3. Los papeles cambian

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Se encontraba un patrulla en el pequeño estacionamiento del hospital zona Sur, junto a este un alto peli gris de brazos cruzados y piernas ligeramente separadas en v, portaba una camisa color vino tinto pulcramente planchada, una placa que colgaba de su fino y pálido cuello, guantes de cuero negro, lentes en un tono grisáceo haciendo juego a sus cabellos y unos lindos pantalones negros que asentuaban su bien trabajada fijura acompañados de un cinturon de cuero, a pesar del tiempo pasado en coma el Comisario había vuelto a su estado físico normal en cuestión de unos meses después de recuperar el movimientos de sus extremidades en su totalidad, no fue fácil quién diga que lo fue estaría mintiendo, fue una recuperación sumamente complicada y dolorosa, más si le sumamos el hecho de encontrarse solo. Aún así actualmente se encontraba bien hablando físicamente por supuesto. Referente a su estado emocional no se puede decir lo mismo, la poca estabilidad que había forjado durante sus años en la CNP a lado de Conway ya no existía, era un pilar inestable y dañino. Claro que Volkov no lo consideraba así pues él proyectaba una figura paterna en él, generando en cierta forma una dependencia hacía un hombre que ya no se encontraba a su lado.
Recuerda el sentimiento al despertar en una habitación completamente blanca de hospital sin nadie a su lado, el sentimiento de terror al no saber porque se encontraba ahí, por qué no había nadie a su espera, por qué estaba sólo si las últimas palabras que recordaba con claridad eran las de un joven con ojos bicolor y mirada triste pero esperanzada en las oficinas del CNI, haciendo la promesa de protegerlos y jamás dejarlos solos, que eran una familia, su familia, ¿pero dónde estaba aquél joven? No estaba, ni rastros de su persona.
No se veía ni un solo indicio de que alguien se encontrase a su cuidado o recibiese visitas aparte de los médicos y enfermeras pues era su trabajo a fin de cuentas.

—Deberíamos ir a la parte de arriba Jefe, dijo usted que el Teniente se trasladaba en pegassus, ¿no?—

—¿Mmh? 10-4.—

Volkov se encontraba sumido en sus pensamientos esos pensamientos que le hacían doler el pecho, si había algo a lo que este hombre le tenía miedo era el darse cuenta lo sólo que estaba. Y al despertar en aquél hospital del Norte donde solo se pasaban unos cuantos médicos a monitorear sus constantes virales era un sentimiento que no le gustaba recordar, ni le gustaría vivir nuevamente pero siempre se plantaba en su mente cuando tenía oportunidad y eso era más frecuente últimamente de lo que le gustase. Los hospitales eran otro motivo para revivir esos sucesos, el olor a muerte, enfermedad, poca esperanza y la tristeza que se siente dentro de estos avivanban sus recuerdos y miedos.
Observaba como las enfermeras iban con vestimenta e indumentaria infantil, también una sonrisa plantada en sus rostros, aún así el pesado ambiente era el mismo, aunque intentar subir el ánimo nunca estaba de más, no a su gusto claro esta, pero los pacientes y familiares lo agradecerían más que él.
Estaban por llegar cerca del elevador cuando pudo distinguir otro grupo de médicos esperando en las puestas de uno de los elevadores del hospital, ellos transmitían un aire distinto al anterior, uno de preocupación e inquietud. Estaba por acercarse a saludar en su lengua natal cuando las puertas del elevador más lejano se abrieron de golpe deteniendo así su paso, dejando ver dentro a un hombre empapado en sangre rescortado en una camilla, a su costado enfermeras y doctoras intentando retener el líquido que desbordaba, también se encontraba el Teniente Yakiv, con vestimenta militar en tonos azules mancha de sangre y una carabina a su espalda sosteniendo la mano del hombre que se encontraba inconsciente en la camilla. Pronto la calma que se hallaba en hospital se desvaneció cambiando el ambiente a uno más normal, dónde médicos corrian de un lado a otro para atender al paciente tendido necesitado de ayuda urgente. No lograba distinguir de quién se trataba pues la sangre combinada con gasas en el rostro se lo impedían, de igual forma decidió seguir a donde este fue llevado. Algo en su interior le decía que indagara de quién se trataba y que suceso ocurrió para llegar en ese estado, era evidente que se trataba de algún compañero del Sheriff ya que este tomaba de su mano, pero ese no era el motivo de su curiosidad. Sin Volkov saberlo algo más importante le aguardaba puertas adentro del Quirófano 1.

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