𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐔𝐍𝐎

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LA MERODEADORA BLACK
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CAPÍTULO VEINTIUNO

EL CUERPO DE LA JOVEN BLACK HABÍA SIDO LANZADO POR LOS AIRES, gritos, polvo, era lo que se escuchaba de fondo

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EL CUERPO DE LA JOVEN BLACK HABÍA SIDO LANZADO POR LOS AIRES, gritos, polvo, era lo que se escuchaba de fondo. Los oídos de Antares zumbaban. Sus ojos miraban fijamente como unas sombras enmascaradas atacaban a varias personas del local en el que se encontraba. 




Su cuerpo dolía, se sentía sofocada por el impacto que se había llevado su cuerpo. Aún intentaba recordar que es lo que estaba haciendo antes de que ocurriera todo eso. Ella estaba esperando por su nueva capa, ya que la anterior que tenía ya le quedaba algo corta. Así que había decidido ir, mientras que los chicos se encontraban comprando los libros para el nuevo curso en Hogwarts.



Una voz pudo reconocer perfectamente. Bellatrix era una de los enmascarados. Podría reconocer su voz. Sabía que era ella. Intento moverse pero una bota se colocó levemente sobre una de las manos de Antares. Sus ojos verdes se guiaron y miró a la enmascarado frente a ella. Su cabello alborotado y negro, sin duda era Bellatrix. La mujer llevó levemente uno de sus dedos hacia su boca, haciendo señal de que guardara silencio y no se moviera.



Voces, maldiciones, sollozos, gente suplicando por su vida era lo que se escuchaba en el lugar. Antares trataba de que su respiración no aumentara. Estaba asustada. Los mortifagos no dejaban de decir que el señor tenebroso los quería de su lado y que si no aceptaban terminarían muertos.



Aún se seguían escuchando gritos de las personas a su alrededor. Antares no sabía cuánto tiempo había transcurrido, pero sentía que todo a su alrededor estaba pasando tan  lento. Hasta que Bellatrix se alejó de ella para después salir de ahí junto con los demás mortifagos. Antares sintió un peso menos.




Los cuatros merodeadores se encontraban riendo mientras salían de la tienda de dulces. James llevaba varios bolsas de dulces en sus manos para su novia, estaba seguro que le encantarían. Pararon de reír cuando escucharon gritos y personas corrían por el Callejón Diagon parecían huir.



— ¿Que está pasando? — Masculló Remus mirando a la gente asustadiza cómo ratas tratando de esconderse.


— Algo debió haber pasado. — Respondió Peter.



Sirius Black tenía una mala sensación. Trago saliva mientras comenzaba a caminar en dirección opuesta a la que corrían las personas. James Potter fue el que se atrevió a preguntarle a una de las personas.



— ¡Mortifagos! ¡Corran!


Fue lo que se atrevió a decir el hombre mientras desaparecía desesperado.


𝐋𝐚 𝐌𝐞𝐫𝐨𝐝𝐞𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 → 𝐉𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora