xi. El agua llama y atormenta de por vida a quienes le pueden oír

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—¿Estás en posición?

Su voz hizo eco en mi cabeza. La oscuridad del día junto con la niebla hacían que todo fuera borroso y húmedo. La hierba verde sobre la que estábamos parados representaba un pequeño fragmento de una lista de razones por las que esto era una mala idea y por las que no debería estar allí. En un espacio casi ciego, deberías emparejarte con alguien de toda tu confianza. En ese momento, a pesar de las circunstancias anteriores, no estaba muy segura de si Sky caía en una definición de amigos.

—Sí. Esperando instrucciones — respondió, mirando alrededor—. El perímetro es borroso. La niebla no nos deja ver lo suficiente.

—Va a bajar. Enfóquense en salir de ahí y en evitar las lesiones, obtendrán puntos claros... Veamos qué pueden resolver ustedes dos. —La voz de Silva sonó lejana de repente. Mis ojos se entrecerraron, en alerta porque desconocía si eso era normal o no—. Algo que les puedo decir antes de comenzar es que no confíen en nadie fuera de ustedes dos. Todos lo demás no servirán para nada. Ellos están dispuestos a aprobar esto sin importar el costo. En la vida real, son el enemigo y ustedes tienen que ganarles.

—Estás haciendo que suene como si fuera vivir o morir.

—Para ustedes dos, en una batalla real, lo sería —puntualizó Silva.

Mis ojos rodaron ante su exageración. Nunca fui del tipo de salir en las prácticas de misión, pero encontrar algunos implementos aleatorios parecía ser la última de nuestras preocupaciones mientras estábamos en una misión real. ¿Sería incluso necesario emparejarse con especialistas? Quiero decir, ajá, bien, podrían hacerlo solos. Y estaba segura de que las hadas podían hacerlo solas. En cuanto a mí, era comprensible por qué tenía que tener compañía. Era la forma en que los profesores manejaban las situaciones antes de que el desastre pensara siquiera en unirse a la fiesta.

—Deberíamos ir hacia el norte — anunció Sky caminando frente a mí. Su espada se balanceaba en su cinturón con cada movimiento que hacía. La niebla creó una espesa cortina que volvía difícil caminar con precisión—. En la inducción en la escuela teníamos este mapa. Silva no nos permitió traerlo debido a que poder reubicarnos era una de las actividades que se están evaluando en geografía.

—¿Recuerdas dónde estaban las cosas? —lo interrumpí sin querer escuchar toda la historia.

—Deberíamos dirigirnos al norte. La brújula ayudará.

—¿Qué hay en el norte?

—Nuestra próxima pista. Recuerda que debemos salir de aquí y recoger los suplementos que esparcieron. Uno de ellos nos da una buena calificación. ¿Todas? Tienes créditos en las materias —se detuvo. Observó la brújula en su mano y levantó la cabeza, frunciendo el ceño antes de seguir avanzando—, y estoy seguro que no te vendría mal. Sobre todo en las clases de Ross. Así recuperarás las clases que tuviste que suspender el año pasado.

Resoplé.

—Oye, mi cerebro se reseteó. —Sacudí la cabeza. Obtuve una risa corta de su parte.

Acomodé los mechones en la trenza—. Y, como sea, esta es la forma en que Dowling dice: aquí, toma, déjame mimarte para que pienses que confío en ti mientras que el profesor Ross está esperando a probarle que arruinaré las cosas. Como es de costumbre.

—Nini... — alargó, mirandome sobre su hombro. Chasqueé la lengua—. Si tan solo dejaras de pensar que vas a arruinar todo, sería un avance, ¿sabes? No te das crédito. Puede que esta vez estén seguros que sí lograrás resolver esto. Sácate el chip de la cabeza y ten un poco más de fe en ti.

Reí por lo bajo, palmeando su brazo.

—Ya, Sky. No te éches el gran discurso motivador al hombro. No es así de fácil resolverlo, ¿me entiendes? No pienses que simplemente caminaré un poco por el bosque, encontraré el objeto más raro de nuestra lista y finalmente alcanzaré a probarle a todo el mundo que se equivocaron conmigo... Ah, ¿ves? Ni siquiera puedo andar normal sin tener las trenzas bien ajustadas. Esto da pena, Sky.

The lost of the hearts || Fate: The Winx SagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora