Cᴀᴢᴀᴅᴏʀᴀ ᴅᴇ ᴄᴀᴢᴀᴅᴏʀᴇs |Kᴀᴛsᴜᴋɪ Bᴀᴋᴜɢō|

18

Arrepentimientos

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—Hace mucho que no te veía.

Una voz mayor interrumpió su caminata cerca de un sitio que conocía desde hacía ya más de veinte años, donde podía ver las luces resplandeciendo en medio de la oscuridad, curioso por saber lo que sucedía en el interior de aquella cabaña, aunque sabía que no debía ser un entrometido y que además debía estar atento a sus alrededores. La figura se asomó entre las sombras, solo dejando ver la silueta de la persona que le hablaba apenas lo vio caminar cerca.

—...Toshinori.

Una sonrisa se dibujó en el rostro del hombre, reconociendo a la persona que le hablaba desde las sombras, sabiendo que debía cumplir con ciertas leyes que él quebrantó desde tantos años atrás. Le sorprendía que a pesar de todo le reconociera y dirigiera la palabra.

—Es verdad, han sido muchos años —afirmó con un nudo en la garganta, sin poder evitar recordar tantas cosas de su pasado, donde la mayor parte deseaba que fuera solo un sueño—. ¿Cómo han estado las cosas por acá, Chiyo?

—Best ha hecho un buen trabajo —habló la mujer con una sonrisa de oreja a oreja luego de salir a la luz de la luna—. Le tomó por sorpresa tanto como a todos... pero ahora ha decidido retirarse. No pudo encontrar la forma de ocupar el puesto que dejaste siendo un Alfa de sangre oscura, Toshinori.

Aquellas palabras dieron en lo más profundo de su ser. Golpeando una zona de su corazón por recibir aquel descriptivo para alguien como él—. ¿Por qué no la llaman sangre maldita? Eso es lo que es —habló, sereno pero lleno de emociones que se arremolinaban en su interior—. Si no hubiera sido atacado-

—Pero Nana te recibió con los brazos abiertos —lo interrumpió la mujer, caminando con lentitud hasta situarse a su lado, solo para mirar el lugar al que tanto le prestaba atención en hombre rubio—. Cuidaste del niño que ella rescató de las garras de aquel cazador e incluso ahora cuidas de la hija del hombre que nos salvó —le recordó sin desviar su atención de la cabaña a la lejanía—. Aunque tal vez no debas preocuparte ahora, imagino que ya lo sabes ¿no?

Ella le miró sin borrar su característica sonrisa, mostrando la gracia que le generaba ver que Toshinori a pesar de ello no se encontraba tranquilo, mientras que el mayor simplemente asentía avergonzado.

—No es tan fácil después de todo.

—Los nuevos candidatos a alfa con muy prometedores.

—¿Quieres decir que-

Al rubio le asombraba el hecho de que un joven aspirante a ser el Alfa de la manada te tuviera como compañera. No era algo que recordara que sucediera en el pasado, o que hubiera visto, pero había escuchado que no era imposible de suceder a pesar de las restricciones que había dentro de su manda, de las que no dudaba hubiera más luego de desertar. Imaginaba cuán importante eras para ese chico que aún no conocía como para atreverse a quebrantar las leyes y permanecer contigo.

Por más que se dijera que estarías bien, no podía evitar querer cuidarte todavía.

Chiyo le regaló una sonrisa antes de decir—: No debes preocuparte demás ahora.

—P-pero él está de vuelta y yo-

—Ya hay una nueva generación que puede hacerle frente —habló la mujer impidiéndole expresar su ya conocida inseguridad—. Nosotros ya estamos viejos para eso y solo nos queda guiarlos. Quizá ahora que lo sabes, puedas aconsejarla. Tal vez exista la oportunidad de mandar al demonio aquellas restricciones que nos impiden conocer el lado amable de los humanos —suspiró.