Capítulo 22. Desaparecida.

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El día siguiente amaneció soleado pero con una cierta brisa invernal que te obligaba a llevar un buen abrigo.

Ésa mañana todos se levantaron como cualquier otro día normal de instituto. Se vistieron y se prepararon con las mochilas para no levantar sospecha en sus padres los cuales aún no habían recibido noticias de su expulsión.

Todos llegaron al mismo sitio dónde se habían visto por última vez, el parque en frente de su instituto. La idea no fue muy acertada, aquella mañana estuvieron expuestos a miradas curiosas de sus compañeros que esperaban como cada mañana a que la puerta principal se abriera. Incluso algunos se acercaron a preguntar porqué no pensaban entrar, cómo contestación dijeron que esperaban a alguien que era técnicamente cierto porque Charlotte y Nicky aún no habían llegado.

Parecían distraídos hablando de cualquier tema que se les ocurría cuando vieron a Charlotte llegar corriendo hacia donde estaban ellos.

—Madre mía... me va a estallar un pulmón —exclamó al llegar, y depositó su mochila en el banco, donde estaban las demás amontonadas.

—¿Pero tú no hacías surf? —dijo Tamina.

—Pues... si —corroboró molesta. Ojalá no lo hubiera oído, cruzó los dedos.

—Un momento... —Demasiado tarde—. ¿Surfeas? —rió Ethan.

Charlotte incriminó a Tamina con la mirada, ella se encogió de hombros restándole importancia.

—No sabía que no querías que los supiera —se disculpó la pelirroja entre carcajadas.

—¿Y dónde exactamente te montas en una tabla en bikini? —preguntó el chico con una mirada picarona.

—Eres idiota si crees que va a contestar —intervino su hermano con su lógica aplastante.
—Por cierto —Charlotte desvío el tema—, ésta mañana he llamado a Nicky y su madre me ha atendido muy preocupada porque salió ayer sobre las cinco y aún no ha vuelto a su casa. Tenia esperanza de que hubiera dormido en casa de alguna de nosotras.

—¿Enserio? —dijo Ariadna espantada—. ¿Qué le habrá pasado?

—Puede que se haya escapado o algo parecido, ¿a alguien le dijo algo sobre esto? —preguntó Sabrina. La respuesta era obvia, ninguna tenía información. A demás Nicky era muy reservada, incluso con ellas.

Empezaban a asustarse de verdad, ¿por qué querría huir? ¿Le asustaría seguir buscando al asesino de Louder Perkins? Ella no parecía alguien fácil de asustar, y desde el primer momento había estado a favor en seguir buscando.

—Quizá... no se haya ido muy lejos. Podemos intentar buscarla por la ciudad —sugirió Edric. Él, más que ninguno, se sentía culpable de su huida.

—Nos separaremos entonces, así tendremos mas posibilidades —dijo Ethan.

—Que cada grupo vaya por una zona —se adelantó James—. Yo me quedaré aquí por si vuelve o se le ocurre entrar en el instituto —indicó—. Edric, Ethan vosotros buscad en los restaurantes de comida cercanos a su casa. Si no la han visto desde ayer tendrá hambre. Tamina y Sabrina, vosotras pasead por las calles mas importantes de la ciudad y por las más próximas. Por último Charlotte y Ariadna se encargarán de ir al edificio de la policía, dónde conocimos a Gaston. Puede que Nicky se pasara por allí. Si podéis denunciad su desaparición, nosotros solos no podemos encargarnos de encontrarla y sus padres estarán muy preocupados.

Sólo deseo que esto no tenga nada que ver con el asesinato de Louder...

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Los Inefables (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora