CAPÍTULO 5

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— Pasa, Yeji — la pequeña Lía le abría la puerta de su casa a su mejor amiga, Yeji ingresó algo tímida pero una vez que visualizó todo a su alrededor, quedó sorprendida

Era la primera vez que veía una casa tan grande y cosas tan lujosas

— Woah... tu casa es muy bonita, Lía — halagó la niña

Lisa venía detrás de ellas, su mente estaba ocupada en todo lo que había visto hasta llegar aquí

Jennie tuvo que ir a la oficina cuando le llegó una llamada de Seulgi, así que tuvieron que recoger a Yeji en taxi

Durante todo el trayecto, Lía y Yeji no despegaban sus manos, la pequeña castaña no paraba de besar las rojas mejillas de su amiga, ésta solo le acariciaba los cachetes a su hija cuando lo hacía

¿Que ocurría ahí?

Lisa seguía pensativa, su pequeña no podía estar enamorada

Lía aún estaba muy pequeña, Lía seguía siendo su princesa bebé

Lía no podía irse de sus manos tan pronto, Lísa se entristeció ante aquellos pensamientos

— Ven Yeji, vamos a mi habitación — Lía tomó la mano de la pequeña pelinegra

— Pero a ti no te gusta tu habitación — se interpuso la tailandesa — Tu duermes con nosot...

— ¡No es cierto, mamá! — Lía le tapó los oídos a su acompañante — Vámonos, Yeji

Y cuando Lisa se disponía a poner unas reglas, las niñas ya subían la escaleras corriendo

Lisa lo dejó pasar y fue hasta la cocina a servirse un vaso de jugo

— Tienen nueve años, ojalá no hagan nada indebido — tomó su jugo pensativa

— ¿Indebido? — el matrimonio Park ingresó a la cocina

Jisoo iba hasta la refrigeradora mientras Roseanne cargaba al pequeño Joohwang en brazos tratando de hacerlo dormir

— Golpeale la espaldita más despacio, Rosie — indicaba Jisoo — Acabamos de conocer a la amiga de Lía

— Ni tan amiga... — recordó la pelicorta frunciendo su ceño, tal vez ella es de esas mamás celosas

— Lo acabamos de ver — Rosie la escuchó llamando la atención de Lisa, Jisoo se servía algo de comer — No puedo creer que así son los niños de ahora

— ¿Q-qué?

— Tu hija le propuso a su amiga jugar a las cebollas, y cada vez que piñen sus ojos se darán un beso donde quieran — rió Jisoo comiendo un pedazo de manzana — No me imagino a ustedes como abue...

Lisa no esperó más burlas por parte de su cuñada, dejó su vaso de jugo por ahí y fue corriendo hacia las escaleras tratando de salvar que no sea abuela muy pronto

Roseanne y Jisoo ríeron ante la cara de espanto de Lisa cuando bajó con las niñas sonrojadas

— ¡Yo no la iba a besar, mamá! Solo quería quitarle un mechón de cabello que caía de su frente — se excusaba la pequeña Manoban

Yeji quedó en silencio con sus mejillas encendidas

— No quiero más excusas, Julía Manoban Kim — Lía sabía que su madre estaba enojada cuando le decía de esa manera

— L-lo siento, señora — la niña se moría de pena

— Jugarán aquí, en la sala, donde yo pueda verlas — ordenó sentándose en uno de los alejados sofás

Manoban Kim: La Unión | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora