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Sin pensarlo dos veces, empujó aquella puerta de cristal y se acercó a la barra. Se quitó su abrigo y tomó asiento. Pidió un tequila y prestó atención a aquella música que lo relajó al instante... Jazz. Por un momento olvidó todo, a todos y cada una de sus preocupaciones. Seamos realistas, en alguien como Draco Malfoy, Harry Potter no es su único problema, alguien más en su vida había hecho ponerlo pelos de punta al recordar su lindo y suave rostro... Narcissa Malfoy. Claro. Aquella hermosa mujer con blancos y negros cabellos, con la piel más suave que las pequeñas manitas de un bebé recién nacido, aquella hermosa y tranquila mujer de la cual no sabía nada desde hace tiempo ¿Estará bien? Se preguntó Draco antes de entrar a aquel bar. En ese momento solo era él, la tranquila música y el alcohol. Cerró los ojos por un largo momento, disfrutando el sabor del líquido que se encontraba en su vaso y escuchando atentamente la ligera música, pero claro, algo siempre tiene que interrumpir a nuestro pequeño Draco. 

-Hola- Dijo una tímida voz. 

Draco abrió los ojos y miró con una seria expresión a la persona que se dignara a molestarlo. 

-Hola- Respondió, regresando su mirada hacia al frente y tomando un trago de tequila. 

-Soy Leo, mucho gusto- Contestó aquel chico. 

-Malfoy- Respondió una vez más, sin mirarlo. 

(JAJSJAJA ¿Cuánto a que quedaron como el emoji del payaso pensando que era Harry. Amén)

-Bien, sé que esto te puede parecer extraño pero estaba allá sentado con mis amigos- Señaló un par de chicos que lo miraban con una sonrisa ladeada y a Draco le hizo incomodar más. -Y la verdad es que te me haces muy atractivo ¿Qué te parece si nos conocemos un poco?

Draco se aguantó las ganas de mandar al demonio a aquel chico, no le había hecho nada así que no podía tratarlo de una mala forma. 

-Si quieres- Respondió. 

El chico sonrió y comenzaron a hablar de la música, comida, lugares, películas, actores y muchas cosas más. Draco la había pasado bien realmente pero no era como que le interesara el chico, solo pasó el rato. Leo se ofreció a acompañarlo fuera del bar y así fue. Caminaron un poco hasta que el chico empujó a Draco a una pared de un callejón y lo besó. 

-¿Qué te sucede?- Gritó Draco, empujando al chico con fuerza. 

-Oh vamos, demasiada charla, más acción- Se acercó nuevamente a Draco, besándolo con fuerza y empezando a quitarle el cinturón, todo eso en un solo movimiento. 

"Oh mierda" pensaba Draco y no se quedaría viendo como el otro lo follaba aunque fuera algo que el rubio necesitara. 

Lo empujó con fuerza y le soltó un puñetazo en el rostro sin pensarlo. El chico cayó al suelo por el golpe. 

-¿Qué te pasa?- Gritó Leo desde el suelo. 

-¿Qué te pasa a ti? ¡No te metas conmigo! ¡No soy un maldito juguete sexual, así que vete a buscar a quien follarte porque conmigo JAMÁS!- Gritó el rubio. 

Pudo sacar su varita y lanzarle un crucio pero aquel chico no había hecho más que besarle, sabemos que pudo haberlo obligado o levantarse rápidamente del frío suelo y golpear a Draco aunque nuestro rubio no se quedaría de brazos cruzados, claramente. 

-Con que te gusta follarte a gente desconocida, Leo- Dijo una voz que a Draco le puso de nervios en seguida. -No te metas con el rubio, si aprecias tu vida. 

-No me harías daño, Harry- Dijo Leo con una mano en donde había recibido el golpe. 

-Oh créeme que si lo haría pero no me refería a mí, me refería a lo que Malfoy te haría si vuelves a ponerle un solo dedo encima- Respondió Harry, poniendo su mirada más fría que el hielo. 

Draco solo se quedó mirando aquella escena. Quería gritarle a Harry que no necesitaba ayuda, el podía solo pero en ese momento, lo que menos quería era algún otro drama, solo quería llegar a casa y descansar así que mientras aquellos chicos se tiraban miradas demasiado espeluznantes, acomodó su abrigo y salió de aquel callejón. Harry salió de su especie de trance y siguió al rubio. 

-Oye- Le gritó Harry tomando el brazo de Draco. -¿Te gustaría que te lleve a casa?- Preguntó con una ligera sonrisa llena de tranquilidad. 

Draco asintió y se encogió ligeramente de hombros pero a Potter no le importó mucho ya que tomó la mano del rubio, entrelazó los dedos y caminó hacia su coche sin decir una sola palabra. 

Draco sintió como sus mejillas se coloraban de rojo al sentir los dedos de Harry entrelazados con los suyos. Su mano era muy suave y no quería soltarlo aunque sabía que en cuanto llegaran al coche, eso pasaría. 

-Por cierto, no me has dicho donde tendremos la siguiente cita- Dijo Harry, acariciando la mano de Draco con su pulgar, haciendo que el rubio tragara saliva. 

-oh... Ammm...- Titubeó y Harry soltó su mano. 

-Lo siento si te incomodé, solo quería que olvidaras lo que pasó allá atrás- Hizo una pequeña mueca y continuó caminando. 

-Está bien, no te preocupes- Sonrió tiernamente y caminó junto el chico. 

Cuando estuvieron frente al coche, Harry abrió la puerta para Draco y este entró sin problemas. Hablaron muy poco en el camino pero la música de la radio, no hacía incómodo el momento, a ambos les agradaba estar con el otro. Cuando llegaron, Harry abrió la puerta para Draco una vez más y este bajó. 

-Gracias por traerme, Potter.

-No hay de que, Malfoy. Si necesitas ayuda, que me sorprendería porque tu puedes hacer todo solo, no dudes en llamarme.

Draco sintió ternura y seguridad al notar que Potter confiaba en que él podía lograr las cosas solo, muchas personas habían dejado de creer en él, claro, sus amigos no, siempre estuvieron para él cuando más lo necesitaba. 

-Me conoces bien, Potter, no necesito ayuda de nadie pero gracias- Sonríe de lado y le guiña el ojo al azabache. Nuestro pequeño Harry se sonrojó y agachó la cabeza rápidamente. 

-Oh, ammm... No hay de que- Respondió con una sonrisa. 

Se despidieron y entró a casa con una estúpida sonrisa hasta que Blaise lo bajó de su nube. 

-¿Draco? ¿Por qué tan feliz? ¿Acaso es un chico?- Dijo con un yogurt en las manos, levantando sus cejas intrigado. Solo eso le faltaba a Draco, no saber que decirle a su amigo "oh perdón, es que me encontré con tu novio y como me gusta, me puse muy feliz". 

-No es nada, de hecho me fue mal, un idiota intentó follar conmigo o algo parecido- Agregó, acercándose al refrigerador, buscando algo que comer. 

-¿En serio? Maldito idiota, nadie se mete con mi amigo. 

-Si, ya sabes que no me dejo y menos de gente como es... ZABINI ¿TE ESTÁS COMIENDO MI YOGURT?- Gritó Draco. 

-¿Qué? Oh ¿Es tuyo? Pues... Está muy bueno- Sonríe inocentemente. 

-1... 2... 3...- Comienza Draco. 

Blaise lo miró un poco confundido y cuando el rubio llegó al 5, se echó a correr por toda la casa, siendo correteado por Draco quien a penas había llegado al 9, comenzó a correr detrás de él mientras gritaba 10. 

Así estuvieron por un rato, olvidando sus problemas, a Harry, Narcissa, hasta el yogurt pues Blaise se golpeó la cabeza y Draco comenzó a reír fuertemente ante eso, haciendo que su amigo le golpeara con una almohada y el rubio enojado, le aventaba sus zapatos. 



Detrás de una historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora