Capítulo 10

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Ella se encontraba recargada en el marco de la puerta, lo miraba atenta mientras él dormía, ¿qué le pasaba a este hombre?¿Acaso no podía entrar en razón? Adrien había llegado tarde la noche anterior, por lo menos volvió esta vez, a pesar de que ni siquiera había entrado a la habitación matrimonial y durmió en la de invitados.

Se suponía que después de su corto discurso en la oficina él la buscaría y todo volvería a la normalidad, pero este tipo era demasiado necio, ¿Adrien ya era así mientras salían en su adolescencia? No lo recordaba. Se acercó a la cama y se sentó a un costado para acariciar sus cabellos, realmente lo amaba y no quería dejarlo ir, Marinette no tenía derecho a aparecer así de repente y arruinar su vida. Ella los dejó en paz cuando la ojiazul fue la afortunada esposa de Adrien Agreste, pero ya no era así, los dos se habían rendido fácilmente cinco años atrás y ella sólo había tomado la oportunidad que la vida le tendió.

Kagami no lo soltaría tan fácil, para ella la Dupain había sido una tonta al dejar de esa forma a alguien como Adrien, pero no sé quejaba, después de todo fue la más beneficiada. Al principio se sintió mal por sus amigos, pero no dudó en ponerse del lado de Adrien, tal vez la tacharían de mala amiga pero pensó que era razonable que la responsable de tremendo crimen fuera Marinette, era cierto que era talentosa y tenía todo de su lado para llegar a la cima, pero su origen tan "humilde" jugaba en su contra, gente de ese tipo fácilmente se corrompía y más con las ventajas que los Agreste le habían dado a la ojiazul. Aunque en el fondo sabía que solo era la mezquindad hablando por ella.

Cuando finalmente conquistó al rubio y se casaron sintió que todo al fin estaba en orden, también consideró incluir a Marinette a su nuevo círculo de amistades si saliera bien librada de la demanda, aunque resultaría bastante complicado dadas las nuevas circunstancias.

El primer año que empezó a trabajar con su suegro compartía oficina con el primo de su esposo, eso la incomodaba pues en ocasiones Félix hacia comentarios fuera de lugar y pésimos intentos de comedia, en el trabajo no había lugar para distracciones.

Un día ella salió mucho después que su rubio compañero, cuando pasó junto a su escritorio una carpeta llamó su atención, sólo llevaba una «M» en la tapa, no recordaba algún archivo rotulado de esa forma, entonces lo revisó. No esperaba lo que encontró en su interior, entre algunas pruebas de laboratorio leyó el nombre de la mujer que representó puro sufrimiento para su marido, sus ojos se agrandaron cuando leyó en el título de una de las hojas "Prueba de embarazo", desesperada buscó el resultado, Positivo, después revisó los otros papeles, algunas eran instrucciones médicas y otras recetas de medicamentos, al final encontró la foto de un ultrasonido en el que sólo distinguía manchas blancas, negras y tonos de grises intermedios; analizó las fechas de emisión y la estimación del avance del embarazo, haciendo algunos cálculos coincidían con la época en la que Adrien era parte de ese matrimonio que fracasó. Dejó la carpeta en su lugar y salió.

Las semanas siguientes esa información no salía de su cabeza, Marinette había sido tan cruel que nunca le dijo a Adrien que tendría un hijo, o ¿quizás no era del rubio?¿Le había sido infiel? Tal vez por eso abandonó el país tan rápido como se presentó la oportunidad, aunque pensándolo bien nunca se vio a Marinette embarazada o cuidando de un bebé en los juicios o entrevistas, quizá la criatura no había llegado a nacer.

Durante mucho tiempo pensó que si ese bebé era de Adrien, él tenía derecho a saberlo; pero ahora sólo quería que sus presentimientos se equivocaran porque si algo más fuerte unía al rubio y a su ex esposa lo habría perdido para siempre.

Adrien se removió, entonces ella optó por salir, necesitaba relajarse y pensar en lo que haría ahora, no eran ni las cinco de la mañana cuando decidió tomar un baño para poner en orden sus pensamientos.

«Lie to me» (MLB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora