Capítulo 1

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Había pasado recién la hora de salida, la preparatoria Virginie Naveau ya estaba prácticamente vacía excepto por los docentes que debían quedarse a clases extra y los diversos equipos escolares. Afuera, en las canchas, el grupo de porristas daba piruetas y gritos en su ensayo del viernes. Adentro, en el edificio de educación docente los grupitos de maestros se juntaban con sus cafés para discutir sus planes de clases, otros estaban dentro de sus aulas con sus diversos supervisores, pero la otra mayoría se encontraba inmerso en sus cubículos, tecleando frenéticamente en sus computadoras o revisando exámenes y tareas. Era un día poco nublado, siempre había sido asi a mitad del semestre, ya estaban acostumbrados a que debían cargar con sombrillas o impermeables pues el clima era algo impredecible en esa época de año en la ciudad de Leicester.
El profesor LeBlanc por su lado estaba en su cubículo. Todo sellado exceptuando por la enorme ventana a espaldas de su escritorio, todo en colores suaves y lindas plantas decorativas. Su librero atestado de exámenes y carpetas, así como algunos adornos británicos y pocas fotos. Su título profesional colgaba de un elegante marco a un lado del librero, y un pizarrón de tiza mediano ocupaba la mitad de la pared restante.
Estaba en su escritorio, con la camisa a medio abrir y la silla girada hacia un lado. Yacía casi acostado en su asiento, ahogando gemidos sordos y apretando los ojos. No por nada tenía la fama que tenía entre el alumnado femenino, tenía la apariencia de un príncipe irlandés con la piel pálida, ojos azules y barba y cabello castaños, las facciones finas y el cuerpo delgado.
Tenía que admitir que Keila hacía muy bien su trabajo. Se veía genial con su uniforme escolar desabotonada exhibiendo los redondos pechos medianos. Llevaba unos minutos practicándole el sexo oral, humedeciendo todo con los labios llenos de brillo. Lo volteaba a ver de repente con los enormes ojos perfectamente maquillados. La chica le gustaba mucho, en realidad le gustaba, pero tenía que recordarse a sí mismo que era solo una pequeña aventura. Ya no le estaba gustando ilusionarla.

- Keila.....- dijo con la voz entrecortada por el placer-. No deberíamos.... Dejar de hacer esto ..?
Solo es por la diversión ...no?

- Ya no le gusto, profe?- dijo la chica con voz chiple y sosteniendo el miembro con las manos, pero sin dejar de lamerlo.

- Claro que me gustas, pero...

- Entonces ya- dijo ella-. No tenemos porqué dejar de hacerlo- se levantó y subió su falda para bajar las lindas bragas color rojo-. Me pusiste así con el rato que hemos estado. Aparte te recuerdo que tú me quitaste mi virginidad y me convertiste en la pervertida que soy ahora a pesar de que no sea solo contigo....- bajo un poco el sostén para acariciar los senos-. Crees que me vas a poder dejar así de fácil....?- bajó a ponerle las manos en los hombros en lo que se colocaba sobre el ahorcajadas.

- Keila..- suspiró el, si que sabía cómo provocarlo.

- Prof....- bajó ella y lo besó, pasándo la lengua por sus labios y tocando la de él lentamente. 

Su miembro empezó a acariciar la vulva de ella y ella empezó a bajar lentamente sobre el para empezar a montarlo. Gimió y lo abrazó por los hombros, pero el ya ni la tocaba. Disfrutaba el momento solamente, pero ella se movía tan bien que la abrazó por la cintura, para después levantarla y apoyarla en el sillón hincada. No la dejo sostenerse del respaldo si no que anudó sus muñecas con una de sus manos para tirar de ella y que no se cayera. Ella empezó a gemir un poco más y eso lo encendió mucho hasta el punto de llevarlo al climax. Ella suspiró al sentir el líquido caliente aún con el preservativo. 

-"Ya no quiero seguir con esto... "-se dijo Eugene-. "No puedo seguir jugando con las niñas..."



Pero volvió a caer en las redes de otra de sus alumnas. Amaba a las mujeres, eran su delirio  más grande afición. Le encantaban las mujeres con curvas y el cabello largo, de ojos grandes y piernas largas, en su mayoría altas. Claro que era muy fácil para el ya que muchas usaban la falda un poco más corta de lo que debían y usaban tacones, y eso le llamaba mucho más la atención.

Courtney LeVant era morena y de piernas largas, a pesar de que no era muy delgada tenía curvas preciosas y siempre estaba muy bien maquillada con labiales intensos y una capa de brillo encima. Podía entender porque era la chica más popular de últimos semestres, su estilo entre punk y rockero la hacían destacar y tenía fama de ser una chica mala. No desobligada ni de malas calificaciones, pero si con algunos reportes de mala conducta, sobre todo por fumar dentro de las instalaciones de la escuela en conjunto con el equipo de soccer, dentro del que estaba el tan ya mencionado Adrien Simard. 

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