Capítulo 6

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Después de un viaje que pareció corto, estaban recogiendo sus maletas en el aeropuerto.

- Puedo acompañarlos Marinette, mandarán un coche por mi - propuso Félix mientras le entregaba sus maletas.

- No es necesario - respondió la azabache.- Ya pedí que vinieran por nosotros, además, supongo que vendrá un chofer de la empresa y no me apetece viajar en el transporte de tu familia, sin ofender.

- Je, sí por supuesto, debí pensarlo, entonces aquí me despido.

- Nos vemos luego - ofreció su mano.

- Eso espero - respondió estrechando su mano y brindando una sonrisa.

- ¿Ya te vas tío Félix? - preguntó Louis con tristeza.

- Sí campeón, ya deben estar esperándome - se agachó a su altura.- Pero prometo visitarte.

- ¿Y tlaelas dulces de malacuya?

- Todos los que quieras

- ¡Así! - estiró sus brazos y puso una sonrisa soñadora.

- Lou eso es mucho - opinó su madre acusándolo con la mirada.

- Esta bien - dijo resignado.- Tal vez unos cuantos menos.

- Dalo por hecho niño, pórtate bien ¿Si? - agarró una de sus mejillas.

- ¡Sí! Polpe yo soy Chat Noir - hizo puños y flexionó sus brazos en una pose heroica mostrando sus "músculos".

Marinette río con melancolía.

«Es tan parecido a su padre».

- Bien, debo irme, adiós - se despidió una vez más el rubio mayor levantando la mano saliendo finalmente del lugar.

Como predijo, una limusina de Agreste lo esperaba afuera, el chofer se ocupó del equipaje y una vez dentro del coche emprendieron el camino a su apartamento. Apenas llegó tiró las llaves en la mesa del comedor y dejó la maleta en la sala, ya en su habitación se acostó boca abajo en la cama. El viaje más el cambio de horario lo dejaron agotado y sólo quería descansar un poco. Cuando estaba quedándose dormido sonó su teléfono en el bolsillo de su abrigo. Abrió los ojos de golpe pero los volvió a cerrar con la esperanza de que quien sea que lo haya llamado se cansara de insistir, para su pesar no sucedió y a regañadientes contestó sin siquiera fijarse quien se atrevía a interrumpir su descanso.

- Hola... - sonaba somnoliento.

- Hasta que contestas, ya me había desesperado.  

Nunca le había irritado tanto la voz de su primo.

- Adrien, ¿Qué es lo que quieres ahora?, estaba a punto de dormir - ahora sonaba molesto.

- Quería saber si habías averiguado algo, padre dijo que Nette llega el lunes ¿tienes más detalles sobre eso?

- Agh - se quejó - ¡¿Sólo llamaste para eso?! Déjame dormir.

- Por favor Félix, es importante para mí.- rogó.

- Mañana hablamos en la oficina.

- No puedo esperar hasta mañan...  

Quitó el teléfono de su oreja, aún oía vagamente al desesperado rubio en la otra línea.

- Adiós Adrien - y colgó.

Apagó el teléfono, lo dejó en la mesa de noche y se quedó profundamente dormido.

[...]

Tal y como Marinette esperaba, en la panadería de sus padres parecía que no hubiesen pasado los años. Agarrando con una mano a su hijo y con la otra un par de valijas entró al negocio haciendo sonar la campanilla. El mostrador estaba vacío, pero pudo oír la clara voz de su padre en la parte de atrás.

«Lie to me» (MLB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora