🥀8🥀 Ayuda

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Mason

El nombre de mi padre permaneció en la pantalla de mi celular por gran parte del día, fue tanta su insistencia que decidí silenciarlo, no me apetecía hablar con él.

―Tu padre ―adivinó Jared―. Admito que admiro su persistencia y su paciencia, eres una persona complicada.

Rodé los ojos.

―Baja los zapatos ―dije entre dientes, empujando sus pies lejos de mi mesa―. Ni siquiera se porque estas aqui, ve a checar lo del cargamento que tiene que salir hoy.

Lo empujé fuera de mi habitación, odio que se metan en mi espacio personal. Él ya estaba dentro cuando llegué, de lo contrario ni hubiera dejado que entrara.

―Hagamos algo divertido ―propuso, pestañeando con dulzura.

―Haz lo que te dije y después vete con tu novia.

Resopló y sacudió la cabeza. Como le gusta joder cuando no estoy de buen humor.

―Mi novia está con sus amigas.

Señale la puerta y cerré los ojos al recargarme por completo en el respaldo del sillón. Lo escuché levantarse y tomar el pomo de la puerta.

―Joder, ni que fuera mi culpa que tu hermanita hubiera vuelto con mi cuñado ―se quejó.

―¿Qué? ―Me incorpore en el sillón, ella no volvería con él.

―Ayer los vieron juntos volviendo del bosque y se rumora que volvieron ―explicó quitándole importancia.

―Da lo mismo lo que ellos hagan, me importa más lo que te mande a hacer ―repliqué acercándome a la puerta, lo empuje fuera y le cerré la puerta en la cara.

―No te pongas triste ―se burló desde afuera.

Tomé mi celular y enseguida volvió a sonar, gruñí exasperado y lo reventé contra el muro. Resoplé al recogerlo del suelo, la pantalla estaba rota pero seguía funcionando. Tomé mi chaqueta y las llaves de mi auto, pasé la siguiente hora dando vueltas por las calles y fumando un cigarro tras otro.

―¿Qué carajos quieres? ―respondí en ruso sin mirar la pantalla.

―Mason ―respondió una voz femenina.

Frené de golpe y dejé caer mi cara contra el volante.

―Mamá, ¿cómo va tu día? ―la calma me llegó de golpe.

―Tuve fe en que escuchar la voz de mi hijo menor me pondría de buen humor, lindo saludo ―ironizó lo último.

―Perdón, no era contra ti.

―Eso supuse… no me digas que tienes problemas manejando tu parte del negocio familiar ―dijo en un tono entre dulce y burlón.

―Entre las peleas contra los primitos Korolev, el nuevo cargamento de armas, papá acosándome por teléfono y la llegada de… más militares. Terminaré con una crisis nerviosa.

―¿Qué quiere tu padre?

―No tengo idea, pero no debe ser nada bueno. Solo espero que no esté en la isla.

La escuché suspirar.

―Escucha lo que quiere, depende de ti si aceptas y pide algo a cambio ―habló serena―. Hazme el favor de darle un beso de mi parte… ah, y una patada en los testículos.

―Eso haré, te quiero ―respondí con una sonrisa, mi madre nunca cambia.

―Yo a ti, luego te llamo después ―se despidió y finalizó la llamada.

Carmesí [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora