- Andrés, despierta, tenemos que irnos - Alguien le estaba hablando y sacudiendo el cuerpo levemente.
- ¿Qué? ¿Qué pasa? - Dijo totalmente adormilado.
- Tenemos que irnos, no podemos seguir aquí, anda, levántate - Se sentó en la cama, estaba intentando despabilarse.
- Está bien, vámonos - Ari lo ayudó a levantarse de la cama, salieron con mucho cuidado de la "Base secreta"
Al salir Andrés se encontró con la casa totalmente destruida, paredes, cuadros y más muebles habían sido totalmente destrozados, es una lástima, comenzaba a gustarle.
- ¿A dónde iremos? - Preguntó en cuanto se encaminaron por el bosque.
- Iremos a la casa del árbol, en dónde te encontré, ¿Recuerdas? - Por supuesto que recordaba, ¿Qué clase de persona no recordaría el lugar donde te "Salvaron"
- Sí, la recuerdo - Por suerte antes de marcharse habían preparado dos mochilas con distintas mudas de ropa.
El bosque estaba demasiado oscuro, ¿Qué hora será? Que él recuerde apenas eran las cuatro cuando se durmió.
Al llegar a la casa del árbol Ari le ayudó a subir, cuando por fin estaban los dos acomodaron un par de cosas, y se quedaron dormidos.
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- ¿A dónde irás? - Le preguntó confundido, apenas salía el sol y Ari ya se iba.
- Iré a la ciudad, buscaré a un amigo, para ver si nos pueden ayudar -
- ¿Puedo salir a estirar las piernas? - Dijo haciendo un pequeño puchero.
- ¿Estás seguro? No me gustaría que te pase algo -
- Tengo dieciocho años, sé cuidarme solo - Intentaba sonar molesto, pero era imposible estar molesto con Ari. Ari enarcó una ceja. - Ok, está bien, quiero estirar las piernas, no me alejaré demasiado, lo prometo -
Ari soltó un suspiro. - Está bien, no te alejes demasiado, volveré en un rato - Esperó a que Ari bajara.
Se vistió para salir y bajó las escaleras.
Estaba merodeando por el bosque, creía que no se había alejado demasiado, cuando volteó hacia atrás sólo vió árboles, árboles y más árboles.
Intentó no desesperarse, pues eso sería peor. Volvió sobre sus pasos, pero él no recordaba del todo haber visto tantos árboles.
Sintió unos pasos detrás de él. Comenzó a ir más rápido, tenía que admitirlo, tenía miedo, ¿Por qué tuvo que alejarse? Tomó una gran rama que había en el suelo y se giró para encarar a la persona que estuviese siguiéndolo.
Pero cuando se giró, no había nada, escuchó unos ruidos en un arbusto, cuando se estaba acercando, un lobo saltó de allí.
Puso la gran rama como amenaza. El lobo era un poco diferente, tenía unos ojos marrones totalmente claros, y su pelaje era marrón oscuro cómo el tronco de un árbol.
El lobo lo miraba y le gruñía, listo para atacar, pero él fue bajando despacio la gran rama, para demostrarle que no era peligroso. El lobo se tranquilizó un poco, pero aún estaba alerta ante cualquier movimiento.
Se acercó despacio, quería acariciar el pelaje, una parte le decía que saliera corriendo, y la otra le decía que se acercara y tuviese una pequeña amistad con el lobo.
- Hola, tranquilo, no te haré daño, yo no te lo haré, si tú no me lo haces - Y por fin se acercó, comenzó a acariciarle el lomo, su pelaje era demasiado suave. - ¿Cómo te llamas? - Era un poco obvio que el lobo no le contestaría, pero aún así le gustaba hablar con los animales.
Iba a volver a hablar, cuando de la nada vió otro lobo, este era un poco raro, tenía el pelaje de color blanco cómo la nieve, y sus ojos eran de un color marrón, este lobo era más pequeño que el otro, no para decir que era un cachorro, pero era más pequeño que el de pelaje marrón oscuro.
- Hola - Le dijo con una suave sonrisa, el lobo de pelaje blanco parecía más energético, y más confiado, pues este se había acercado sin dudarlo.
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Eres mi Debilidad •Spartor•
Fanfiction- Ella me dijo que estaría a salvo contigo... - Estaba nervioso, no sabía qué hacer, ni qué decir. - Lo estás, no tienes porqué preocuparte - Le dijo con una sonrisa. - Mi aveva detto che parlavi e capivi l'italiano, ma non pensavo che capissi per...