Cᴀᴢᴀᴅᴏʀᴀ ᴅᴇ ᴄᴀᴢᴀᴅᴏʀᴇs |Kᴀᴛsᴜᴋɪ Bᴀᴋᴜɢō|

06

Algo familiar

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Te pusiste de pie, alejando tu suave toque del lobo que observó a Midoriya, sin que él lo supiera, con enojo. Podría permanecer un poco más de tiempo ahí si te veía cerca y él no se explicaba el por qué, mas cuando Iida y Sato se acercaron con una lona oscura y cuerdas para atarlo y subirlo a la camioneta —para dejarlo en un lugar del bosque donde lo vigilarían hasta que se fuera de ahí— se alteró, sacó fuerzas desde lo más profundo de su ser para ponerse de pie y con pasos torpes buscó liberarse de las ligeras ataduras que tenía y del bozal, a su vez que una salida.

—¡(Nombre)!

El grito preocupado de Izuku te descolocó por un instante. Te perdiste del momento, de lo que pasaba a tu alrededor al estar sumergida en varios pensamientos que acosaban tu mente y no eras consiente de la gran bestia que se ponía de pie a tus espaldas. Observaste a tu amigo vacilar en acercarse, pues no sabría qué reacción generaría en el lobo detrás de ti, si lo alteraría más o lograría alejarte de él arriesgándose a lo primero. No podría exponerte a más peligro sabiendo que recién fuiste atacada por él y Shoto le expresó su molestia contra el lobo, aquello podría significar hacer lo que tanto deseaban evitar: cazarlo.

Giraste sobre tus talones queriendo ver lo que generaba temor en Midoriya, encontrándote con el pelaje cenizo del animal delante de ti, con su gran hocico inhalando y exhalando con dificultad, mostrando sus grandes y letales incisivos en un gesto contraído que denotaba rabia, ira y un posible temor por lo que fuera a sucederle al encontrarse en un lugar desconocido; lo supiste con solo llevar tu vista al par de rubíes que miraban por todos lados hasta detenerse en tu mirada, teniendo de vuelta las sensaciones extrañas y familiares que te invadían desde que aquellos cruces ocurrieron entre ustedes. Pudiste sentir que el tiempo de detenía, que él mismo te pedía una salida para huir de ahí lo antes posible; su fortaleza se mostró cuando reventó las cuerdas que le sostenían como método de seguridad para ustedes y el bozal casi golpea tu rostro cuando abrió la mandíbula con gran fuerza para romperlo y deshacerse de él.

Los gruñidos cada vez eran más sonoros por su parte y sus pasos torpes hacia ti llegaron a intimidarte por el gran tamaño de su cuerpo. Su mirada carmesí estudiaba tus movimientos y los del resto de tu equipo, deseando encontrar una salida entre ustedes para largarse cuanto antes y regresar con su manada no sin antes encontrar el camino de vuelta. Te sorprendía la reacción del lobo, receloso y analizador en comparación con el resto de aquellos que viste tempo atrás; no atacaba por instinto, sino que el animal parecía analizar la situación y solo buscaba huir en lugar de tener un enfrentamiento con ustedes. Sabías que sería demasiado utilizar una dosis de droga más para calmarlo y llevarlo nuevamente al bosque, además que el tiempo para esperar a que recobrara la conciencia se prolongaría y los expondría ante las autoridades al adentrarse a la reserva natural sin autorización, por ello, debías pensar en más alternativas.

Izuku hizo una señal de alto para Iida y Sato al percibir la tuya hecha con el mayor cuidado y lentitud posible. Tu cuerpo permanecía rígido, quizá revelándose a moverse cuando lo vieras necesario y temías que algo más sucediera. Creíste que lograrías evadirlo, pero aquel lobo se percató de tu movimiento, notando la completa calma llena de tensión entre ustedes para no crear movimientos que representaran una amenaza para él. Sus iris siguieron la dirección que indicó tu dedo cuando quisiste señalarle a Deku la puerta trasera de tu jardín dando vista al bosque y la pequeña lejanía que había entre la cabaña y la reserva, suplicándole a tu amigo moverse hasta ahí y abrir la puerta, dejándole escapatoria al lobo. Sin embargo, éste fue más rápido que ustedes yendo en esa dirección. Te sobresaltaste al ver la rapidez que poseía aquel animal y entendiera que se trataba de su pase de salida.