¡Lo prometiste!

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Kagome la miko que puede viajar en el tiempo, accedió a la petición del que dice llamarse su abuelo, Kanaye, líder del clan divino que controla el tiempo y espacio, el clan Jiku. La noche pactada la decidida sacerdotisa acude al encuentro, para mantener a su familia y amigos a salvo. Sin embargo, uno a uno los suyos no dejarían que pasé por esto sola. Inuyasha, Sango y Miroku aparecieron justo en el momento adecuado. Haki un miembro del clan y  enviado por Kanaye para recogerla junto con otros cuatro súbditos, se enfrentarán desatando una pelea donde solo uno podría salir vencedor.

—I-Inuyasha —susurro Kagome.

—Kagome-sama —salto la pulga anciana del traje del hanyo— no podía permitir que usted haga esto sola.

—Kagome-chan, no te preocupes los niños, están a salvo. La anciana Kaede y Shippo están con ellos —Sango llegó montada en Kirara como antiguamente solían combatir.

—Además deje un campo de energía con ellos —Miroku dijo apareciendo detrás de Sango.

—!Muchachos!

—Estamos juntos en todo esto —le sonrió Inuyasha.

"Clap, clap, clap", el sonido de los aplausos pausados puso en alerta al grupo.

—¡Que conmovedor! —confesó Haki.

—¿Qué quieres decir? —Inuyasha enfureció— te cortaré la cabeza para que te calles.

—Preciosa es una lástima que esto tenga que llegar a este punto —suspiro resignado— luego no digas que no te advertí —saltó retrocediendo hasta el centro del lugar, donde se encontraban anteriormente.

—¿Q-qué quieres decir? —preguntó asustada Kagome.

—¡Deja de balbucear! —gritó Inuyasha, empuñando a colmillo de acero.

El ataque del hanyo, fue suficiente para iniciar una batalla, sin embargo, Haki creo un escudo que absorbió su "viento cortante", el cual en menos de dos segundos le fue devuelto, haciéndolo retroceder junto con Kagome.

Sango montada en Kirara lo atacó con su hiraikotsu desde otro ángulo, pero esta vez él desapareció antes de ser tocado por el arma. Sango tomando de regreso su Hiraikotsu no se percató de la presencia atrás suyo, una mujer de largos cabellos rojos, mirada fría y apariencia suntuosa, elevada sobre si misma con un "mudra" (gestos sagrados hechos con las manos para canalizar energía) logró desvanecer la transformación de Kirara, dejándola caer desde lo alto.

—¡Sango cuidado!

Miroku gritaba al verla caer, pero fue detenido por otro salido desde las sombras de los árboles. Un hombre de cabello corto plateado vestido con un kimono tradicional muy elegante, al igual que los demás. Con un báculo semejante al del monje como arma, conjuró un hechizo para manipularlo, haciendo que vaya tras Inuyasha, atacándolo por sorpresa.

—¡Sango!

Kagome al ver la inminente caída de Sango, canalizó su energía en dirección a ella y a través de sus manos logró sostenerla en el aire junto con kirara, evitando el golpe.

—¿Qué alivio? —suspiro. La desesperación del momento estaba evocando el despertar de su verdadera fuerza.

—¡Ya verás!

Kagome lanzo una de sus flechas sobre quien estaba controlando a Miroku, haciendo que este perdiera su concentración deteniendo el hechizo que liberaba al monje.

—Me decepcionas preciosa, pensé que eras más inteligente —rio triunfante Haki.

—¿D-de qué estás hablando?

Origen y destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora