🥀61🥀 Nuevos rostros

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NUEVOS ROSTROS

Una hora después de que terminara la pelea el lugar seguía a tope. La arena era utilizada como pista de baile y la sangre del suelo era completamente ignorada. Camine por las escaleras hasta el palco de los socios.

―Buenas noches, señores. Espero que los estén atendiendo bien ―salude―. Como ya sabrán están aquí porque varios de ustedes están interesados en ser socios de este negocio ―hable con cordialidad.

―Tengo entendido que a los peleadores no se les permite el uso de drogas de ningún tipo ―comento uno de los tres hombres. Calvo, con dos dientes de oro y tatuajes militares en el brazo. Iván Petrov, mafioso ruso y ex militar condecorado.

―Así es. Ninguna droga es permitida.

―¿Y eso, por qué? ―pregunto el español.

Álvaro Castillo. Pelinegro, barba corta. Ex militar británico acusado de ser doble agente, ahora uno de los peleadores más reconocidos de las luchas clandestinas en prisiones londinenses y arenas clandestinas italianas.

―Fue algo temporal, más que nada por protección mía. Verán, los inicios suelen definir el futuro de un negocio. Por ese mismo motivo les pido que si están aquí por mi apellido, porque quieren darme ordenes o porque piensan que las mujeres nos dejamos están en el lugar incorrecto ―abrí la puerta―. Son bienvenidos a irse porque siendo sincera no soy igual a mi papá y no nací para aguantar pendejadas de la gente.

El español me miraba con diversión, ocultando su sonrisa con el trago de brandy servido en su vaso. El ruso tomo lugar en su asiento y el tipo castaño con la camiseta hawaiana conservaba su postura.

―Como lo dije antes, no soy como mi papá. No me gusta que me comparen con ninguno de mis padres, ni con nadie en realidad. Tampoco soy una princesita. Si quieren ser socios adelante, pero que quede claro que yo no estoy jugando mucho menos me dejo intimidar.

El ruso sonrió, ―Se identificar a alguien con potencial, señorita Hidden. Usted tiene potencial. Claro que seremos socios.

―En cuanto a mí, me gustan las mujeres con ovarios, las que saben lo que quieren. Hacen de los negocios un éxtasis ―hablo Brice Lucas. Ex miembro de "La compañía", mafia Hawaiana que para los ojos del mundo desapareció y que según contactos míos se están reagrupando.

Sonreí con la boca cerrada.

―Respóndame una cosa... ―habló el español.

―Lía.

―Respóndame una cosa, Lía. ¿Usted no era la mano derecha de Harper? Incluso hay personas que dicen que fueron algo más que socios ―saboreo las ultimas palabras mirándome detenidamente, para después volver a introducir la paleta de cereza en su boca luciendo una sonrisa de boca cerrada.

―Así fue, las dos cosas, pero tomamos caminos distintos tanto en lo laboral como en la cama.

―Aunque sigue siendo socia de su negocio de diamantes. ¿No es así? ―preguntó Brice.

―Así es. Para nadie es un secreto de que soy muy cercana a Jon, pero no estamos aquí para platicar de cuantos han entrado a mi cama. Estamos aquí para ver si ustedes están comprometidos a ser socios de este o cualquier otro negocio.

Carmesí [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora