14. Mañana siguiente

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El sueño comenzaba a dejarlo pero él quería seguir durmiendo, las mantas eran cálidas y la almohada olía muy bien, era tan suave, tan cálida, que sólo quería acurrucarse y seguir durmiendo tranquilamente.

Restregó el rostro sobre la superficie donde descansaba, suaves caricias llegaron a su cabeza, dejó salir un ruidito de gusto, eso se sentía tan bien. 

—¡Eres tan lindo! 

Abrió los ojos sorprendido ante la voz, levantó la cabeza en un segundo sintiendo el latigazo de dolor en sus músculos. 

—¡Ahhhh!— gritó provocando que SeokJin también gritara debido a la sorpresa. 

Intentó alejarse del tibio calor del cuerpo de SeokJin, retrocedió por el colchón pero su escape se vio interrumpido por una barrera que no lo dejó alejarse más del peli rosa. Todo pareció detenerse en un segundo, sabía quién estaba detrás de él, pero igual decidió mirar sobre su hombro con la esperanza de estar equivocado.

—¡No!— volvió a gritar al ver el rostro confundido de Namjoon, la única forma de escapar era ponerse en pie y correr sobre el colchón. 

Lo intento, pero las sábanas se enredaron en sus piernas tambaleantes y en menos de un segundo el mundo pareció girar a su alrededor mareandolo. 

—Tranquilo, está bien— fuertes brazos los sostuvieron antes de que cayera de cara al suelo. 

Cuando volvió a estar sobre la superficie del colchón cerró los ojos sintiendo un fuerte dolor de cabeza. 

—Me duele —se quejó con voz lastimera al mismo tiempo que se hacía un ovillo en la cama. No recordaba la última vez que había sentido dolor, jamás uno así de fuerte y duradero. 

—Shhh, está bien. 

Las caricias en su cabello regresaron, se sentía muy bien, la cama seguía cálida y el aroma a bosque y flores aún flotaba a su alrededor. 

—Debes beber esto.

Abrió uno de sus ojos para ver un vaso que Namjoon le tendía, tenía agua de color verde, se veía asqueroso. Con molestia estiró su mano para tomar el vaso pero se congeló a medio camino. Imágenes de la noche anterior regresando a su mente. 

Se sentó recto en un segundo y se arrastró hasta llegar a la cabecera de la cama. Miró todo en la habitación, estaba ordenada y limpia, era espaciosa, con un pequeño recibidor y unas puertas correderas que lo separaban de la habitación, al lado izquierdo de la cama podía ver una puerta semi abierta, algunas prendas colgando le dejaron en claro que ese era el closet, y al lado derecho de la cama la puerta abierta era el baño. 

—¡No! —gritó con verdadero pánico—, yo ayer, él me dio… entonces, entonces yo… 

—Esta bien —SeokJin tomó su rostro entre sus manos acercando sus rostros —ese sujeto no está aquí, Nam se encargó de él. Y esto —señaló el vaso —, es algo que nos dio tu hermano, dijo que ayuda con el dolor y estarás bien en un momento.

Miró entre ambos elfos, no sabía si confiar en ellos. No sabía si podía confiar en nadie, ellos eran unos mentirosos, ya había quedado claro, pero algo dentro suyo le decía que podía creerles, que ellos no estaban mintiendo. 

Aún con algo de dudas tomó el vaso y bebió todo el líquido, debió ser algo muy bueno porque en un segundo su dolor de cabeza desapareció. 

—¿Te sientes mejor? —murmuró Namjoon, sus ojos preocupados no dejaban de mirarlo. 

SeokJin seguía acariciando sus mejillas y la verdad no encontraba una buena razón para alejar el tacto del peli rosa. Esto era muy raro. 

Belleza Etérea *Yoonmin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora