Adalís

Brote psicótico

—Doctora, acaban de ingresar una chica que presenta indicios de un brote psicótico, está bastante alterada —inquirió una enfermera.

—Gracias Marta, iré de inmediato. —Se desplazó a paso rápido hasta el pasillo principal e ingresó.

—Doctora Adalís Martínez, mucho gusto —extendió la mano a Jean, luego se agachó hasta quedar casi a la altura de la joven que estaba sollozando en el piso, esta murmuraba algo que para los demás era ininteligible.

—Mis aves... ¡¿Dónde están mis aves?!... —susurraba.

—Hola dulzura, ¿quieres contarme por qué estás así? —retiró un mechón de cabello que estaba adherido al camino de lágrimas, causando que Alice alzará la mirada hasta la persona que emitía esa melodiosa voz.

—¿Cómo te llamas? —preguntó sin dejar de observarla.

—Adalís.

—Jean no cuidó a mis aves, ¡ya no están! —balbuceó.

Adalís miró a Jean y está le dijo en voz baja—: nunca ha tenido una sola ave.

—Ven dulzura, debemos atender tus manos.— la tomó entre sus brazos como a una niña y la ayudó a levantarse.

Caminaron a lo largo del pasillo, trayecto durante el cual Alice no dejaba de observar a la doctora, por alguna razón le agradaba y le inspiraba confianza, algo raro en una persona tan poco sociable como Alice.

—¡Vaya, Doc, eres genial! Has conseguido que la chica permita ser atendida, y está de lo más calmada —dijo un enfermero mientras llenaba unos formularios y se los extendía a la doctora—, ya me encargo yo, ve a la sala, hay una niña bastante delicada.

Adalís se marchó, y cuando el joven enfermero trató de acercarse a Alice, está se sobresaltó y entró en estado de pánico, decía que no quería ser atendida por ellos y no permitía que el joven se acercara, este llamó a dos enfermeras más y finalmente consiguieron administrarle un calmante, puesto qué, según ellos, Alice quería atentar contra su propia vida, aunque en realidad no era así, pero ellos no tenían manera de saberlo.

Cuando Jean ingresó a la habitación en la que se encontraba su hermana, esta se encontraba dormida en la cama, con vías en su brazo y sola en la habitación, puesto que, según los doctores, no la podrían dejar con otros pacientes.

Luego de ser examinada, «¿qué es lo que le ocurre a mi hermana?», pensó Jean. Porqué los doctores no le explicaban realmente lo que ocurría, solo le dijeron que debía ser examinada aún, pero cuando estuviera más tranquila.

Luego de que Alice fuera  examinada, le indicaron a Jean que debían mantenerla un tiempo con tratamiento, le explicaron lo que le ocurría y también que por el momento no se podía marchar.