Capítulo 17

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Louis se encontraba confundido, ¿por qué en París su mamá siempre tenía que trabajar tanto? Primero cancelaron su visita al zoológico, la semana siguiente fue el almuerzo en la casa-barco del tío Luka y hoy ni siquiera podía quedarse con sus abuelos porque tenían que llevar sus pasteles a alguna fiesta, otra vez.

No era que le desagradase su tía Chloe, ella era muy divertida y siempre le daba lo que pedía, el único problema era que lo trataba como a un bebé, ¡él no lo era!, ni siquiera trataba así a la pequeña Aina, y ella aún no hablaba bien; Louis era un niño grande y su tía no entendía eso.

– Cariño se que no hemos podido estar juntos últimamente, pero mañana es sábado y prometo que nos divertiremos, sin excusas – habló Marinette, al ver a su hijo con el semblante triste que tenía esas últimas semanas.

Ella se sentía como una pésima madre al tener que privarlo de muchas cosas gracias a su trabajo, no veía la hora de terminar ese acuerdo en París y volver a su tranquila vida en Nueva York, para dedicarle el mayor tiempo posible a su pequeño rubio.

– ¿Mamá, segula que no puedo quedame en casa de la tía Alya?

– Gatito, la tía Alya y el tío Nino están un poco ocupados preparando las cosas para su bebé – se agachó a su altura.– Seguro a Aina le encantaría jugar contigo, pero ya tienen mucho de que preocuparse por el momento.

El niño frunció el ceño y se paró sobre el sofá en el que estaba sentado.

– Debes decirle a la tía Chloe que ya no soy un bebé.

Marinette rió ante la actitud de su hijo.

– Oh Lou, tú siempre serás mi bebé – lo tomó en brazos y repartió besos por su rostro.

Pelo mamá, yo ya soy un niño gande – se cruzó de brazos y armó un puchero con lo labios.– Ya no duemo en una cuna como Aina.

– Bien jovencito, hablaré con la tía Chloe sobre eso, ahora ve por tu abrigo porque se nos hará tarde.

– Okey mami – dijo el pequeño sentándose nuevamente en el sofá, se puso rápidamente los zapatos mientras su madre preparaba los papeles para el trabajo, antes de correr a su habitación por su abrigo y algunos juguetes, se dio cuenta que aún necesitaba ayuda de su madre.

– ¿Mami?

– ¿Si amor? – La azabache se acercó a él.

– ¿Puedes atame las agujetas?

Marinette sonrió y se agachó para ayudarlo.

– Claro que sí, mi "niño grande".

...

El viaje al hotel fue corto, en pocos minutos ya se encontraban en el ascensor llegando al último piso donde residía la Bourgeois.

Marinette solo dio un par de toques a la puerta e inmediatamente esta se abrió.

– ¡Oh pero si son mis dos personas favoritas en París! – Los envolvió en un abrazo a ambos.– Mi pequeño Louis – dijo apretando sus mejillas para después tomarlo de brazos de su madre.– Dos semanas sin verte y ya te extrañé bebé.

El pequeño rubio hizo un puchero y miró a su madre, al notarlo y no entender lo que pasaba Chloe también miró dubitativa a Marinette.

– ¿Dije algo malo? – Preguntó entre confundida y preocupada.

La azabache suspiró y por fin habló.

– No Chloe, lo que pasa es que Louis se siente como todo un jovencito y quiere que dejemos de tratarlo como un bebé.

«Lie to me» (MLB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora