vi. Rastros que dirigen al este

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Tuve que quitarme los audífonos para escuchar lo que El Coronel tenía que decir.

—No sabía que eras un hada de la mente.

Después de asegurarme de que estaba a una distancia segura, acomodé mi chaqueta sobre mis hombros y respondí: —Dowling lo dijo en clase.

—Eres mala para controlar tus poderes —recordó—, y el manipular el agua no se te da bien.

Eché la cabeza hacia atrás, poniendo los ojos en blanco—. Sí, y tú lo logras hacer perfectamente. ¿Te molesta que yo no pueda controlarla? Porque no debería. Digo, no es tu problema.

—Tu inestabilidad puede ser problemática para todos —corrigió—, tienes que practicar.

Las ganas de golpearla no me faltaban. Era alguien irritante hasta la médula.

—Copiado, Coronel. —Me puse de pie, agarrando mi cuaderno y mis auriculares. Sin voltear a verla, notifiqué: — ¿Sabes, Aisha? La próxima vez trata de no ser una mocosa pesada. Es posible que nunca sepas cuándo la magia puede volverse errática y te ocurran las cosas a ti.

Con suerte, sí se volvería contra ella y tendría que tragarse sus propias palabras.

Salí de la suite y me dirigí al exterior. El profesor Ross estaba parado en la sala común hablando con algunas de las hadas mayores y miró mis movimientos mientras salía. Me quemó la nuca intentando averiguar qué haría, pero no pensaba en nada malo. De hecho, me sentaría en el área de entrenamiento de los especialistas para verlos practicar. Lo más descabellado que haría sería la tarea de Historia de la magia.

Al llegar, Silva me lanzó un visto rápido antes de asentir brevemente como un saludo. Le devolví la acción, acomodándome en el césped a un par de metros de distancia de Brandon y Sky peleando en la plataforma redonda sobre los canales.

—¡Tienes que concentrarte, Brandon! ¡Tus movimientos son perezosos! ¡Date prisa, golpea con fuerza! —Silva dirigía sus movimientos. El chico de hombros anchos estaba sudando su vida por el uniforme y Sky no se veía mucho mejor. Vi sus espadas en una esquina. Las peleas sin armas eran—a veces—la debilidad de Sky. Mientras, las peleas armadas eran la de Brandon—. ¡Abajo, Abajo, Abajo! ¡No puede ser! ¿No me escuchas, chico? Sky, tus patadas tienen que ser precisas. Son predecibles, cambia la estratégia, mejora la postura... ¡Las piernas, muévelas más rápido! Brandon, tus reflejos son lentos. ¡Piensa más rápido!

Concentrarse con la dirección de Silva al pelear sonaba como un infierno. Con solo eso, no sería capaz de sobrevivir a esa presión y los gritos me sacarían de mis casillas en algún punto, lo que terminaría en una mala respuesta definitiva.

—¡Patea más rápido! —Silva vociferó, golpeando un lado de la plataforma con su palma—. ¡Más alto, Brandon!

Y presencié cómo Brandon envolvió ambas piernas alrededor del torso de Sky en un salto, tras un impulso acertado, lo tiró, soltando un profundo suspiro de alivio mientras se acostaba en la superficie. Su pecho subió y bajó con rapidez, recostado en el suelo junto a Sky.

Silva chistó—. Eh, buena práctica, muchachos. Necesito que vengan alrededor de las tres. Tenemos entrenamiento con Marcos y Anakin. Me gustaría que se unan.

—Claro, profesor.

Brandon expresó con dificultad. Respirando ruidosamente, se sentó. Pasó el dorso de la mano por la frente y secó parte del sudor que corría por ella.

Silva se dirigió al rubio, derrotado sin moverse en la superficie plana—.Sky. Tus movimientos carecían de precisión. Trabaja en eso. No eres un niño. Escucha mis direcciones y haz las correcciones para esta tarde.

The lost of the hearts || Fate: The Winx SagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora