CAPÍTULO 23

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Hoy era el gran día, Lisa y Jennie estaban en Italia

Un auto aparcado lejos de una gran mansión esperaba la señal de uno de los trabajadores de Lee Taeyong

Jennie había logrado comprarlo para que les diga la hora en que se retiran del lugar dejando a Taeyong solo, ahora solo tenían que esperar el siguiente paso

- ¿Y si nos descubren, Jennie? - Lisa estaba realmente nerviosa viendo como una sexy Jennie se colocaba el diminuto auricular en su oído

No sabía si estaba nerviosa por lo que iban a hacer o porque ambas estaban encubriendose

- Ya te lo dije, Lili. Ningún plan me ha fallado, y este no será la excepción - le dijo acariciandole las mejillas para calmarla

Lisa soltó un suspiro

- Confía en mi, Lisa. Todo va a salir de acuerdo al plan - siguió dejándole un beso en la frente, la castaña podía notar el nerviosismo de Lisa

- Confío, pero temo que te ocurra algo malo - confesó uniendo sus frentes, el corazón de Jennie empezó a latir más rápido de lo normal calentando sus mejillas - Tu eres lo más importante aquí... - la tomó de las caderas subiendola a su regazo

La respiración de ambas empezó a agitarse cuando Jennie la abrazó por el cuello rozando sus narices

No habían tenido interacciones los últimos siete meses, casi ocho y Jennie lo entendía, pues sus hijos aún necesitaban cuidado y ellas solo querían descansar después de un largo día de trabajo, solo compartían pequeños besos de despedidas y de buenas noches

Por eso con cualquier roce de Lisa, Jennie se encendía

Nunca había pasado tanto tiempo sin tener sexo, pero la coreana no insinuaba nada, pues Lisa no se había quejado

Pero la castaña estaba equivocada, Lisa le daba cariñitos a su amigo cada mañana y cada noche a la hora de su baño pensando en su esposa

No lo habían hablado, ambas pensaban que la otra estaba bien así y no querían una discusión por sentirse necesitadas

- ¿T-te importa si al terminar de aquí nos escapamos a un hotel? - Jennie lo soltó sin más, rezando para que su esposa diga que si

La coreana sentía el miembro de su esposa por debajo del vestido que llevaba puesto, Lisa empezaba a excitarse

- Pensé que nunca lo pedirías - respondió ronca apegándola a su centro, como por arte de magia su nerviosismo desapareció

Solo se dedicó a pasar su nariz por el cuello de su esposa aspirando aquel delicioso perfume Chanel

Jennie se volvió loca cuando dejó una pequeña mordida en aquel pulso necesitado

- Olvida lo que dije - la menor alzó su vista por la respuesta de Jennie y pensando en que se había arrepentido - Hazme tuya aquí mismo, Manoban... - recitó sensualmente y con algo de desespero

La sangre de Lisa hirvió, su miembro estaba completamente satisfecho ante aquellas palabras

Le dedicó una sexy sonrisa antes de besarla con fuerza

Jennie gimió ante el tosco tacto entre sus labios, su lengua adentrándose a la cavidad de la menor disfrutando de comerle la boca

La pelinegra bajó sus manos elevando el vestido de Jennie a su cintura, escuchó su gran gemido cuando, por debajo de las bragas de encaje, le apretó las mejillas de su redondo trasero

- ¡Agh! - Eso le dió la satisfacción de besarle el cuello expuesto

Mientras Lisa chupaba aquella zona, Jennie se encargaba de apegar su centro todo lo que podía al miembro de Lisa realizando movimientos sensuales

Manoban Kim: La Unión | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora