Cinque

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Al llegar a casa, miró con detenimiento la sala, estaba buscando algo para distraerse, había una pequeña librería, agarró un libro, se sentó en el sofá y comenzó a leerlo tranquilo.

•••

Al ir por la última página, se escuchó la puerta, su cuerpo se puso tenso por unos segundos.

— ¡Sono arrivato! — Bien, ya sabía quién era, pasaron poco tiempo juntos, pero ya reconocía su voz.

— Sono in soggiorno —

Ari fue hacia la cocina a dejar unas bolsas y después se dirigió con él.

— ¿Qué lees? — Le preguntó de repente sentándose al lado suyo.

— No leí el título, pero se trata de que la protagonista es secuestrada y al final, como siempre, igual de cliché, se enamora de su secuestrador, pero es interesante, pues el autor no se basó del todo en un simple secuestro, así que me terminó gustando — Dijo elevando y bajando sus hombros.

— Me alegra que te haya gustado, lo compré hace unas semanas, pero no me di tiempo para leer — Dijo con simpleza.

— ¿Tienes más libros? — Preguntó interesado.

— Sí, tengo toda una estantería llena de libros, algunos los leí, otros los compré hace poco, y otros simplemente no me llaman la atención para leerlos — Vaya... Ahora le gustaba más, definitivamente está enamorado.

— Que suerte, al menos no me me aburriré — Le mostró una bella sonrisa a Ari, si sus ojos no lo engañan su acompañante se acaba de sonrojar.

—B-bien, será mejor ir a preparar el almuerzo, ¿No crees? — Eso era un muy buen punto para su ego, acababa de poner nervioso a Ari, sólo con una sonrisa, definitivamente la usaría más seguido.

— Ari... ¿Qué fuiste a hacer? — Preguntó el menor levantándose del sofá y dirigiéndose a la cocina.

— Fui a la ciudad, no está muy lejos de aquí — Contestó con simpleza.

— ¿En qué fuiste? —

— Fui... En mi motocicleta, si en algún momento te aburres, o simplemente quieres ir a la ciudad, sólo pídemelo, con gusto te llevaré — Se notaba nervioso, dudó demasiado al decir “Mi motocicleta” parecía más una pregunta que una afirmación. 

— Gracias, lo tendré en cuenta —

•••

— Oye Ari, me gustaría ir a la ciudad, estar un rato y luego volver — Dudó un poco en decirle.

— Por supuesto, pero tendrás que esperar aunque sea una semana, esos hombres, inclusive más, te pueden estar buscando — La preocupación, cómo en la primera vez, seguía en su voz.

Soltó un pequeño suspiro. — Está bien, esperaré — Una leve sonrisa se mostró.

•••

Se encontraba nuevamente en su habitación, esta vez se llevó con él dos libros, estaba leyendo el primero cuando Ari llegó corriendo, en sus ojos se notaba el miedo.

— ¿Qué sucede? — Preguntó, lo estaba poniendo demasiado nervioso que Ari esté de esa forma.

— Encontraron la casa, agarra los libros y acomoda tu cama, tenemos que escondernos — Definitivamente estaba asustado, hizo lo que Ari le pidió, este se dirigió a la mesita de luz y tocó el botón, el armario se movió dejando ver una pequeña abertura. — Vámonos —

Lo tomó de la muñeca y se lo llevó, en cuanto entraron el armario se volvió a mover, esta vez tapando la abertura.

Bajaron por unas escaleras, cuando se terminaron, había un tipo de sala, había una cama matrimonial, una heladera, comida, sillones, televisión y libros, lo necesario para unos días.

— Wow... Es hermoso — Dijo observando todo.

— Sí, sería más hermoso si no nos estuvieran buscando para matarnos — Estaba totalmente serio, él también se puso serio.

— Lo lamento, quería alivianar la tensión — Se recostó en la cama, su espalda estaba apoyada en el respaldar.

— Yo también lo lamento, estaba enojado, pero no contigo — Le dijo en un suspiro. Se acercó a paso lento y se acostó al lado de él.

Eres mi Debilidad  •Spartor•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora