2. Solo problemas

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La cabeza dolía, podía sentir el frío de la madera en la parte izquierda de su cuerpo, todo giraba a su alrededor, ¿un culatazo quizá? La percepción era casi nula, pero como fue que terminó en una cabaña deteriorada en medio de la nada. Se suponía que solo era una reunión para compartir precios y un que otro contacto de ser posible, para después pasarse por el Yellow Jack a tomar una copa o unas cervezas, eran contactos de confiaza, con los que ya se habían reunido en otras ocaciones, incluso se podría decir que llevaban una buena relación entre todos, colegas que compartían negocios sucios. Pero ahora se encontraba casi inconsciente, con una herida en la parte derecha de su cien que sangraba y le nublabla la vista.
Podía escuchar a su lejanía una voz que hablaba con desespero pero no lograba distinguir de quién se trataba, debía de estar comunicándose con alguien, en nada pudo sentir pasos al rededor de su cuerpo inmóvil que iban de un lado a otro con inquietud. "¿Dónde estoy?" "¿qué mierda ha pasado?" Incluso con la desorientación producida por el golpe, su instinto de supervivencia le pedía a gritos salir de ahí lo más pronto posible, tenía un problema; su mente le pedía salir pero su cuerpo no respondía.
En situaciones como estás su cuerpo dejaba de responder, justo como en aquél día donde su hermano disparó a cierto Comisario. Era casi como un mecanismo de defensa para su persona, el pánico se apoderaba de su ser y no lo soltaba hasta que la razón ganaba. No era el caso. Su respiración se empezó acelerar al igual que sus pulsaciones, la habitación comenzaba ha cerrarse, sintiendose sofocado faltandole aire.
"No es el momento Horacio, tienes que salir de aquí. Concentrate" "Inhalar y exhalar, inhala y exhala Horacio. Recuerda las terapias, venga."
Poco a poco sus pulsaciones y respiración retomaban su normalidad y se regularizaban. Tenía presente que se toparia con situaciones como esta incontables veces, después de todo era un Federal, pero los pensamientos de volver a despertar torturado en una cuneta, siendo llevado por Jack al hospital, lo perseguían y atormentaban, no quería pasar de nuevo por eso. ¿Quién lo encontraría esta vez? Si a quién consideraba una figura paterna, le abandonó hace algunos meses, dejando en sus hombros el peso de ser Director del FBI. ¿Alguien lo encontraría? O su cuerpo sin vida serviría de abono al lindo prado que comenzaba a divisar a las afueras de la cabaña. "Mar, puedo escuchar las olas" "Se me da bien nadar" "Tal vez..." su brazos ya obedecían, limpiando las sangre que le impedía ver correctamente, distinguió un bulto a unos metros de él, vestía una chaqueta de cuero negra con camiseta color amarillo, vaqueros obscuros y unas bambas blancas con luces amarillas. "¿Charly?"

A lo lejos, se distinguían al menos dos sujetos vestidos de militar color verde y bandanas negras. Rondando la zona, a ratos entraba alguno a revisar que seguían inconscientes.

—¡Tenemos a los azules fuera! Cubrirse, cagando hostias.— Entró corriendo uno de ellos, seguido por otros tres tipos de igual vestimenta. —Tío, pero que coño hacen los putos azules aquí, tío, ¿no hay otro punto para hacer tratos o qué cojones? Su puta madre.— Horacio quería salíar de allñí en cuanto antes, pero ahora se encontraba en medio de un enfrentamiento de bandas.

—Uno abatido, veo otros dos en la part- agh.— Un cuerpo desplomandose a su espalda.

Quedaban tres dentro de la cabaña, si contaba con suerte el sujeto a su izquiera acabaría de igual forma que el de su espalda, así aprovecharía para salir de allí mientras el otro entretuviese a los azules. También cogería un arma de los abatidos, para sentirse más seguro y llevarse alguno de por medio si fuese necesario.
Se podría decir que era su día suerte, pues el sujeto de verde a su izquierda terminó en el suelo unos minutos después. Al primer intento de levantarse para salir por la parte trasera, una bala se alojó en su brazo haciendole soltar un gruñido, el dolor era insoportable sumandose al corte en su cien. Su cuerpo desplomandose nuevamente al suelo de madera, quedando cerca de a quien ya había identificado como su compañero Charly, seguía inconsciente lo que significaba que le habían abatido tiempo después que a él. "Para sacarle información tal vez" pensó.
El sonido sordo de su cuerpo cayendo y el gruñido producido no pasaron desapercibidos dentro de la pequeña cabaña, puesto que uno de los dos hombres restantes dentro intento dispararle, pero al momento de posicionarse dado que una columna se lo impedía, recibió un disparo de fuera cayendo también, uno menos. La idea de escapar nadando quedaba totalmente descartada, lo único que pensaba en hacer ahora era en esperar el último tiro.
La perdida de sangre comenzaba a cobrar factura, en breves perdería la conciencia.


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