C:6

435 26 1
                                    

(Nota aclaratoria) Todos los capítulos de esta segunda parte han Sido editados. Recomiendo volver a leer para que puedan entender todo, y sepan de dónde salen estos personajes. Disculpen la inactividad, espero les guste el nuevo capítulo ❤️

 Disculpen la inactividad, espero les guste el nuevo capítulo ❤️

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Arnie Weeler

Aquel señor esa noche no se llegó a presentar. Simplemente me agarró por la muñeca mientras se quedaban lejanos esos pensamientos de que por una vez en la vida podría ser libre nuevamente.

Pero tal parecía que mi destino era ir de mano en mano, de dueño en dueño.

Caminaba por la arena descalza, el guiaba mis pasos en la oscuridad hasta que nos acercamos a Lamborghini.

-¿Es precioso verdad? -se dijo a si mismo adulando aquel coche viejo.

Aunque si, era precioso.

-Basuras, al igual que tú.

Esas palabras me costaron una bofetada. Sus finas manos tocaron mi cara ágilmente para luego sacudirlas contra su pantalón.

Pude sentir mi nariz sangrando.

-Modera tu lenguaje a partir de ahora.

Puse los ojos en blancos, ¿Quien se creía que era este tipo para estar mangoneandome de tal manera?

Pero no tuve otra reacción diferente.

Paff.

Volvió a sonar su mano contra mis cachetes, está vez un poco más duro que la anterior.

-Espero que está vez seas más educada, Weeler. No tolerare ninguna falta por tu parte. Espero no se tenga que repetir este comportamiento por parte de ninguno de los dos.

Me quedé callada, no sabía si reír por sus palabras o llorar. Debía de ser fuerte. Pero a quien mentía. Mis lágrimas salían solas mientras en mis labios podía saborear una mezcla de llanto con sangre.

Mi rostro dolía más de lo que podría describir.

-¿Entendido? -hablo fuerte y claro. Las personas que se encontraban a nuestro alrededor de un momento a otro fueron desapareciendo.

Se esfumaron de nuestro alrededor en un abrir y cerrar de ojos. Hasta los demás autos que estaban cerca del Lamborghini habían tomado rumbo hacia otra dirección.

Nos habían dejado solos en aquel desolado lugar.

Rezaba a dios que por una vez en la vida llegara Jimin, que fuera mi salvador en ese momento de desgracia que estaba viviendo, pero mis súplicas nunca se hicieron.

-¿Entendido? -repitio aquel joven esperando una respuesta de mi parte.

-Sí.

-Rash. Mi nombre es Rash. Que no se te olvide nunca, Weeler. A partir de hoy, eres mía.

(+18) VENDIDA / JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora