29

755 121 31
                                    


La verdad de otros

•••

Para comenzar su historia, Toshinori tuvo que regresar a su pasado, a su vida de adolescente y quizá de niño. Te contó que a su corta edad de seis años él había soñado con tener contacto con los lobos y descubrir por sí mismo una verdad que encontró y vivió por varios años luego de que Nana Shimura le salvara la vida. Te contó cómo conoció a Aizawa y lo mal que pudieron llevarse desde el inicio debido a que era tan solo un niño y no confiaba demasiado en su misma especie luego de perderlo todo a causa de ellos. Incluso se atrevió a decir cómo había sido que llegó a ser el Alfa de la manada sin ser un Hyro de raza pura, algo que llegó a sorprenderte al recordar lo poco que Kirishima llegó a contarte alguna vez.

Y tú, pese a conocer a Katsuki y a Eijiro, te resultaba difícil comprender todo lo que el señor Toshinori te contaba, porque aquello te aportaba mucha más información de lo que tus "amigos" de esa noche te revelaron tiempo atrás.

—Yo influencié a toda la manada a tener contacto con los humanos —te confesó aquel hombre mirando con pesar a Bakugo—. Había creído que sería fácil mezclarse con ellos, pero ahora veo que no es así. Best tuvo razón cuando restableció las reglas y les prohibió a todos no acercarse a los humanos.

Observaste el rostro desanimado de Kirishima en cuanto dijo eso porque entonces él recordaría que había quebrantado una de esas reglas, y recordaste el recelo que Bakugo experimentaba, incluso desde aquella primera vez que se vieron, donde, arriesgándote, lo ayudaste a escapar de tus compañeros aun cuando su intención era curarlo. En aquel momento no te hubieras imaginado que ese gran lobo era Katsuki, mucho menos que sería un hombre lobo; en tu mente solo vagó la idea de ser alguna clase de genética o acto de la naturaleza que lo dotó de un gran tamaño.

Sin entrar al doble sentido, gente pecadora que lee fanfics de Bakugo.

—Pero antes de abandonar a la manada —continuó el mayor—. Conocí a tu padre. Él me salvó del cazador más temido para los Alfas, el mismo que asesinó a mi maestra y estuvo a punto de tenerme en su pared como un premio más... y entonces yo podría conocer a la pequeña (Nombre) en una fotografía.

Sin preverlo, un nudo se formó en tu garganta, porque sabías de qué fotografía hablaba. Era la misma que se encontraba en sus pertenencias luego de recibir la mala noticia de los cuerpos de policía y forenses, provocando que un cúmulo de recuerdos comenzaran a brotar desde tu interior, reviviendo una escena que jamás habrías olvidado, sino bloqueado.

—Yo le ayudé a crear "Las Sombras" y a cumplir un sueño que ambos teníamos. Él quería proteger a las criaturas silvestres y yo a mi manada —siguió, sumergiéndose en su propia historia, sacando su pasado sin darse cuenta del impacto que todo ello tendría sobre ti—. Pero cuando él se enteró de la existencia de ONE, tomó como suya una batalla que los anteriores Alfas teníamos con él.

»Si hubiera sabido que la amistad y el fuerte lazo que teníamos lo llevaría a su muerte, jamás habría aceptado su ayuda, y hubiera deseado morir desde la primera vez que me enfrenté a ONE; así Tatsuya no hubiese muerto y tú no hubieses perdido a tu padre, porque a través de él supe que lo amabas demasiado. Pero ahora no puedo perdonarme haberme marchado sin él, poniendo de excusa a mi manada cuando sabía que el temor de mi parte humana me dominó aquella vez. En aquel entonces, tu padre habría sido un Hyro real que protegería a su manada y yo el humano que huiría por miedo a la muerte. Yo... abandoné a tu padre, (Nombre). El culpable de su muerte, fui yo.

Para cuando terminó de contar su historia y dejar de ser el centro de atención, tú ya eras víctima de un ataque de ansiedad, porque siempre habías vivido con la historia de que tu padre tuvo un accidente de trabajo y que por ello jamás tuviste la oportunidad de ver su cuerpo. Entenderías por qué tu madre días después de su muerte maldecía tanto a los cazadores como a los animales una noche que la escuchaste sollozar y, sobre todo, comprenderías su reacción cuando le contaste sobre el trabajo que hacías por las noches. La cuestión de sus razones de por qué no te lo contó aún después de ser mayor y saber tu segunda profesión surcó tu mente; pero no podrías prever que las cuestiones de una (Nombre) de siete años regresarían después de tanto tiempo.

Cᴀᴢᴀᴅᴏʀᴀ ᴅᴇ ᴄᴀᴢᴀᴅᴏʀᴇs |Kᴀᴛsᴜᴋɪ Bᴀᴋᴜɢō|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora