Ventidue

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Andrés y Ari se encontraban en la cama del mayor, estaban abrazados, no querían separarse por nada del mundo, no podían creer que habían pasado tanto tiempo lejos del otro.

- Chicos, siento interrumpir, pero también quiero abrazos del cachorro - Ramón abrió la puerta y se tiró encima de ambos, abrazando a Andrés.

- Yo también te extrañe Ramón - Andrés abrazaba a ambos hombres, no podía creer que en tan solo un mes había conseguido una familia completa. Unos segundos después de pensar en eso, todos llegaron hacia el y se tiraron encima, se abrazaban fuertemente, algo dentro de él le decía que esto sólo era una pequeña advertencia de que no se separarían de él por nada del mundo.

Estuvieron así por varios minutos, amaba por sobre manera a esas ocho personas, aunque a Víctor lo conoció hace poco tiempo estaba bastante agradecido con él.

- Bien, bien, suficiente, hay que dejar a Andrés, vengan, vamos a comer, May y yo cocinamos - Dijo Ramón levantándose lentamente. Le dió un último beso en la frente a Andrés y se fue escaleras abajo, todos le siguieron.

- Creo que no querrán alejarse de tí, yo tampoco querré hacerlo - Dijo Ari dándole un casto beso en los labios. Aún no creía que habían dado ese "paso"

- Lo sé, creo que puedo acostumbrarme un poco a eso - Le dijo con una sonrisa, se dieron un último beso y fueron abajo con el resto.

- Bien, ya están a salvo, será mejor que me vaya - Víctor estuvo a punto de irse, pero May habló antes.

- Quédate, por favor, te debemos demasiado, si no era por ti habríamos muerto ese mismo día - May agarró de la muñeca a Víctor y lo sentó en una de las sillas de al rededor de la mesa.

Ayudó a servir la comida junto a Ramón.

Comieron tranquilamente, después casi una semana encerrado y casi sin comer, esto lo calmaba demasiado, por fin podía comer y estar con las personas a las cuales amaba.

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- ¿Por qué Ramón y Rubén actúan un poco extraño? Digo, pasaron dos días desde que estoy aquí, y no quieren separarse de mí por nada del mundo - Preguntó confundido hacia Ari.

- Creo que eso es algo que ellos deberían de contarte, ¿No crees? - Le dijo acariciando su cabello, él estaba recostado en el pecho del mayor.

- Si... Creo que tienes razón, les preguntaré mañana - Cerró sus ojos relajándose en el pecho de Ari.

Por fin podía cerrar sus ojos sin preocuparse de que alguien lo golpeará a él o a May, por fin podía estar en paz.

•••

Cuando se despertó no estaba Andrés, se levantó aturdido de la cama, ¿En dónde estaba Andrés?

Buscó por todas las habitaciones de arriba, no estaba en ninguna, se cambió y bajó.

- Buenos días Ari - Le dijo Ramón sirviendo el desayuno.

- Buenos días Ramón, ¿Viste a Andrés? - Le preguntó directamente.

- No, creí que estaba contigo - Ramón dejó lo que estaba haciendo para verlo atentamente.

- Dios no, ¿En dónde está el resto? -

- Están afuera, o salieron a caminar, uno de esos dos - Se notaba de lejos que Ramón estaba igual de preocupado que él.

- Está bien, iré a buscarlo - Salió rápidamente de la cocina y se dirigió al patio. Allí encontró a todos los chicos.

- Chicos ¿Vieron a Andrés? - Les preguntó en cuanto estuvo al lado de ellos.

- No Ari, no lo vimos - Le dijo Javier un poco confundido.

- Dios, ¿En dónde están May y Víctor? - Preguntó alterado.

- Creo que salieron a caminar - Le contestó Sebastián.

- Iremos a rastrearlos - No le pudo negar nada a Rubén, pues este ya se había transformado.

- Vamos - Dijo él e imitó el acto de Rubén.

- También iremos - Todos se transformaron.

Eres mi Debilidad  •Spartor•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora