Capítulo 12

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Faltaban ya un par de horas para que terminara el cuatrimestre. Los chicos salían tarde de la escuela, pidiendo asesorías a sus profesores o cumpliendo con proyectos o trabajos extra.

Cat había pasado todo el día en la oficina de Eugene, con el pretexto de que le ayudara con el examen de cálculo, pero hacía rato que habían terminado y nomás estaban en el sillón riendo y jugando. Sentados muy cerca, Cat tenía las piernas sobre las de él y habían tomado bastante café del Starbucks.

- Te lo juro que fué así!- reía él.

- Te lo creo- Cat se enjuagó una lágrima de risa.

- Oye... hay algo que quería preguntarte...

- Lo que quieras- Cat no pudo evitar el ligero nerviosismo que le recorrió.

- Cat...- le tomó las manos y la miró a los ojos dulcemente-. Me vas a decir lo que pasó con Adrien?

Cat lo miró, se le hizo un nudo en el estómago y dudó, mirando a otro lado.

- No tienes que contarme si no quieres...

- Hmm.... él intento abusar de mi...- Eugene abrió mucho los ojos. El primer sentimiento que tuvo fué ira, la cuál se le notó en los ojos y que se ruborizó un poco, pero no podía perder el control con ella. Apartó la mirada de ella para calmarse y al hacerlo volvió a mirarla, apretando más sus manos-. Pero no pudo. Fué a dejarme a mi casa e intento hacerlo en el auto... lo pateé y pude salir corriendo.

- Y... después?- ella lo miró. Conocía bien la antigua reputación de Demian, habían sido como amigos hacía unos años pero eso Kit no lo sabia-. Se vengaron...

- Eso parece...- levantó los hombros, apenada.

- Yo hubiera hecho lo mismo. No importa que fueras mi hija, mi hermana o mi esposa; ninguna mujer merece que le pase eso.

- Gracias- le enternecieron sus palabras.

Eugene le devolvió la sonrisa y se estiró a besarla. Kit pasó la mano tras su cuello y le devolvió el beso, aunque un poco incómoda de tener ese tipo de encuentros ahí en la escuela. Dejaron de besarse y ella le sonrió al separarse. Miró de reojo el reloj que estaba colgado arriba del pizarrón y se levantó de un salto al ver la hora.

- Es tardísimo, no inventes...- rió.

- Tienes que llegar a tu casa?- se puso de pie también.

- No quisiera.... Papá se fué de viaje y no sé cuando regrese.

- Déjame acompañarte entonces..- le tomó la mano y la miró suplicante.

- Va...- no podía resistirse a esos hermosos ojos azules.

Acordaron ir a cenar algo rápido. Acudieron a un lugar que se llamaba Tap, un café y canto no muy lejos del centro de la ciudad. Estaba muy tranquilo y el ambiente era acogedor y romántico. Pidieron una mesa algo alejada del grupo que estaba tocando, para poder hablar entre ellos sin gritar. Comieron tranquilamente y al final pidieron un tiramisú para los dos y terminarlo con el humeante cappuccino.

- Es el tiramisú más suavecito que he comido- Cat tomó con placer lo que quedaba en su cuchara-. Nana, se moriría si lo prueba.

- Le gusta mucho?- sonrió al ver su expresión.

- Si, pero le da coraje que a ella no le queda bien- rió y Eugene la acompañó.

- Entiendo...- consultó la hora en su reloj. No era tan tarde, solo pasaban de las 10 de la noche, pero no quería separarse de ella-. No se te antoja un vinito? Es temprano aún.

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