"Corazón roto"
Jeon Jungkook
Weeler debatía con el mayordomo como se debían de cocinar las carnes del almuerzo y la comida. Parecía una niña pequeña mientras discutía y levantaba su voz para ser más escuchada, al mismo tiempo que se ponía de puntillitas y trataba de mantener la altura de la otra persona.
Estaba convencido de que su tipo de mente era dificil de encontrar. Ella es especial. Weeler era el tipo de chica que cualquier hombre querría en su vida, cualquier hombre como yo.
Cae una cuchara en el suelo. La pequeña discusión llegó mas allá y en uno de sus enojos y berrinches soltó un grito chistoso, haciendose perder el equilibrio y chocando con los cubiertos, los cuales tiró al suelo. Me pare entre risas y puse de rodillas para recoger unas cucharas y tenedores.
Weeler cada vez se volvía más torpe.
Miré por debajo de la mesa, había una cuchara allí, la última que me quedaba. Metí mi mano y comencé a moverla para agarrarlo. Había polvo, podía sentir telarañas y algo más, una cosa suave que se movía.
Sentí un pellizo.
Me quejé.
Grité y una risa del otro lado de la meseta se escuchó.
-Menudo bebé tenemos en la casa. -Weeler río mientras mostraba la cuchara que debía de tener en mis manos. -Un pellizquito de nada te asustó tanto Señor Jeon.
-Weeler. -traté de sonar serio pero ver su rostro entre carcajadas me lo impidió. Miró al mayordomo, quien tambien reía por todo lo antes sucedido y crucé de brazos mientras subía las escaleras, era molesto ser el motivo de burla.
Arnie Weeler hacia que vida fuese mas divertida, le daba luz a mis días y estaba feliz de que se diviertise a mi lado.
Estaba feliz de su felicidad.
Abrí la puerta del cuarto, me aburria el estar solo en la habitación. Visualice un montón de humo por todos lados, mi nariz picaba y estornude.
¿Que estaba ocurriendo?
¿Acaso se quemaba la casa?
Corrí bajando las escaleras, tropecé con uno de mis pies, rodee por los escalones y terminé cayendo al suelo. Todo se veía nublado y costaba respirar de tanto humo que había dentro.
En mis pensamientos solo caminaba la incógnita. ¿Weeler estaría bien?
Llegué hasta la cocina como pude. Había estado por casi toda la casa y no había fuego por ningún lado. Todas las ventanas de la sala se encontraban abiertas, incluida la puerta principal. Tapé mi nariz y meciendo mi mano en frente de mi rostro para evitar volver a tropezar y salí de casa luego de vertificar gritando que no se encontraba nadie dentro.
Lo primero que hice fue darme la vuelta y mirar la casa. Estaba soltando humo por todos lados y aún no sabía que había pasado.
Giré la vista, Weeler reía con el mayordomo. Los guardias estaban sentados a lo lejos y todos hacían como si nada estuviese como estaba.
¿Acaso alguien se había preocupado por mi?
Caminé hacia donde la chica, el otro hombre al verme encaminarme en su dirección se marchó y dejó a solas con ella.
-Por fin saliste. -dijo chistosa y le miré de mala cara. ¿Solo eso diría? No preguntaría si estaba bien.
-No pareciera que te importase mucho para no avisarme. -alcé una de mis cejas con seriedad. -¿Que le ha pasado a la casa? -tarté de alzar un poco la voz mientras con los brazos señalaba la mansión, de la cuál aún salia una infinidad de humo.
-La manteca se voló y no nos dimos cuenta hasta que la casa se puso como está ahora. El mayordomo me impidió ir a buscarte, dijo que sería muy peligroso pero aún así te grité un par de veces pero no me escuchaste. -meció sus pies en el aire. -Sabía que estarías bien, pero de igual manera me preocupé. Me alegra que ya estés a mi lado.
Se acercó a mi. Colocó sus rodillas sobre el asiento y alcé la vista. Esta vez ella era mucho mas alta que yo. Besó mi frente y luego me abrazó. Podía sentir su corazon latir con frenesí, no dudaba ni un segundo que se había preocupado.
Sentir su tacto sobre mi le daba fuerzas a mi corazón solitario. Le daba esperanzas de que no volvería a estar solo.
Era genial estar junto a Weeler.
-Necesito decirte algo. -se separó de mi.
Sus voz se sintió seria.
Me preocupé.
-Adelante.
-Tengo planes de irme. -hizo una pausa y respiró mientras cerraba sus ojos, y al contrario de mi, mi mirada se clavaba en la chica que estaba en mi frente más fuerte que nunca. -Jimin me ha pedido que me valla con él y me lo estoy pensando seriamente. Posiblemente si lo haga.
Perfecto.
Ya podían recoger mi corazón con la pala, enterralo en el lugar que les fuera más cómodo y dejarme aquí, a esperar que cayera la primera lluvia y que el frío se apoderara de mi cuerpo, mientras el agua limpiaba mis heridas.
-Weeler. No quiero que te vallas. -Tomé sus manos y las abracé con fuerza. -No dejes a mi corazón solitario nuevamente.
-No quiero hacerlo. Pero no tengo otra opción.
-Siempre hay otra opción Weeler. Si no puedes encontrar otra razón para quedarte piensa en mi. ¿En serio no te queda claro después de todo este tiempo que tu me gustas? ¿De que manera te lo tengo que hacer saber para que te quedes conmigo?
-No quiero romperte el corazón Jungkook. En serio no quiero hacerlo. Aún no me voy, solo lo estoy tomando en cuenta.
Cerré los ojos.
Me puse de pie.
Me alejé.
-Si te vas, lo romperas. No en uno, ni dos y mucho menos en tres pedazos. Lo romperás en miles de trozos, cada uno de ellos más pequeños que los otros, y que una vez no estés a mi lado será imposible volver a juntarlos. -me di la espalda y di unos pasos. -De igual manera es tu decisión.
No abría otro baile.
No abría otro atardecer.
No abría otra oportunidad.
¿Después de tantos años buscándola merecía esto? -no lo creo pero ya no estaba en mis manos-
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(+18) VENDIDA / JJK
Fanfic🛸ꦿꯧCompleta🛸ꦿꯧ -No me gustan los juegos Weeler. No hagas que mi paciencia estalle una vez más. Se acercó a mi, dobló el cuello de mi camisa y se paró en frente de la silla en la que me encontraba. Me dirigió una mirada inspeccionista de arriba a a...