v. ¿Por qué arriesgarse cuando tienes las de perder?

530 28 0
                                    

—Como sea, aquella de allá es Bloom.

Señaló Stella con la cabeza sin verla cuando estábamos almorzando el lunes al mediodía durante nuestro descanso. La pelirroja estaba sentada en una mesa a un par de metros de distancia, demasiado concentrada en su charla con Aisha y Terra. Aunque casi no se nota por su postura, Musa también estaba comiendo con ellas junto a un par de chicos más.

—¿Cuál es tu trato con ella ahora?

—Ninguno. No la creas tan especial.

Giré hacia Stella, tragando el trozo de pollo que había comido—. ¿En serio? ¿Por qué me da la impresión de que te cae mal?

—Ya, bueno, eso es porque ha estado pasando tiempo de caridad con Sky —La voz burlona de Riven cerca de mi oído me hizo lanzarle un puñetazo en el pecho sin voltearme. Su risa en mi oído hizo que mis ojos rodaran—. Veamos cuánto tiempo ustedes dos pueden soportar a la nueva amiguita de Sky.

Sin más nada, se dirigió a su mesa. Sky, Brandon y otros especialistas estaban almorzando allí. Torcí la boca cuando chocaron los puños entre ellos.

—¿Estás celosa de Bloom? —le pregunté a Stella después de que las palabras de Riven se apoderaran de mi cabeza—, ¿piensas que es una amenaza para ti? Interesante.

—¿Yo? Eres tú la que echa humo.

—No deberías estarlo. Rompiste con él. Te creíste mejor y lo dejaste botado. —Mordí el muslo de pollo, ignorando su acusación.

Levantó una ceja, girándose hacia mí. No admitiría que el delineador marrón resaltaba su mirada—. Tú tampoco deberías. Solo eres su amiguita de la infancia. La niñita rota a la que piensa que puede salvar.

—No proyectes tus inseguridades en mí, Stella. — Solté mis palabras antes de ponerme de pie. Solo agarré mi lata de jugo de limón agrio y me dirigí al jardín delantero sin escuchar más de ella, dándole largos sorbos a la bebida.

La clase con la directora Dowling era en quince minutos, lo que significaba que tenía tiempo de sobra. Tiré la lata vacía en la bolsa de papel afuera y escaneé el lugar. Estaba mayormente vacío. La mayoría estaba comiendo. Desde mi posición, podía escuchar los gritos de lucha de los especialistas a la izquierda y las espadas rompiendo desde su lugar de entrenamiento.

Me tomé mi tiempo allí y caminé, sintiendo el aire extremadamente frío que traía el día. ¿Cuál podría ser la probabilidad de que Sky se enamore de Stella una vez más? Caray. Si tuviera que apostar, diría que él no ha dejado de sentir algo por ella. Sabía que yo era su «amiga» y que la conocía desde hace mucho tiempo, pero no se suponía que fuera más fácil estar de su lado cuando hirió a mi amigo.

O lo que sea que fuera Sky.

—Señorita Vegan. ¿Podría unirse a nosotros en la lección de hoy?

La voz femenina de acento pausado me hizo girar la cabeza al detenerme abruptamente. Estuve desorientada por un breve momento. La directora Dowling estaba a solo medio metro de mí. Su postura era impecable, como siempre, con su figura delgada cubierta por un vestido largo semejante al de épocas de antaño. Sus expresiones eran tensas sobre su rostro, como si estuviera tratando de averiguar lo que había estado haciendo. O mejor dicho, cómo si supiera lo que planeaba hacer.

—¿O iba a alguna parte con prisa? —Hizo un gesto detrás de mí.

Cuando supe lo que estaba a punto de hacer, tragué saliva. Mi primer instinto fue dar un paso atrás tanto como pude, alejándome de las barreras que nos rodeaban.

—No me di cuenta... No estaba tratando de salir, directora Dowling. Estaba pensando y caminando y solo... —me detuve pues no tendría respaldo de mis palabras. Parecía que solo tenía esa excusa poco convincente, siendo esta una de las raras ocasiones en las que estaba siendo completamente honesta. Cruzar la barrera no estaba en mis planes, al menos, no en ese momento de todos modos.

The lost of the hearts || Fate: The Winx SagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora