Capítulo 33

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Adrien llegó a un restaurante, el lugar era modesto y a la vez bastante elegante. Verificó que la dirección era correcta y con la bolsa que llevaba en mano se adentró al lugar con paso firme.

Buscó con la mirada a Nino y fue bastante fácil identificarlo cuando el moreno se puso de pie para llamarlo. El blondo se acercó a la mesa con una pequeña sonrisa visualizando a la familia de su mejor amigo, pudo reconocer a la niña por las fotos que le había enseñado, pero al ver a Alya lo único que encontró fue un ceño fruncido.

- ¡Hey, viejo!.- pronunció el de lentes, los amigos se saludaron con un apretón de manos y algunas palmadas en la espalda efusivamente.

- Tu invitación me alegró mucho.- admitió el zagal para después dirigirse a la señora Lahiffe.- Alya, es bueno verte después de tanto.

- No puedo decir lo mismo, Agreste.- respondió tajante.

Nino conocía demasiado bien a su esposa, así que para evitar la tensión entre ella y su amigo decidió interrumpir y presentar a su pequeña hija.

- E-eh... bueno.- la tomó en brazos.- esta es Aina, a que es una ternura.

- Así que tu eres la famosa Aina.- le dio un pequeño toque en la nariz.- tu padre siempre habla de ti.- sacó un paquete de la bolsa que llevó consigo.- te traje un regalo pequeña.

- ¡Egalo!.- le entregó el paquete y con ayuda de su padre se deshizo del papel de envoltura.

La niña carcajeó en grande, con mucha más emoción, al ver la cajita que contenía peluches de cuatro superhéroes conocidos en la ciudad.

- ¡Oh!, gracias hermano.- Nino fue imitado por la niña en un intento de pronunciar claramente un agradecimiento.- ¿Cómo supiste...?.

- Un... umh... gatito me habló mucho de su pequeña compañera de batallas.

Aina jugueteaba con sus nuevos peluches teniendo en manos a sus favoritos, Rena Rouge y Chat Noir, aunque este último era solo por influencia de Louis.

- ¡Mia mami! ¡Yo!.- dijo enseñándole la figura en tonos naranjas a su madre.

- ¡Claro que eres tú cariño!.

Esta vez agitó la figura de Chat Noir.

- ¡Touis! ¡Es Touis!.

Adrien sonrió con felicidad genuina solo al recordar cuanto admiraba su hijo a su versión heroica, en realidad cada vez que pensaba en Louis un calor agradable se albergaba en su pecho, a veces todavía pensaba que ese pequeño niño era parte de un bello sueño.

- ¿Estás segura corazón?.- intervino la morena.- a mi me parece que Louis se ve mucho mejor.

- ¡No!.- contradijo la menor.- Es Touis.- reafirmó con tono imponente, igual al de su madre.

Luego, el par de varones tomó asiento, Nino junto a su esposa y Adrien en frente de ellos. Un silencio incómodo se formó en el ambiente y por un momento solo podía oírse los tiernos balbuceos de Aina mientras jugaba. Estaba demás decir que Adrien casi sudaba de nervios ante la mirada condenatoria que Alya tenía sobre él.

Nino quería deshacerse de esa tensión, de hecho él estaba muy interesado en ayudar al rubio. Aunque, como todos, conocía el gran error que cometió, también se tomó el tiempo de oír sus lamentos y cavilaciones, dudaba que el resto de los que fueron sus amigos le dieran esa oportunidad; precisamente en este momento quería apoyarlo en su camino hacia la redención, por lo menos que supiera que todavía tenía amigos que estaban para él.

Fue así como el de ojos oscuros comenzó a contar algunas anécdotas sobre su pequeña familia, disuadiendo un poco la seriedad de su esposa y haciendo reír a su amigo, pidieron algunas cosas de comer y Nino trató de mantener ese ritmo ameno, aunque Alya no cedía a dirigir ni una palabra a Agreste.

«Lie to me» (MLB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora