Capítulo 15- Farsa.

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En multimedia Walter.

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Sigo mirando a Harry, el cual, no ha movido ni un solo dedo y no ha dado ninguna señal de vida. Todos lo estamos observando.

Pensaba que iba a coger todo y tirarlo por los aires, pero no, lo único que hizo fue dar un paso hacia adelante y mirarnos detenidamente a cada uno.

-Ese hombre, nos está arruinando todo. Ese hombre nos está hechando a la boca del lobo, más de lo que estamos. Ese hombre...es mi puto padre. ¡MI PUTO PADRE!- Y explotó. Lo que os había dicho. Y por instinto, todos nos apartamos unos dos pasos atrás.

Empezó a arrancar las cortinas de la habitación, a tirar todos los cosméticos, cremas y perfumes de mi tocador. Eso no me importaba en lo absoluto ahora. Igualmente no es que lo usara tanto. Y por último cogió el ladrillo que estaba sobre la alfombra y lo tiró varias veces sobre suelo para al final romperlo y hacerlo añicos. Ha estado bien que haya hecho eso, ¿Porqué? Porque porfin se ha descargado, aunque de una manera algo violenta.

-¿Mejor?- Preguntó Niall.

-Ajá- Contestó indiferente.

Respiró varias veces controlando su respiración y habló.

-Nos tenemos que ir ya de aquí, da igual si están fuera, los enfrentaremos y si morimos, almenos lo haremos con más dignidad que él.- Nos informó serio.

-Espera, espera, espera. ¿No te olvidas de algo? O mejor dicho, ¿De alguien?- pregunté directamente. Jess no se me ha olvidado, ni mucho menos, yo ni de broma la dejo aquí, NO.

-Mira Katy, no hay tiempo de adivinanzas ni de enterrar a nadie-Gilipollas.

-Y a mi que, yo sin Jess no me muevo de aquí- Dije firme.

Harry suspiró profundamente manteniendo la calma y miró a los chicos.

-Ayudadme a cargarla.- Ordenó mirándolos.

Los chicos asintieron e hicieron lo que Harry les dijo. Liam cargó a Jess con cuidado que no se abrieran más las heridas y yo me tapé la boca para evitar pegar un grito al recordar cuando la vi por primera vez así.

Liam rodeó la cama y al girar, el pelo enredado de mi mejor amiga dió un vuelo como los de Pantene y me fijé que tenía raíces marrones. Espera, ¿raíces marrones? Jess tiene el pelo negro natural, nunca se lo ha teñido ni se ha hecho mechas en su vida.

Me acerqué aún más y antes de que Liam saliera por la puerta lo cogí del brazo.

-Un momento- dije.

-¿Qué pasa?- preguntó desconcertado. Hice caso omiso y seguí mirando a la persona que él llevaba en brazos.

Cogí su cabello y lo levanté. Tenía todas las raíces marrones y se le veían reflejos de ese color. Continúe observando por el cuello, las pecas, y por último, decidí abrirle un ojo. Lo sé, es raro, pero quiero estar el 110% segura. Abrí con cuidado el ojo derecho y definitivamente, no era Jess. Esta chica tenía los ojos marrones oscuros y Jess los tiene verdes. No era mi mejor amiga. Liam me miró raro al ver mi ceño fruncido.

Por una parte, estaba feliz y contenta porque quiere decir que, ¡no está muerta! Pero por otra...tengo una rabia impresionante, nunca había estado tan enfadada con alguien, claramente con Walter. Cómo me pudo engañar tan fácilmente. ¡Cómo no me pude dar cuenta antes! Creo que el dolor me cegó demasiado, que hasta no pude distinguir a mi mejor amiga. Pero esque...¡Son idénticas! Llevan la misma ropa, tienen la misma forma de cara, las mismas fracciones pero... no es ella. Esto ha sido una gran farsa. Ese hombre me quiere ver sufrir de cualquier manera. Salí de mi mente en cuanto Louis me habló.

-Katy, que está pasando. Te has puesto pálida derrepente.- dijo acercándose y tocándome la frente.

-Louis, ¡ella no es Jess!- al fin grité.

-¿Cómo?- preguntó muy confundido.

-Que ella no es Jess, Louis. Chicos, Walter me ha engañado de la peor manera- les expliqué.- Así que, ¡él todavía la tiene secuestrada! - se me subió la sangre a la cabeza y me puse roja de la furia. Creo que por eso hice esta estupidez, tenía tanta sangre en la cabeza que no sabía lo que hacía. Lo único que pensaba era ir donde Walter y matarlo. Fue una muy mala decisión.

Abrí la puerta de mi habitación y con la energia que me quedaba en las piernas, corrí escaleras abajo hasta llegar a la entrada, mientras escuchaba fuertes y rápidos pasos detrás de mi, los chicos.

Giré el manillar de la puerta de entrada y la abrí por completo hasta salir con toda la furia que tenia acumulada, seguí mi camino hasta llegar a la calle de delante de mi casa. Miré por el lado derecho y el izquierdo buscando un coche sospechoso, el de Walter. No vi ninguno pero sí uno en la esquina de mi casa. Quiero matar a ese malnacido. Di unos cuantos pasos, ya que estaba enfurecida y los hacia gigantes, y llegué al coche que estaba segura que era de Walter. Pero no, al contrario, no se veia ni una sombra. Escuché pasos tras de mi y sabía que eran los chicos, ya que antes me intentaron parar para no hacer una locura.

-Chicos, estoy bien. Puedo tomar decisiones por mi misma almenos una vez sin hacer una tontería- les dije todavía buscando a alguien en el interior del auto.

-Muñeca, pues date cuenta lo equivocada que estás- habló una voz que nunca había oído en mi corta vida.

Mi respiración comenzó a ser irregular y a medida que me hiba girando, antes de ver a esa persona, todo delante de mis ojos se convirtió solo en negro.

Amor indomable [H.S] |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora