10. Mejorías

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Pasaron unos cuantos días desde el reencuentro, la malla no sabía nada del Federal ni de lo que le había pasado con los verdes. Volkov comenzaba a ver las carencias en su cuerpo pero se negaba a darle la razón a Horacio, quería mantener las apariencias pero resultaba imposible, sobre todo con los Sheriff, cada día veía la eficiencia en la malla contraría, mientras que en la suya se llenaba de quejas.
Habló con Kovacs sobre la situación y si era conveniente reajustar algunas cosas, este le propuso reclutar algunos agentes nuevos.
Volkov tendría que hacer una reunión de las que tanto disfrutaba en el CNP pero detestaba en la LSPD, ya no escuchaba las largas charlas de Conway y las reprimiendas sobre sus carencias, ahora era él quién tenía hacer eso, era él quién debía poner orden y respeto.

Era lunes por la mañana, la bienvenida a los alumnos nuevos a la malla, el día perfecto para realizar una reunión y empezar a formar el cuerpo policial que se merecía. La cuidad estaba bastante tranquila, no había muchas alertas, eso le vendría bien para tomarse un tiempo y ordenar un poco la situación dentro del cuerpo.
Checó la radio del FBI y visualizó aquella inicial que esperaba ver hace días, dudo unos segundos en si presionar el botón o no, observó su despacho con las medallas y títulos que recibió durante los años posteriores por su trabajo y dedicación, no tenía muchas opciones, Horacio era un Federal y debían trabajar mano a mano. Sin dar tiempo a que su orgullo lo retuviera entro en frecuencia y habló por el artefacto en su hombro.

—Comisario Volkov de la LSPD para el FBI, ¿alguien me copia?—

Tardó unos segundos en recibir una respuesta.

—Emm si, sí aquí el... y-ya sabe, ¿ha pasado algo?— La voz sonaba en un timbre extraño.

—10-5, le informo. Habrá una reunión de la LSPD en unas horas, tenemos alumnos nuevos y usted puede asistir a presentarse si quiere hacerlo.—

—¿Cómo dice? Estoy un poco liado ahora y no le he escuchado bien.— Ahora su voz era algo agitada.

—Habrá una reunión sobre las seis treinta, si desea presentarse ante mis agentes está usted invitado si así lo quiere, será en la sala de reuniones, abandonó su radio.—

—En la esa del S-

Salió de la radio sin terminar de escuchar la respuesta.
Horacio siempre fue distraído, y eso ni los años lo habían cambiado, cosa que frustraba al Comisario, el mensaje se entregó ya era cuestión de Federal si aparecía en dicha reunión o no.



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El día le resultaba gris, sentía un ambiente sombrío y solitario, estar en aquel parking no ayudaba en nada. Podía ver los dos rascacielos en los cuales solo se presentaban algunas personas a dar mantenimiento a los edificios, de ahí en más estaba completamente abandonado, si no fuera por él lo más probable es que ya estarían demolidos y convertidos en algún centro comercial.
Abrió la puerta del vehículo y dedicó unos segundos a mirar el cielo, estaba nublado no solo era como él se sentía. El día en general era lúgubre.

—Debí quedarme con Ford.— La melancolía en su voz era evidente.

Bloqueó el vehículo después de coger las maletas que se hallaban en los asientos traseros, suspiró pensando en como hace tan solo unas horas todo se veía distinto, más alegre, más vivo.
No lograba entender porqué se había negado a la oferta del actual Jefe de División en los Sheriff de quedarse en su apartamento, que a él no le importaba dormir en el sofá la veces que fueran necesarias, recuerda las expresiones del castaño al estar recogiendo las maletas. Ford había llegado entusiasmado por el ascenso del Capitán, pero al ver a Horacio dejando su apartamento vacío el ánimo del ascenso decayó por los suelos. Le resultaba difícil verlo marchar, en la cabeza del castaño era agradable saber que si decidía volver Horacio estaría allí, lo más seguro es que durmiendo pero eso no importaba, lo importante era poder verlo al llegar después de una larga jornada. No era como si hubiese pasado mucho tiempo en su apartamento pero las dos semanas y medias que se alojó ahí, fueron suficientes para marcar una diferencia en su rutina.
Horacio se torturaba recordando la conversación con Ford, se arrepentía en sobre manera pero ya no tenía mucho caso pensar en ello, había dicho “no” y eso lo hacía estar nuevamente solo, si bien encontró a alguien con quién se sentía cómodo y querido, al momento de tomar una decisión el pánico ganó la batalla prefiriendo la soledad a sentirse vulnerable ante otra persona nuevamente. Se conformaba con trabajar a la par con él en investigaciones, haciendo 10-8 a las afueras de la ciudad y tonteando un poco con el resto de la malla del Norte.
Para Horacio todo era compañerismo y mero trabajo, sentía comodidad así, ese pensamiento no lo amenazaba o exponía de ninguna forma.
Estar en la sede del FBI le traía malos recuerdos del CNI, la sensación de las oficinas vacías, la soledad y el sentimiento de no estar haciendo las cosas bien, que realmente no valía la pena, ¿cómo una sola persona podían encargarse de toda un facción?, veía una mejor posibilidad en abandonar y ser borrado del mapa como lo más probable es que había pasado con Gustabo y Conway, ¿qué diferencia habría entre hacer una cosa u otra?, para Horacio ninguna.
Pero su instinto de supervivencia y todo lo vivido se lo impedían, superó cada adversidad hasta la fecha, no era momento de rendirse, no tan fácil, si los altos mandos querían su cabeza tendrían que ir por él ellos mismos.
Dejó las maletas en uno de los sofás de cuero negro y buscó su móvil, encontrando el contacto que buscaba presionó el botón verde.

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