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Alch pensaba hacer mi actualización masiva con mis demás historias, pero no pude evitar subir un capitulito por aquí.


Cambio de planes

•••

Quizá aquel contrato se firmaría más tarde.

Lo supiste cuando Shoto llegó antes de lo esperado por ti y condujo hasta el otro extremo de la ciudad a un sitio que ya conocías bien. Te sorprendía la desesperación y rapidez con la que manejó, obligándote a cerrar los ojos por momentos creyendo que sería su fin al conocer un lado suyo que no habías visto antes detrás del volante; pero ahí estaban, en un departamento con apariencia descuidada que resguardaba una de las mejores comodidades para espacios reducidos y algo más... o mucho más.

Al llegar al recibidor, Shoto tocó la puerta y un hombre de cabellera azabache, con un rostro cansado y una cicatriz rodeando su ojo derecho les permitió pasar al comprobar que se trataba de integrantes de Las Sombras y no completos desconocidos. La estancia era reducida, pero cómoda, con par de sillones individuales en la sala, al lado de la pequeña cocina con apenas los utensilios necesarios para cocinar en ella; era lo adecuado para todo aquel que entrara ahí, pues siempre se trataba de pequeños grupos los que pasaban, al menos, una noche entera en el lugar, antes y después de llevar a cabo su cacería. Habías cocinado ahí, te resultaba muy cómodo y dinámico el espacio, sin mencionar la considerable reducción de trastes sucios —al limitarte en usarlos— y la cercanía que tenía con los demás espacios de la estancia; pero no estabas ahí por ese motivo, mucho menos para tomarte el tiempo de admirarla. Había algo más importante e inquietante.

—Informe —solicitó Shoto a la brevedad, esperando saber noticias del resto de los integrantes de Las Sombras, no queriendo imaginar los peores casos.

Necesitaba saber el motivo por el cual Shota Aizawa le llamó en horas de trabajo, con el posible riesgo de ser escuchado en aquel lugar donde habitaban muchos cazadores legales, sobre todo su padre; además de poder determinar si tu presencia en la siguiente cacería era realmente necesaria o no, pues aún no estaba dispuesto a ponerte en riesgo una vez más.

—Realmente todo está en orden —respondió el azabache adentrándose a una de las habitaciones. Notaste cómo el cuerpo de Shoto se relajaba al escucharlo, e intuiste que su desesperación por llegar cuanto antes se hubiera tratado por bajas de otros compañeros tuyos. Aizawa regresó nuevamente con un sobre amarillo en manos, del cual sacó algunas hojas y fotografías que despertaron la curiosidad de ambos, y continuó—: En el equipo todo está en orden, pero en la reserva lo dudo —les acercó lo que parecía ser la primera hoja del documento.

Se trataba de un reporte de hacía algunos días, donde el ultimo equipo que salió de cacería detectó anomalías en las áreas de la reserva que vigilaban y en las que nadie debería estar —incluso ustedes—, ni mucho menos cazar a la fauna a menos de tener una autorización firmada por el presidente de la ciudad que llevaba un proceso complejo para justificar la razón de ello, tal vez el mayor motivo para la existencia de cazadores ilegales. Tu curiosidad te llevó a tomar una de las fotografías esparcidas en la pequeña mesa central de la sala cuando Shota terminó de ponerlas ahí. La sorpresa se dibujó en tus fracciones al ver la imagen, un poco borrosa, de la fotografía y el mayor lo tonó, al igual que el gesto pasmado de tu compañero y amigo.

—Según tenemos entendido, (Nombre) rescató un lobo cenizo hace un mes-

—¿Qué sucedió con él? —te atreviste a preguntar sin importante interrumpir a uno de los jefes de Las Sombras; tal vez olvidaste su puesto y el tuyo por un instante dado tu mayor interés en el licántropo, pues al recordarlo pediste disculpas por ello y permaneciste en silencio.

Cᴀᴢᴀᴅᴏʀᴀ ᴅᴇ ᴄᴀᴢᴀᴅᴏʀᴇs |Kᴀᴛsᴜᴋɪ Bᴀᴋᴜɢō|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora