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Era domingo, último día de vacaciones y los cinco chicos del orfanato dormían plácidamente en sus respectivas camas. Cada habitación de ese lugar llevaba consigo tres camas personales, dos camarotes/literas y un solo escritorio. Yoongi y Hoseok dormían en un camarote, a su lado dormía Seungmin en una cama personal, al frente de ellos dormía Jimin y a su lado Jeongin. La puerta de la habitación se abrió dejando escuchar el sonido de una caja arrastrándose.

– Chicos, levántense y por favor ayúdenme, llegaron donaciones y su nuevo uniforme.– dijo la señora Soo con su típica voz suave y maternal haciendo que los chicos se levanten de inmediato. Yoongi y Seungmin fueron los primeros en reaccionar. El pelinegro bajó de la parte de arriba del camarote y descalzos, ambos chicos ayudaron a llevar la caja.

– Buenos días señora Soo.– Dijo Jeongin con una voz somnolienta al levantarse y luego fue a abrazar a la anciana. Los demás imitaron al menor y también fueron a abrazarla, cosa que a la mujer le pareció un gesto dulce.

– Buenos días, chicos. Pruébense sus uniformes nuevos y si hay algo para arreglar me llaman y yo lo hago.

– Espere, señora Soo ¿A qué se refiere? ¿Nuevo uniforme?– Preguntó Jimin.

– Así es hijo ¿No les han avisado?– Preguntó la mayor, y al ver la cara de confusión de los chicos soltó un suspiro y empezó a hablar.– Una escuela privada cerca de aquí abrió becas a nuevos alumnos. La señora Kang y la señorita Lee decidieron dárselas a ustedes, ya que tienen buenas calificaciones. Mañana por la mañana irán a una nueva escuela.– los cinco chicos estaban sorprendidos y se quedaron callados un gran momento.– Chicos... cambien esas caras, tomen esto como una gran oportunidad. Jeonginie, hijo ¿El año pasado no estabas desesperado por cambiarte de escuela?

– Así es señora Soo, solo que...me da miedo lo que nos pueda pasar...

– Tranquilo innie, nada malo te va a pasar. Nosotros estaremos contigo y Seungmin.– Dijo Yoongi dándole palmadas en la espalda.

– Yoongi tiene razón, saben que no dejaremos que nada malo les pase.– Habló Hoseok.

– Y si algo les sucede, solo nos avisan, ya todos tenemos celulares, será más fácil ¿Verdad?– preguntó Jimin.

– Así es, niños. Ahora pruébense y escojan la ropa de donación, yo doblaré esto.– Dijo la señora Soo acercándose a una de las camas a doblar una sábana.

– ¿Los demás chicos ya escogieron?– preguntó Seungmin mientras abrían la caja.

– No hijo, aún no, ustedes son los primeros.

– Jimin ¿Qué tal si te quedas con esta polera? Te queda bien el color blanco.– habló Hoseok mientras le entregaba la prenda con cordones rojos.

– Gracias Hobi.

– Seungmin ¿Me pasas esa polera amarilla?– preguntó Jeongin y su amigo no tuvo problema en dársela.

– ¿Mañana tenemos que ir con este uniforme señora Soo?– Preguntó Hoseok mientras se colocaba el saco escolar.

– Sí cariño, pero dice el director que no es necesario usar el saco, pueden llevar otras chaquetas, ellos no tienen problema.

– Estamos en verano ¿Por qué nos pondríamos chaquetas?– preguntó Yoongi entre risas.

– En las mañanas hace mucho frío, Yoonie. Además Jeongin y yo tenemos las defensas bajas, sería bueno que estemos abrigados, por lo menos en la mañana.– habló Jimin ya con la polera puesta.

– Sí, es cierto...

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El rubio dejó su celular en la pequeña mesita de noche al costado de su cama y se dispuso a salir de su cuarto

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El rubio dejó su celular en la pequeña mesita de noche al costado de su cama y se dispuso a salir de su cuarto. Bajó las escaleras y se dirigió a la cocina en busca de algo para merendar, tomó una pequeña caja con frutas picadas y se sentó en la mesa de comedor en donde encontró a su padre sentado junto con varios papeles desordenados alrededor de la mesa. Chan no sabía exactamente qué tipo de papeles eran, pero sí pudo notar el cansancio en los ojos de su padre. El hombre solo suspiraba al mirar algún papel y se rascaba la cabeza, se veía decepcionado, estresado y Chan no sabía cómo ayudar o tratar de compensarlo.

– Papá...– habló Chan sacando a su padre de sus pensamientos.

– Oh, hijo...no me di cuenta de que te habías sentado aquí ¿Qué pasó?– preguntó el hombre con una sonrisa cansada.

– No nada...solo...¿Quieres que te prepare algo de comer o quieres un vaso de agua?– preguntó.

– No hijo, estoy bien. Gracias.– respondió su padre con una sonrisa y pronto el hombre bajó la mirada. La madre del rubio apareció por la puerta del comedor.

– Cariño ¿Ya alístaste todo para mañana?– dijo la rubia con emoción hacia su hijo.

– Mmm... ¿Mañana iré a la escuela?– preguntó Chan.

– Claro que sí ¿Por qué no irías?– preguntó su madre.

– Porque... Me llegó un correo de que aún no habían pagado la matrícula y...sobre que aún no pagaron la pensión del año pasado...- dijo con tono temeroso.

– Taecyeon ¿Eso es cierto?– preguntó la mujer hacia su esposo. Chan podía sentir la tensión en el ambiente, el fastidio por parte de su madre y el nerviosismo por parte de su padre. No era una familia que discutiera seguido, pero estas últimas semanas Chan pudo notar a su padre un tanto extraño y la verdad es que él no quería molestarlo, sintió que no debió de abrir la boca y decir todo eso, pero lo hecho, hecho estaba y no había vuelta atrás. Un silencio llenó el comedor haciendo que la tensión fuera más fuerte.– Tae, acabo de hacerte una pregunta...

– No he podido hacerlo, querida...lo siento.–el hombre bajó la mirada y luego se dirigió a su hijo.– Chan, escúchame. Durante el transcurso de la semana irás a la oficina del tío Kim y le pedirás una beca.

– No creo que me la pueda dar. Tienes que estar tú presente para-

– Bueno, bueno ¡Pero no puedo hacer todo yo!– exclamó el padre de Chan ya irritado.

– ¿Qué te pasa? ¡No le grites a mi hijo! ¿En donde tienes la cabeza últimamente? Debes colocar bien tus prioridades, y ahora tu prioridad es Chan— Dijo en forma de regaño y señalando a su hijo. Tomó aire tratando de calmarse, pero no pudo, los recuerdos venían a ella como una ráfaga de viento.— ¡Recuerda que tú nos metiste en este lío! y que por tu culpa tuvimos que poner a uno de nuestros hijos en un orfanato hace ocho años.– Mencionó con resentimiento dejando a su esposo boquiabierto y luego miró a su hijo.– Siento mucho el haber gritado, cariño. Ven, vamos a tu habitación a ver tu uniforme. No te preocupes, mañana irás a la escuela y durante la semana te estaré acompañando a la oficina del tío Kim.– Chan siguió a su madre, que a la vez tenía su brazo alrededor de él de forma protectora. Giró la cabeza para ver a su padre y no sintió nada más que culpa al ver como él suspiraba mientras pasaba sus manos por la cabeza.

When You Love Someone(BTS & SKZ, Kookmin Au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora