Capítulo 4

8 1 0
                                    

La fiesta del sábado fué tema a tratar en la escuela durante la semana siguiente, y por esos días Cris y Kitty discutían los acontecimientos de aquella noche. Estaban en el patio a una mesa con sombrilla disfrutando de su lunch.

- Osea me llegan montones de solicitudes a mis sociales, Cris- decía ella-. Lo que nunca me había llegado.

- Tenías que salir de ese capuchón de oruguita, amiga. Todos están impactados con como te veías ese día. Y oviamente yo, somos la pareja perfecta.

- Ovio!

- Pero oye, hablando de parejas. Que hay del "Principito"?

- Ay, es un amor, Cris. Desde la fiesta hablamos muchísimo más, dice que se muere por salir conmigo de nuevo- dió unos brinquitos en su lugar-. No puedo imaginar qué va a inventarse. Podríamos ir al cine, por un helado...

- A un hotel....- bromeó él.

- No, Cris!- rió ella y le dió un empujoncito, sonrojada-. Acuérdate que soy virgen....

- Y....?

- No quiero perderlo con él.... Osea, bueno ...- empezó a dudar-. Osea si me gustaría pero no quiero ...

- Va, déjemoslo en un "pudiera ser con él".

- Podría...

En eso llegaron con ellos Adrien y André. Con su aparición apenas notaron que en todo el almuerzo no habían visto a muchos de sus compañeros. Se saludaron entre todos y Adrien tomó a Kitty de la cintura.

- Chicos, que han cancelado las clases del resto del día por el comité de graduación. Y todos los compañeros han ido a parar al Kügel para festejar. Hay que ir! Tienen una promo de un costalón de alitas pero que deliciosas. Qué dicen?

Kitty respondió que si de inmediato, Adrien la abrazó fuerte y los tres se encaminaron a la salida de la escuela. Cris se quedó detrás un momento, analizando a la pareja, frustrado.

- Todo por quedar bien con el "príncipe"- en lo último imitó el chocante acento de Adrien y renegó, para luego alcanzarlos.

El Kügel era un billar muy reconocido por los jóvenes en esos días. Era nuevo, y estaba situado justo en la zona rosa de la ciudad, así que acudían en su mayoría los hijos de los acomodados y poderosos de la ciudad. El lugar de hecho tenía forma de una herradura, y todas las paredes eran de cristales opacos enmarcados. La enorme barra al centro y rodeaban las mesas de billar que tenían dos mesitas altas y todos los accesorios del juego, se escuchaba música variada entre rock moderno y clásico. Adrien tenía razón, en el lugar estaban muchos de los compañeros del colegio, y al entrar Adrien saludó como si se tratara de una estrella de rock y apretó más a Kitty contra su cintura. Los compañeros rodearon a la pareja, pero dejaron atrás a André y Christian, así que ellos optaron por dispersarse a saludar a más gente de por ahí y compartir un tiempo con todos.
Llevaban una hora ahí. Cris fanfarroneaba de sus partidos y de los juegos que su padre dirigía y todos lo admiraban y apoyaban, era la estrella del equipo, y Kitty ahí a su lado parecía como el poodle en la bolsa de una diseñadora, solo como accesorio. Cris los miraba de lejos, no había bebido mucho, tenía que conducir, pero en verdad quería evitar todo eso. A pesar que su amiga sonreía, no le parecía que se hallara muy agusto con esa gente y menos con Adrien a pesar de que fuera su sueño. Tomó de un trago lo que quedaba de su bebida y apartó el vaso, recargándose de espaldas en la barra. Por ahí cerca llegó André, quien le lanzó una mirada compadeciente y se colocó junto a él en la misma posición y mirando en dirección al mismo objetivo: Adrien. André rió y fue el primero en romper el silencio:

- Vaya pesado, eh?

- Sorpresa que lo digas de tu amigo...- André sonrió y se encogió de hombros en señal de que no le importaba. Cris gruñó por lo bajo y habló con voz grave-: nunca había odiado tanto a alguien como a Adrien. Odio que nomás esté ahí cargando con mi Kitty como maldito trofeo de caza!

¤ø,¸   𝒫𝒶𝓅𝒶𝓀𝒾𝓉𝒾   ¸,ø¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora