𝑴𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒑𝒂𝒛 𝒚 𝒄𝒂𝒍𝒎𝒂

411 34 3
                                    




"𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒑𝒆𝒏𝒂 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒃𝒐𝒏𝒅𝒂𝒅 𝒚 𝒓𝒆𝒄𝒐𝒏𝒄𝒊𝒍𝒊𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏, 𝒊𝒏𝒄𝒍𝒖𝒔𝒐 𝒔𝒊 𝒍𝒂 𝒔𝒆𝒑𝒂𝒓𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒕𝒂𝒓𝒅𝒆 𝒐 𝒕𝒆𝒎𝒑𝒓𝒂𝒏𝒐

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒑𝒆𝒏𝒂 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒃𝒐𝒏𝒅𝒂𝒅 𝒚 𝒓𝒆𝒄𝒐𝒏𝒄𝒊𝒍𝒊𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏, 𝒊𝒏𝒄𝒍𝒖𝒔𝒐 𝒔𝒊 𝒍𝒂 𝒔𝒆𝒑𝒂𝒓𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒕𝒂𝒓𝒅𝒆 𝒐 𝒕𝒆𝒎𝒑𝒓𝒂𝒏𝒐." - 𝑨𝒍𝒊𝒄𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒓𝒐.

Luego de la conversación con su hijo Andrómeda llamó a Khea para que lo sacará de la casa con la excusa de pasar tiempo padre e hijo, le dio permiso de llevarlo a donde quisiera con tal de que sea dentro Buenos Aires (básicamente lo decía porque h...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Luego de la conversación con su hijo Andrómeda llamó a Khea para que lo sacará de la casa con la excusa de pasar tiempo padre e hijo, le dio permiso de llevarlo a donde quisiera con tal de que sea dentro Buenos Aires (básicamente lo decía porque hace algunas semanas atrás Ivo se había llevado a Orión a una playa en Mar de Plata sin antes avisarle a Andrómeda). Tal cual le había dicho Orión ella necesitaba con urgencia desahogarse, llorar lo que tenía llorar, gritar lo que debía gritar para sacar todo ese dolor dentro de ella, toda esa inconformidad que sentía.

Tan pronto Orión se fue con Khea cerró la puerta de la casa, se fue a la cocina y se hizo un chocolate caliente con algunas galletas, mientras eso se estaba haciendo pidió helado, mucho helado y comida chatarra, oficialmente estaba empezando el día que ella llamaba _«el desahogo de un alma rota_». No llamó a ninguna de sus amigas, por primera vez deseaba estar sola, deseaba llorar y que nadie le dijera que dejara de hacerlo, necesitaba quejarse en voz alta sin escuchar la respuesta de absolutamente nadie.

Apagó su teléfono, se sentó en el sofá y comenzó a llorar con todas las armas mortales para el colesterol alrededor de ella, lloró hasta que no hubo ninguna lágrima dentro de ella, habló consigo misma en un intento de desahogarse y le funcionó, comió hasta reventar mientras seguía llorando. Lo mejor es que ella no solo lloraba por lo que le había pasado con Valentín, ella lloraba por todos esos desamores y decepciones que no lloró en su momento.

Desde tiempo inmemoriales Andrómeda guardó todo dentro de ella pensando que no le hacía falta llorar por cosas que parecían mínimas para ella, ¿Por qué iba a llorar porqué otro hombre se fue al saber que tenía un hijo? ¿Por qué iba a llorar porqué un hombre le había dado su número mal para evitar hablar con ella? En su momento pensó que era inútil, algo que le pasaba a todo el mundo al menos una vez en su vida. Pero ese fue su error, no llorar en su momento, no llorar cuando la herida era reciente para así poder sanarla con las lágrimas que caían de sus ojos.

𝓗𝓮𝓵𝓲𝔁 - 𝓦𝓸𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora