ii. Pase un tiempo maravilloso, arruinando todo

1K 56 1
                                    

—Ella es de lo peor.

Stella siguió arreglándose las uñas con la pintura roja, los espacios de relleno los quitó con su mano seca. Puse los ojos en blanco y volví a mi teléfono mientras revisaba algunos chats nuevos. Una pequeña sonrisa apareció cuando ví a Sky en la conversación. Me estaba contando algo sobre el verano.

—...Luego... ¿Me estás escuchando siquiera?

—Lo estoy. Simplemente no sé qué decirte —respondí vagamente. Su mirada de costado quemó mi piel y tuve que dispararle una para que se detuviera—. No me presiones, Stella.

—No, tú no me presiones —espetó ella, entrecerrando los ojos—. ¿Qué te pasa estos días?

—Nada. Simplemente no tengo ganas de andar con juegos.

Mi atención regresó a la pantalla y reprimí la sonrisa que otra vez estaba a punto de crecer cuando apareció el nuevo mensaje. Me levanté, agarré mi chaqueta negra de jean para lanzarla por mis hombros.

—¿Adónde vas?

Me siguió hasta la puerta. Vi a Aisha anotando algunas cosas en su libro mientras salía.

—Se suponía que vendrías conmigo a almorzar —añadió Stella.

—Tengo que hacer algo. Nos vemos en la sala común al mediodía.

Eso fue todo lo que dije antes de cerrarle la puerta a la cara.

Al dirigirme fuera, un brazo fuerte me tira hacia atrás. Sacudí la cabeza, justo a punto de devolverle su misma acción o patearle, pero tuve que poner los ojos en blanco al ver unos particulares azules helados que adornaban el rostro de Riven. Apoyé los hombros contra la columna cercana a nosotros, cruzando los brazos sobre el pecho.

—Tú. ¿Qué querías?

—¿Por qué te estás metiendo con Hoffmann? —interrogó, entrecerrando los ojos.

—¿Eso te molesta? —Arqueé una ceja—, porque no debería.

—No me molesta.

Sonreí de lado, tildando la cabeza—. ¡Qué bueno! Ahora me voy, tengo muchísimas cosas importantes que hacer.

—Estábamos... —Dejó salir un gruñido por no poder salir de su propio lío. Esperé por si decía algo coherente. La esperanza resurgió entre las cenizas—. Nini, realmente no quieres hacer esto.

— ¿Esto? —se me escapó una risa breve—, Bien, ¿cuál es tu definición de esto? Riven, eres un idiota. No hay más que decir. No estamos juntos.

Dio un paso atrás, torciendo la boca.

—Eres una terrible amiga, sólo para que conste.

Otra risa seca abandonó mis labios mientras negaba con la cabeza, incrédula por su declaración—. Sí, lo que sea que te haga dormir por la noche está bien para mí.

—Igual.

Mi mirada se hizo más fuerte ante las rápidas palabras. Su intención no fue buena. Riven no mostró culpa, así que cuando di un paso atrás y lo miré una vez más, solo se dio la vuelta para irse por el pasillo. Mi puño se formó y gruñí antes de inhalar profundamente. No valía la pena. No valía la pena. Simplemente no iba a llegar a ese punto otra vez en donde permitiría que me importara.

—¿Ya estás buscando problemas?

—Yo diría que Riven tiene un deseo de morir.

Respondí, finalmente apartando mis ojos del vacío para concentrarme en el alto de cabello castaño frente a mí. Su sonrisa era para morirse. Escaneé su cuerpo y definitivamente estaba enamorada del suéter que llevaba, de color negro marino y con una luna llena en la esquina superior.

The lost of the hearts || Fate: The Winx SagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora