te toca, Malfoy- Dijo Ángel tocándole el hombro al mencionado y haciéndose a un lado. 

Malfoy resopló y avanzó hacia la persona que se encontraba de espaldas mirando las cosas que la gente menos ve, figuras de antigüedad que ni los trabajadores sabían que vendían. 

-Buenas tardes ¿Buscaba algo en específico?- Preguntó Draco amablemente a la chica rubia frente a el. 

Se dio la vuelta y lo miró con ternura. 

-Ah, eres tú, gusto de verte nuevamente, Malfoy- Sonrió Luna amablemente. 

-¿Lovegood? ¿Qué haces aquí?

-Paseaba por aquí y me gustan las cosas así que... entré. 

-Oh, bien por ti ¿Buscabas algo en específico?- Continuó Draco. 

-No realmente, las cosas que tienen los muggles son muy sorprendentes. Mira esto, es un atrapa pesadillas, tiene varios nombre y conceptos pero el que más me gusta es en el que atrapa tus malos sueños ¿Es lindo no?- Preguntó muy entusiasmada. 

-Lo es- Sonrió. 

-Hey, Draco- Gritó Ángel. -¿Todo bien?

-Ah si, es una amiga de la escuela- Respondió. 

-¿Amigos? Si, somos amigos- Dijo Luna tomando el brazo del rubio. 

-¿Y no la vas a presentar?- Preguntó Lía. -Soy Lía, mucho gusto- Dijo extendiéndole una mano y dándole una cálida sonrisa. 

-Soy Luna, mucho gusto- Respondió. -Creo que esto es lo que llevaré- Tomó una pieza demasiado extraña en las manos y se acercó al demostrador. Draco le cobró y cuando iba a salir, se dio la vuelta. 

-Draco, quería preguntarte si te gustaría venir a mi casa el sábado. Pienso invitar a los de siempre, ver películas o algo, podrías traer a alguno de tus amigos, a penas se me ocurrió ahorita que te vi y como no sé cuando te veré de nuevo ¿Aceptarías?- Sonrió. 

Detrás de una historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora