6. Primer día

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Pasaba del medio dia, el sol se encontraba en su punto más alto y los rayos de luz se colaban pintorescamente por la ventana situada a un costado de su camilla. Estaba listo para partir al departamento de la Jefa del hospital, no tenía ninguna intención de hacerlo, pero fue la única opción viable ya que al no contar con ninguna vivienda formal, se había decidido en conjunto que lo mejor sería que el tiempo en recuperación lo pasara junto a Eli, ella propuso su departamento y a todos les pareció maravilloso, que mejor para ambas partes si era en su vivienda, después de pensarlo, por la mente de Horacio solo rondaba hecho de que su "hogar" era la sede del FBI, incluso en ocasiones llegaba a dormir en los bancos de algún parque, pero se negaba a tener un lugar fijo a dónde llegar después de un largo día de trabajo, no soportaba la soledad con la que vivió tantos años cuando se encontraba fuera de Los Santos, no le apetecía volver a estar en una cocina obscura y vacía llena de botellas de licor vacías, comida chatarra tirada por la sala de estar y una habitación que parecía más una sala de tortura por la pesadillas que sufría cada noche. No volvería a pasar por ello.
Aunque a día de hoy había crecido bastante como persona, temía volver al principio si conseguía un lugar donde vivir. Le costó bastante volver a su estado físico y recuperar un poco de salud mental como para enfrentarse nuevamente a eso.

El sonido de la puerta a su espalda lo saco de sus pensamientos, trayéndolo de vuelta al presente. Tal vez no todo era tan malo en su vida actual como él pensaba.

—Hola. ¿Puedo pasar?—

—Sí, adelante. Pasa, pasa.— No esperaba verlo ahí.

—Y... ¿Cómo sigues?, ¿te encuentras mejor?—

—Voy to filete tío.— Comentaba entre risas. —No esperaba verte más, quiero decir, por ahora. No esperaba verte por ahora.—

—Buaaa ni me lo digas, lamento no venir antes, pero tengo más trabajo ahora que tú estás fuera del juego.—

—¡¿Conseguiste el trato con él pringao de las armas?!— Preguntaba emocionado.

—No, aún no. Pero no hablemos de trabajo hombre, que yo he venido a verte no a hablar de esas cosas. Y cuando pensabas decirme que te vas a vivir con Eli la Jefa del hospital, ¿eh?—

—¿Qué?— Soltó una risa nerviosa. —N-no me voy a vivir con ella, solo cuidara de mí una semana o así.—

—Si claro...—

—No te pongas celoso anda, es solo que no tenía donde quedarme y ella ofreció su apartamento. Eso es todo.—

—Cómoooo, ¿cómo así que no tienes dónde quedarte? Haberlo dicho antes hombre, mi piso no lo uso mucho, puedes quedarte allí si gustas.—

—No jodas, ¿dónde estabas hace unas horas? Ya está hablado, teng-

—Yo puedo hablar con ella, si así lo prefieres claro.—

—Te como el culo si haces eso por mí.— Le salió como un impulso.

—Bueno, tú me puedes comer lo que quieras guapo.—

—Ya te gustaría.— Era común entre ellos bromear sobre cualquier cosa, a ninguno le incomodaba y la pasaban bien.

—Si lo haces tú, sí.— Ford se acercó hasta quedar frente a Horacio. —Bien, ¿me lo comes ahora o después en mi piso?—

—¿D-dormiremos en la misma cama?—

—Que es broma hombreeee, ni te preocupes por eso, prácticamente no lo uso. Por lo general me quedo en comisaría, tal vez me pase un día o dos, pero me quedo en el sofá, sin problemas.—

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