Manoban Kim: La Unión | Jenlisa

EPÍLOGO

- Todo listo, señorita Kim - habló uno de los trabajadores cerrando la puerta trasera del gran camión

A Jennie le creció una gran sonrisa en el rostro

- Eso es todo muchachos, puedes irse a casa hasta que el camión llegue a su destino, luego de eso les depositaré una gran cantidad - dijo Jennie al grupo de hombres delante de ella

La ahora pelinegra dió un asentamiento de cabeza y se disponía a ir a su auto cuando fue detenida por sus trabajadores

- Eh señorita Kim...

- ¿Qué ocurre, Yoo? - se detuvo a mirarlos

- Gracias. La vamos a echar de menos.... - Jennie agachó su cabeza con una sonrisa al escuchar la confesión mientras guardaba sus manos dentro de su chaqueta

Los hombres quedaron asustados al no escuchar ninguna reacción por parte de Jennie y se lamentaron pensando en que era mucho para ella

Habían estado tanto tiempo bajo el mando de Jennie y era lo menos que podían decir

- Gracias a ustedes por ser parte del equipo - empezó cuando los hombres estaban a punto de retirarse - Será extraño no verlos a partir del lunes, pero ustedes quieren seguir en esto y yo no soy quién para andarlos juzgando..

Algunos de ellos querían echarse a llorar sobre el hombro de Jennie, pero sabían que era demasiado, pero no podían soportarlo, ellos también tenían sentimientos

- Seguramente Wang y Park estarían felices por la decisión que tomó, ellos siempre querían esto.. - Jennie agachó su cabeza mordiendo su labio ocultando su tristeza al escuchar aquellos nombres

A pesar de haberselos tirado en el pasado, aquellos dos hombres eran los más leales, dieron su vida por proteger a su jefa y eso para Jennie era una gran muestra de lo mucho que valían

- Seguramente sí... - respondió - No se olviden de contactarme si algo malo ocurre, aunque creo que Lauren sabe lidiar con eso - sonrió - Están en buenas manos, muchachos. Espero que también le sean fieles a Lauren, hasta pronto...

Jennie dió una última mirada antes de querer subir al auto, pero....

- Ah, no le veo el problema, ¡Venga acá! - extendió sus brazos, y en menos de un segundo tenía a todos sus trabajadores rodiandola en un abrazo

Tal vez en un pasado, Jennie hubiera echo sufrir a quién le enseñara la más mínima muestra de afecto, pero esas son las consecuencias de tener grandes abrazos esperándola en casa

- Bueno, señorita Kim a desaparecido - habló consigo misma encendiendo el auto - Ahora solo soy señora Manoban, la esposa de la perfecta Lisa y madre de seis gatitos preciosos - sonrió llena de amor

Luego de diez años exponiendo su vida, al fin Jennie estaba fuera

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- Feliz aniversario, mamá, papá - Jennie se arrodilló frente a las lápidas dejando unas hermosas flores

Alrededor de las tumbas, yacían miles de pétalos que se habían caído de las demás flores, pues los hijos de Jennie siempre quieren visitar a sus abuelos para hablar con ellos y les traían aquel presente

- Al fin estoy fuera, creo que eso les hubiera encantado desde el principio pero.... me gustaba hacerlo, creí que era mi profesión absoluta hasta que Lisa me hizo entrar a la universidad y ahora soy medico forense - acarició las lápidas - Aunque no creo que sea un gran cambio, sigo abriendo cuerpos - carcajeó

Los padres de Jennie, a lo lejos, rieron con ella

- Amo mi vida ahora y no quiero más problemas con mi esposa, mis gatitas están creciendo muy rápido ¿Saben? creo que no se sorprenderían al saber que Liv y Livie son una copia exacta de Lisa, pero Liv tiene mi carácter y demasiaaaaada fuerza - alargó la palabra