-Fue un día difícil ¿No es así?- Preguntó, sabiendo que su realidad era completamente distinta a la suya y sabiendo que no era capaz de calmar su dolor. No puede desaparecer heridas, pero ¿Podría intentar curarlas?
- Jungkook levántate, quedamos en seleccionar la ropa que ibas a donar al orfanato.- se escuchó una voz en la entrada del cuarto del castaño.
- Mamá, solo unos minutos más, me duele la cabeza.- dijo Jungkook mientras se escondía entre las sábanas para que lo dejen dormir más, pero su plan no salió como quería, ya que su madre se acercó hasta su cama y tiró de estas para que no se esconda.
- Arriba...vamos hijo levántate ¿Cuánto bebiste anoche?- preguntó la mujer mientras movía cuidadosamente a su hijo.
- Solo un poquito...
- Jungkook...
- Está bien, tomé mucho...
- Hijo, ya hablamos sobre eso. Que hagas fiestas en la casa y te parezca seguro no significa que puedas tomar demasiado... aún eres muy joven, solo tienes diecisiete años. ¡Y mírate! Estás hecho un desastre, tienes suerte de que te haya levantado yo y no tu padre, sabes que él se hubiera molestado más.
- Ya ma... no me regañes, aún me duele la cabeza.- habló el castaño mientras se sentaba en su cama con dificultad.
- Jungkook escúchame...hijo, mírame.- dijo la madre mientras llevaba delicadamente su mano al rostro de su hijo para que la vea.- prométeme que serás más moderado con lo que tomas, es por tu bien hijo...Jungkook prométemelo.
- Está bien, mamá.
- Te creeré. Ahora levántate y date una ducha, yo le diré a Sunri que te traiga algo para desayunar.
- ¿Cuándo cambiaron de sirvienta?- preguntó Jungkook.
- El jueves, la anterior decidió irse de vacaciones, pero vuelve en dos semanas. No te preocupes, tu nana aún sigue aquí.
*****
- ¿Cuántas veces voy a seguir salvando sus pellejos? Tienen mucha suerte de que la Señora Kang no haya contestado el teléfono.- Habló la castaña mientras caminaba ligeramente rápido.
- Ya dijimos que lo sentíamos señorita Lee, solo estábamos vendiendo brazaletes para tener dinero y poder comprar el regalo de Hobi.- Dijo Jimin mientras miraba con ojos de cachorro a la mayor.
- Jimin tiene razón señorita, solo estábamos en el lugar equivocado, normalmente no nos pasa esto.
- Ya lo sé Yoongi, ya lo sé, pero en primer lugar, ustedes no deberían estar vendiendo o trabajando, ya se los dije, son menores de edad. Es muy lindo lo que hacen ustedes y los demás chicos por Hoseok, pero no es su deber.- Dijo la castaña mientras se paraba en frente de ellos y cruzaba los brazos.
- Pero señorita Lee, no tenemos de otra. La señora Kang nunca quiere comprar regalos de cumpleaños a los chicos del orfanato y tampoco nos dan dinero para las meriendas, solo usted. Y no siempre queremos pedirle dinero a usted, es por esto que lo hacemos.- habló Jimin.
— Además, la señora Kang dice que si queremos dinero, tenemos que trabajar por él...por favor, señorita Lee, guarde nuestro secreto, por favor.— Ambos muchachos juntaron sus manos en signo de súplica hacia la mayor y ella solo pudo sonreír ante su gesto.
- Está bien, está bien, les guardaré el secreto, pero deben de ser muy cuidadosos con los lugares a los que van y les daré mi número para que en cualquier emergencia acudan a mí y no llamen al orfanato. Sean muy responsables con sus actos chicos, no queremos problemas ¿Está bien?- Los dos jóvenes asintieron con una sonrisa.- Bueno ¿Lograron conseguir lo necesario para el regalo de Hobi?
- Sí, conseguimos todo, solo tenemos que ir a comprarlo.- Habló Yoongi con un sonrisa de oreja a oreja.
- Perfecto, yo los acompaño a comprar el regalo. Si quieren usan mi tarjeta y luego me dan el efectivo.
- Muchas gracias, señorita Lee.- habló el rubio.
- No hay problema niños, ahora vamos.
*****
- Uno nunca piensa en donar a los orfanatos porque no los vemos, pero se vuelve una obligación cuando están tan cerca de tu propia casa.- habló la madre de Jungkook mientras doblaba una camiseta de su hijo
- ¿Ninguno de esos chicos tienen padres mamá?
- Algunos chicos sí, pero aún así deciden dejarlos ahí. ¿Qué clase de personas son?
- No lo sé, madre... Bueno, dona esta polera también, me queda muy pequeña.- Dijo Jungkook, entregándole una polera blanca con cordones rojos en el área de la capucha.
- Está bien, hijo.
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