Después de una ardua pelea donde Haki , el enviado por el lider del clan Jiku y abuelo de la miko, amenaza al grupo de Inuyasha con la vida de Moroha. Kagome obliga al hanyo a cumplir su promesa "La vida y seguridad de Moroha por sobre cualquier cosa". Inuyasha y los demás observan como la sacerdotisa lucha hasta agotar sus fuerzas para protegerlos y finalmente agotada, cae rendida. Haki venció, el clan divino que controla el tiempo y espacio reclama al miembro de su familia que buscaba. Kagome desaparece con ellos dejando un "Te amo" en el aire.
—Inuyasha la encontraremos, estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo.
—¡No es suficiente! Ha pasado un maldito mes y no hay rastro alguno —apretó sus puños— no debí haberla dejado.
—¡Papi!
—Es Moroha será mejor que recuperes la compostura.
—Lo sé Miroku, lo sé —inhalo profundo y volteo a ver en dirección de su hija, quien venía con Sango de la mano— Moroha, ven con tu padre —estiro los brazos para recibir a la enérgica niña en el aire.
—Papi, mira —abrió sus manitas repletas de perlas de colores recogidas del rio— con esto le haré un regalo a mama ¿Crees que le guste?
—Por supuesto, le encantara —ensombreció su mirada.
—Lo siento, no quise ponerte triste.
—No te disculpes, no es culpa tuya, traeré a mamá de vuelta lo prometo —acaricio el intento de coleta que ambos hicieron.
—Confió en papi —sonrío, y esa sonrisa, la misma de Kagome logro tranquilizarlo.
—Bien Moroha, es hora de almorzar —interrumpió Miroku.
—Vamos a lavarte las manos —levantó a su hija en brazos y ambos salieron a cumplir esas normas de higiene que Kagome tanto había inculcado.
El almuerzo desde que la sacerdotisa no estaba, era simplemente silencioso, los niños eran quienes ponían el ruido en esa casa y aun con todo ello ese mes pasado fue solitario. De ser por Inuyasha, Sango, Miroku o Shippo ya se habrían encaminado en búsqueda de su paradero, sin embargo, dos atenuantes impedían que esto sucediera. Y es que ahora estaban los niños, no podían dejarlos sin protección y más sabiendo el peligro que corría Moroha, y la segunda es que no había rastro alguno, de la misma forma en que aparecieron habían desaparecido llevandose a Kagome con ellos.
—Inuyasha, sabes algo del anciano Myoga.
—No, ese cobarde escapo —respondió indiferente— desde aquel día no lo he visto.
—Ya veo.
—Porque lo preguntas Sango.
—Aquel día el anciano menciono una daga que mantendría a Moroha a salvo.
—Así es Inuyasha, el viejo Myoga lo dejó aquí —mencionaba Shippo— pero cuando ese sujeto se llevó a Moroha esa daga también desapareció.
—Ese maldito lo robo.
—Me pregunto si era la verdadera arma la que consiguió Myoga.
—¿Qué quieres decir Miroku?
—Inuyasha piénsalo bien, el anciano hablo sobre la creación de ciertas armas empleadas para matar inmortales.
—Podría ser que esa... esa daga sea una de esas armas.
—Es lo que sospecho Sango.
—Entonces, ahora estamos aún más perdidos, sin un arma ¿Cómo podremos enfrentarlos?
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Origen y destino
RomanceLo que debe ser será, es lo que se conoce como destino, así movamos todas las fichas, inevitablemente ocurrirá, pero ¿Cuál es el mío?, después de todo lo que pasamos, después de estar separados, regrese por él, intente y trate de demostrarlo, o demo...